Después de
considerarlo varias veces me decido a publicar el correo de un antiguo alumno
como respuesta a un comentario que subí al blog. Porque me conmovió y me
conmueve aún releerlo. Fue H. B. Adams, escritor e historiador
estadounidense, quien afirmó que “un escritor (y un profesor) trabaja para la
eternidad: nadie puede predecir dónde acabará su influencia”. Pienso en todos
los profesores que han impartido e imparten ahora literatura en centros de enseñanza media y creo que todos tal vez puedan verse reconocidos en este texto emotivo que merecería reproducirse en
verso.
“Mi querido y bien recordado profesor Simón.
Me enseñó Literatura y nos guio hasta metáforas imposibles, hasta historias de
dioses muy terrenales, hasta héroes derrotados en destierro, hasta zascandiles
que nunca existieron, hasta hombres cojos y sabios, mancos y universales, hasta
otros que se pegaron un pistoletazo, hasta marineros pendientes de una paloma.
Y nosotros fuimos, en parte, todos ellos.
Nos guio a la esencia que tenemos dentro, al
orgullo de hablar, leer, vivir y conocer una lengua y una historia y una cultura
que es la nuestra. Y eso, lo sé, me hizo un poco mejor. En cierta ocasión, mi
profesor, me enseñaste unos versos, pero no recuerdo el autor. 'La poesía os
hará siempre mejores, es decir, más humanos'. Gracias Simón, mi profesor. Si
hoy soy un poco más humano, tú lo hiciste. Un abrazo. Gracias. Y suerte”.
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