lunes, 26 de octubre de 2009

Radiografía del miedo


DIARIOS MIEDOS

Marino González Montero
Mérida, De la Luna Libros, 2009, 69 págs.

Fundador de la revista La Luna de Mérida y director de la editorial De la Luna Libros, Marino González (Cáceres, 1963) ha publicado varias compilaciones de relatos anteriores a esta que ahora ve la luz: En dos tiempos (2004, premio “Setenil” al mejor libro de relatos publicado en 2001) y Sedah Street (2007). En Diarios Miedos, Marino reúne quince textos que permitirían, por su morfología, ser agrupados en dos bloques. Los textos impares diluyen su perfil narrativo y seaproximan, por ello, a la condición de poemas en prosa. Lascomposiciones pares desarrollan una trama en la que “se pueden degustar bocados que traen al paladar cierto regusto a la tradición clásica de miedos y fantasmas”, en composiciones que apelan a las reglas dramáticas (“Rien de rien”), al esquema del relato exótico (“Aechmea blue tango”), al de la novela negra (“Zapatos negros”) o a la narración esperpéntica recuperada, con cierto distanciamiento, en el presente (“Las larvas”). Reproducimos una de las composiciones impares


AS TIME GOES BY

He guardado membrillos en el armario. Para que huela. Bien. Y los sacaré antes de que empiecen a enseñarme sus moratones de miel. En el armario guardo la ropa empapada de la calle. Y así ella sola vuelve al bosque. Para que parezca nueva. Aunque no lo sea.
He bebido vino de este año. Fresco. Como todo diciembre. Y como pasas de Corinto. Eran los viñedos de pana verde y roja. Verde el pelo. La tela roja. Ahora están muertos. Las cepas tienen tentáculos hueros. Como patitas de arañas secas. As time goes by.
He oído quejarse a los árboles. Porque están negros los nidos que dejaron las cigüeñas. Y me abrazo a sus troncos. Arrugados como mis manos arrugadas. Vuelan lentas las moscas de septiembre. Piensan despacio en octubre para morir en noviembre. Odio no es palabra suficiente. No puede haber moscas en las manos de mi madre.
He visto cómo se pone este sol amarillo. Y cómo esa luz traza los contornos limpios de esta certeza. Entre chien et loup dicen los franceses. Ya no corren perros ni lobos por los ojos de mi madre.
Es tiempo de higos manoseados con harina. Cuando todo se acaba, se tornan las naranjas verdes.

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