miércoles, 18 de marzo de 2009

Tiempo y poesía







LAS ESTACIONES LENTAS
Basilio Sánchez
Ed. Visor, Madrid, 2008, XXI Premio Tiflos de Poesía.

Autor de una de las más sugerentes trayectorias poéticas actuales, Basilio Sánchez (Cáceres, 1958) se dio a conocer con un primer poemario que logró el accésit del premio Adonáis de 1983, A este lado del alba, pero no sería hasta diez años más tarde cuando viera la luz su segundo libro, Los bosques interiores (Badajoz, 1993). Les seguirían obras reconocidas con prestigiosos galardones como La mirada apacible (Valencia, 1996, accésit del premio “Jaime Gil de Biedma, 1995), Al final de la tarde (Madrid, 1998), El cielo de las cosas (Mérida, 2000) y Para guardar el sueño (Madrid, 2003). Su siguiente libro, Entre una sombra y otra (2005) recibió el premio “Extremadura a la creación” de 2006. Como los dos últimos títulos, aparece ahora en la prestigiosa colección Visor Las estaciones lentas, poemario con el que el autor cacereño ha conseguido el XXI premio Tiflos de poesía.
Las estaciones lentas reitera en su título una de esas imágenes temporales que Basilio Sánchez gusta de situar en los epígrafes de los poemarios consciente de que definen su personalidad poética, como la noche, el territorio de A este lado del alba o Al final de la tarde, o el día, presente en Entre una sombra y otra. Si en la poesía de Álvaro Valverde es el espacio el que aporta las imágenes sustantivas de la creación poética, en Basilio Sánchez es el tiempo el que trae inseminados los recursos expresivos con que comunicar sus temas preferenciales. El poeta se sabe habitante de una estaciones lentas, de andadura demorada, como las percibiría un niño, pues su mirada avanza “por el camino ciego del asombro, de la perplejidad”, contemplando y contemplándose en un labor de traducir ese mundo en poesía “obligado por las mismas palabras / a elegir solo una de las bifurcaciones / en las encrucijadas posibles de las cosas, / escribo, como siempre, / sin levantar los ojos, demorándome, / con esa lentitud con que se talla un trozo de madera / ante la puerta de una casa”.
En estas estaciones que adquieren la consistencia del territorio (“He cruzado el otoño con la única hoja / que había sobrevivido”), el poeta como un hombre “que parece ocupado en cosas menudas” (Rilke) describe la realidad de su entorno (las casas antiguas de la ciudad, las afueras, la propia habitación...), evoca mundos exóticos (zocos, caravanas, pueblos nómadas...), reflexiona sobre el propio quehacer poético... con el asombro de quien parece contemplar un país extraño, con una mirada apacible, sin exaltación ni lamentos, pues ha asumido que, en palabras de Guillén, “temporalidad es mortalidad”, y vivir es, según Brines, el “ensayo de una despedida”.
Al prescindir de la anécdota, el poema moderno tiende a sustentarse en dos columnas que le permiten seguir próximo a la realidad exterior: el espacio y el tiempo. De ellos extrae el poeta el repertorio de imágenes que permiten la expresión no primaria de la intimidad, sin la cual es imposible una verdadera poesía, o acompañan el proceso de reflexión. Fiel a esta sensibilidad moderna, la poesía de Basilio Sánchez funde contemplación y meditación para erigir un ámbito que acoge el mundo exterior y la propia intimidad, en donde la palabra es, a la vez, un riguroso vehículo de conocimiento, y, en su caso, además, un preciso modo de expresión personal, tan consciente de lo enunciado como de la enunciación.

1 comentario:

  1. Hola Simon :) resulto ser muy interesante su espacio y le felicito :), le agradeceria y a la vez seria muy
    grato si podriamos realizar intercambio de enlaces. Nuestra pagina para que ustedes nos enlacen es http://www.easycreate.es/ titulo: Diseño web Bilbao
    y nuestra web para intercambios es http://www.easycreate.es/links.asp
    Espero su respuesta, muchas gracias seo@easycreate.es

    ResponderEliminar