JOSÉ ANTONIO GAYA NUÑO Y RAFAEL ALBERTI,
ENTRE LA FIRMEZA Y EL VUELO
Hilario Jiménez Gómez
Soria, Diputación Provincial, 2016, 283 págs.
Nacido
en Montánchez en 1974, Hilario Jiménez es autor de una notable trayectoria
poética, recogida en diversas antologías (Cuatro poetas en un tobogán, 2006; Encuentro
en Guadalupe, 2008; Escarcha y fuego,
2010…) y en poemarios como En un
triángulo de ausencias (2003), Versos
color naranja (2003), Delirio in
extremis de un aguador con sed (2004), Diario
de un abrazo (2008), Hoy es siempre
todavía (2012) y De la noche a los
espejos (2015). Una amplia muestra de estos títulos ha sido recogida en Antología (im)personal (2015). En 2013,
la Editora Regional de Extremadura publicó su diario Exprimiendo limones de madrugada.
Pero
Hilario Jiménez, licenciado en Filología Hispánica y profesor de enseñanza
media, ha compaginado esta vocación poética con trabajos de investigación y
ensayos sobre los poetas del 27 y la poesía española contemporánea en libros
como Lorca y Alberti, dos poetas en un espejo (2001, reeditado en 2003) o Alberti y García Lorca, la difícil compañía (2009), ha coordinado el volumen Pablo Neruda, un corazón que se desató en elviento (2005) y preparado una antología de la obra de Félix Grande, Una grieta por donde entra la nieve
(2006).
Ahora, la Diputación Provincial de Soria publica Juan
Antonio Gaya Nuño y Rafael Alberti, entre la firmeza y el vuelo, un ensayo
que reconstruye la relación entre el poeta gaditano y Gaya Nuño, autor de obras
de creación, recogidas en los dos volúmenes de Obras completas (2000, en edición de Consolación Baranda), pero
ante todo, de una consolidada trayectoria como crítico de arte (El románico en la provincia de Soria,
1946; Historia del Museo del Prado,
1969, Historia de la Crítica de Arte en
España, 1975…). Como recuerda Hilario, Gaya Nuño y Alberti se conocieron en
Madrid durante la guerra (el escritor soriano, cuyo padre fue fusilado sin
juicio previo, se incorporó al Batallón Numancia, en el que llegó a ser
oficial. Tras la guerra es condenado a veinte años y un día de prisión) y su
trayectoria posterior bien puede ejemplificar la suerte corrida por los dos
exilios: el exterior de Rafael y María Teresa (París, Buenos Aires, Roma) y el
interior de Gaya Nuño (cárceles, libertad vigilada, peticiones de
rehabilitación rechazadas…).
Como
recuerda la esposa de Gaya, Concha de Marco, ambos escritores se encontraron en
París en octubre de 1963 y a partir de entonces mantendrían una relación
epistolar, pero el único proyecto conjunto en que pensaron colaborar, una
edición de A la pintura (Buenos
Aires, Losada, 1948, por entonces agotado), preparada por Gaya que publicaría
Aguilar se frustró finalmente.
Como en anteriores trabajos de Hilario Jiménez,
nos encontramos ante una edición muy cuidada, pormenorizadamente anotada y con
numeroso material gráfico (cartas, una diario inédito, postales, fotografías,
volúmenes dedicados, dibujos…) procedentes de la Fundación Rafael Alberti (El
Puerto de Santa María) y del Centro Cultural Gaya Nuño (Caja España-Duero,
Soria), que viene contribuir a un mejor conocimiento del panorama cultural
español durante un extenso tramo, tan rico como convulso, del pasado siglo.
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