viernes, 30 de octubre de 2009
Mecenas en Extremadura
lunes, 26 de octubre de 2009
Radiografía del miedo
Marino González Montero
Mérida, De la Luna Libros, 2009, 69 págs.
Fundador de la revista La Luna de Mérida y director de la editorial De la Luna Libros, Marino González (Cáceres, 1963) ha publicado varias compilaciones de relatos anteriores a esta que ahora ve la luz: En dos tiempos (2004, premio “Setenil” al mejor libro de relatos publicado en 2001) y Sedah Street (2007). En Diarios Miedos, Marino reúne quince textos que permitirían, por su morfología, ser agrupados en dos bloques. Los textos impares diluyen su perfil narrativo y seaproximan, por ello, a la condición de poemas en prosa. Lascomposiciones pares desarrollan una trama en la que “se pueden degustar bocados que traen al paladar cierto regusto a la tradición clásica de miedos y fantasmas”, en composiciones que apelan a las reglas dramáticas (“Rien de rien”), al esquema del relato exótico (“Aechmea blue tango”), al de la novela negra (“Zapatos negros”) o a la narración esperpéntica recuperada, con cierto distanciamiento, en el presente (“Las larvas”). Reproducimos una de las composiciones impares
AS TIME GOES BY
He guardado membrillos en el armario. Para que huela. Bien. Y los sacaré antes de que empiecen a enseñarme sus moratones de miel. En el armario guardo la ropa empapada de la calle. Y así ella sola vuelve al bosque. Para que parezca nueva. Aunque no lo sea.
He bebido vino de este año. Fresco. Como todo diciembre. Y como pasas de Corinto. Eran los viñedos de pana verde y roja. Verde el pelo. La tela roja. Ahora están muertos. Las cepas tienen tentáculos hueros. Como patitas de arañas secas. As time goes by.
He oído quejarse a los árboles. Porque están negros los nidos que dejaron las cigüeñas. Y me abrazo a sus troncos. Arrugados como mis manos arrugadas. Vuelan lentas las moscas de septiembre. Piensan despacio en octubre para morir en noviembre. Odio no es palabra suficiente. No puede haber moscas en las manos de mi madre.
He visto cómo se pone este sol amarillo. Y cómo esa luz traza los contornos limpios de esta certeza. Entre chien et loup dicen los franceses. Ya no corren perros ni lobos por los ojos de mi madre.
Es tiempo de higos manoseados con harina. Cuando todo se acaba, se tornan las naranjas verdes.
sábado, 24 de octubre de 2009
El Frente de Extremadura
TROPAS EN UN FRENTE OLVIDADO
El ejército republicano en Extremadura durante la guerra civil
José Hinojosa Durán
Badajoz, Editora Regional, col “La memoria”, 2009, 565 págs.
Prólogo de Gabriel Cardona
“Por primera vez, un historiador de la nueva generación acomete el estudio de tan interesante problema, con un trabajo lleno de incitaciones y con descubrimientos tan notables como la actividad guerrillera republicana, hasta hoy desconocida. Paralelamente, incide en otras cuestiones desconocidas, como los planes de estudio, cursos e intentos de formar técnicamente a los improvisados mandos del Ejército Popular, sin olvidar la lucha contra el analfabetismo en plena guerra, hecho que ya era conocido, pero no estudiado” [Prólogo]
Próximas a los propósitos de las “Milicias de Cultura” y “Altavoces del Frente”, se encontraban las emisiones radiofónicas, como confirma este curioso guión del 15 de noviembre de 1937.
RADIO FRENTE DE EXTREMADURA.
De la Sección de Propaganda del COMISARIADO GENERAL
DE GUERRA. Al servicio de la Libertad e Independencia de ESPAÑA.
Radiando en emisiones de 44 metros de longitud de onda.
Emisión de las 11,30 horas del día 15 de Noviembre de 1937.
1ª parte:
Música ligera:
330 - España Cañí y La Regolvedora - 342 - Al compás de tres por cuatro y Bombones de Viena - 57 – Dos fox - 377 - Tangos por Carlos Gardel- 325 - La reina gitana y Carita de emperaora…
2ª parte:
Servicio de información.
Crónica de guerra: 9 de Noviembre en la Casa de Campo. El pueblo madrileño no pierde su buen humor ni en los momentos más trágicos.
Del bombardeo de Barbastro. Bombas "católicas" y almas de "ateos" por el Padre Salvador de Híjar.
“Los que vuelven del éxodo optan por la Republica”, por Fabián Vidal.
3ª parte:
Música variada:
333 - Gerona y El tío Juan - 337 - La Chulapona - 158 – Canciones por el Ruiseñor Navarro - 372 - Flamenco por Angelillo -116- Sous les toits de París y otro.
CONSIGNAS:
Camarada soldado: al aportar tu donativo para la propaganda del Comisariado General de Guerra, contribuyes a la victoria.
Soldado del Ejército Popular: entrega tu donativo para la propaganda del Comisariado General de Guerra.
trabaja por facilitarte el arma más poderosa de la victoria presente y
futura: la cultura. Ayúdale.
viernes, 23 de octubre de 2009
Antología de los talleres
LA HABITACIÓN
Al entrar en la habitación, el sol tibio de la mañana se derramaba por toda la estancia haciendo brillar los grandes espejos y entibiando las pesadas alfombras.
Admiró la gran cama con dosel de madera tallada, magnífica por el tamaño y por la belleza de la delicada lencería.
Aspiró el aroma del cesto repleto de mangos, kiwis y papayas, y las deliciosas chocolatinas colocadas en la almohada.
Se paseó por el baño, inmenso y limpísimo, y acarició el elegante albornoz y las inmensas toallas de algodón egipcio. Toda clase de jabones, cremas y cosméticos se alineaban en el lavabo.
Todo allí era perfecto y refinado, digno de princesas como ella, con ese tipazo de gacela africana envidiado por ellas y devorado con los ojos por ellos, con esa piel de canela y ese cabello de brillante azabache, siempre prisionero en un severo recogido.
Cerró los ojos y respiró hondo. Esta vez no lloraría. Escondió en su bolsillo el mejor botellín de whisky y salió de la habitación con la cabeza muy alta, aferrada a su carrito.
jueves, 22 de octubre de 2009
Las vísperas del Desastre
Manuel Jurado López
Mérida, De la luna Libros, 2009, 183 págs.
Coral negro cierra su trama con la imagen de los acorazados americanos frente a la bahía de La Habana realizando unas maniobras militares que el gobierno español considera una provocación injustificable. Pronto correrá por toda la isla la noticia del hundimiento del Maine: Estados Unidos declara la guerra a España.
Si es cierto que todas las naciones han puesto más empeño en relatar sus conquistas que sus derrotas, la presente novela, en cambio, dirige su atención a la perdida de los últimos restos del imperio colonial español y, más específicamente, a los años previos al desastre. Hasta la isla caribeña llega el ingeniero vasco Xavier Uribe con el encargo de dirigir el tendido del ferrocarril en una hacienda dedicada a la producción de tabaco, pero los insurgentes incendian el campo y queman toda la producción. La isla es ya un violento escenario en donde combaten el PUL (conservadores y peninsulares), los autonomistas y los independentistas liderados por José Martí y apoyados, con dinero y armamento, por los estadounidenses, quienes ya habían intenado comprar la isla por dieciséis millones de pesetas, mientras que, ajenos a las convulsiones de la historia, “grupos de mulatos y negros indiferentes, sentados al borde del malecón, hablaban de sus cosas y veían pasar las nubes altas”.
Pero este entorno, cada vez más violento, será propicio para las andanzas de soldados de fortuna y expresidiarios. Tras la detención y encarcelamiento de Uribe por apoyo a los insurrectos, uno de ellos, Wilson Ariel “Coyote” Valdivia, asesinará, en el arranque de la novela, a Ximena Monteolivete, esposa del ingeniero y encinta, a la puerta de su casa, mientras su hija Artemisa se peina en el espejo y ve en él el crimen. Será una más del rosario de atrocidades que el ejército español cometa en la colonia caribeña para tratar de sofocar en vano la rebelión.
lunes, 19 de octubre de 2009
Dos escritores, un paisaje
Henry James
Oviedo, Trabe, 2009, 157 págs.
Trad. de Hilario Barrero
Recuerdo que fue Álvaro Valverde, entonces director de la Editora Regional, quien me puso en contacto con Hilario Barrero después de que éste publicara en la revista Clarín una amable reseña de mi edición de La última cigüeña (Mérida, ERE, 2005). Hilario había dedicado su tesis doctoral a Félix Urabayen, logrando, con ella, el mejor estudio de conjunto sobre el escritor navarro: Vida y obra de un claro varón de Toledo. El legado de Félix Urabayen (City University of New York, 2000).
Hace unos días recibí un ejemplar de El amante de Italia, de Henry James, traducido por él y reeditado ahora que se cumple el centenario de su publicación en Boston y Nueva York el veinte de noviembre de 2009. Enamorado de Europa hasta el punto de nacionalizarse británico (murió en Sussex en 1916), James reunió ensayos escritos durante un periodo de cuarenta años en Italian Hours, el título original del libro, dedicados a ciudades italianas como Roma, Venecia, Florencia, Pisa, Rávena y otros lugares menos prestigiosos como Livorno, Lucca o Pistoia.
Atraído por la belleza clásica de edificios y horrorizado por las aglomeraciones turísticas y las remodelaciones modernas, James es un viajero curioso y un tanto cascarrabias que cambiaría en cualquier momento Italia por América (“Se necesita mucho para hacer un americano triunfador, pero para hacer un veneciano feliz solo se necesita un puñado de sensibilidad”).
La siguiente cita contiene una visión de la bahía de Nápoles desde la “bella, horrible y embrujada” isla de Capri, texto que me recuerda, por la coincidencia en el mismo paisaje aunque no sé si contemplado desde el mismo lugar, a un extraordinario poema de Álvaro Valverde (“Veduta del Golfo di Napoli”, de Una oculta razón). Reproduzco ambos textos, tan distintos, tan necesarios:
“Sorrento y el Vesubio aparecían enfrente; Nápoles más lejana, disuelta en medio del cuadro en una trémula imprecisión; y el largo brazo de Posilippo y la presencia de las otras islas, Procida, la afligida Ischia, se hacían presentes por la izquierda. La atmósfera de grandeza parecía penetrar nuestra nariz y venir de fuentes tan numerosas y tan complejas que sería imposible enumerarlas. Era la misma antigüedad disuelta con todas las imágenes pardas y suaves, con todas las notas de la vieja lengua, con todas las inclinaciones de la gran botella, con todas las sombras proyectadas por todos los fragmentos clásicos que añadían su toque particular a la impresión general. ¿Cuál era el secreto de esta sorprendente amenidad?”
VEDUTA DEL GOLFO DI NAPOLI
Llega lenta y remota la voz de un viejo canto
y con ella aquel eco de lo que entonces tuve
y la noche ha cubierto de una vaga presencia.
En la imagen cautiva que devuelve el espejo
cobra forma el olvido.
Su sonido recuerda el fluir de las aguas.
Su visión, las escenas de un paisaje de invierno.
El barco inglés, el boj, los jarrones con brezo
rememoran la edad
donde tuvo la vida el sentido de todo.
Su furtiva presencia es esa estela
que vemos alejarse dibujada
sobre la hermosa estampa del Vesubio.
[Álvaro Valverde]
domingo, 11 de octubre de 2009
Micro-relatos colombianos
Mérida, Editora Regional, Col. Letras americanas, 2009, 106 págs.
Tras la publicación de Fechas inciertas, del guatemalteco Luis Eduardo Rivera, la Editora Regional saca ahora en su colección “Letras americanas” Versiones, perversiones y otras inversiones, una reunión de micro-relatos del colombiano Jaime Echeverri. Nacido en Manizales en 1943, Echeverri realiza estudios de periodismo y Comunicación publicitaria en Santiago de Chile y Buenos Aires. Logró el Premio a la Mejor Narración Breve en 1968 y fue Premio Nacinal de Cuento en 1972. Historias reales de la vida falsa (1979), su primer libro de cuentos, estableció su nombre en el panorama nacional, refrendado por Las vueltas del baile en 1992. También es autor de las novelas Reina de picas (1992) y Corte final (una novela corta de 2001).
Se ha señalado como uno de los rasgos más característicos de lo posmoderno la marcada tendencia al fragmentarismo y a la brevedad; de ahí el auge de la literatura diarística que recopila una colección de instantes o la atención editorial a la narrativa breve, tradicionalmente postergada respecto de la novela.
Versiones, perversiones y otras inversiones anuncia en su título, más allá del juego paronomásico, esta tendencia actual a la reunión de pequeñas narraciones que nacen, como el poema, de una iluminación instantánea, de una intuición singular que busca en la lectura un impacto único. El resultado en el presente caso es un compendio de 37 micro-relatos de distinta factura enhebrados por unas notables dotes de observación y una singular pericia expresiva, con frecuencia muy sutil (“algunos dicen que se siente como un mordisco doble y por eso lo llaman remordimiento”).
En la estela de Borges y de Marcel Schowb se sitúan aquellos relatos “históricos” que condensan de un modo extremo un itinerario vital o captan un instante revelador de toda una biografía real o ficticia (“El Casanova de Ruggiero”, “Ensoñación de Antonio di Puccio”, “Guerrero”, “El jardín del guerrero”); elementos de la propia tradición literaria se convierten en el tema de “Egolatría”, “Kafkiana” o “Pacto con el demonio”; la denuncia de una realidad colombiana marcada por una violencia ciega da sentido a “Como pez en el cielo” o “Orden público normal”, en que el narrador recoge una estampa cotidiana: “el absurdo vulgar de otro cadáver abandonado en la orilla de la despoblada carretera con un tiro en la nuca y las manos amarradas a la espalda”. Otros relatos se construyen en torno a una sopresa final (“Cena de Navidad”, “Liberación”) o nos presentan el amor como una trayectoria humana abocada indefectiblemente a la desdicha (“El amor llega a todas las playas”). En “Sarajevo” los amantes viven conflictos internos y externos: “Afuera truenan las armas. Las explosiones levantan nubes de polvo y cebniza, la ciudad se cubre con su capa de hollín. La miseria se reproduce en cada rostro. Ellos, con lentitud, terminan de vestirse y se aprestan a salir. Un combate acaba y otro empieza”.
sábado, 10 de octubre de 2009
Mujeres de la calle
LAS MENINAS DUERMEN EN LA RÚA
Fulgencio Valares
Mérida, De la luna libros, 2009, 57 págs.
Nacido en San Sebastián en 1972, Fulgencio Valares, que reside en Miajadas desde los cinco años, ha cultivado el relato (Trece, 2005) y la novela (El único amor de Teresa Cornejo, 2000; La mancha de la mora, 2006), pero su dedicación principal ha sido el teatro, como actor y como autor: La farsa del amor (2002), Compañera del alma (2004), Quijote, en el silencio del olvido (2004) y La reina vaca (2005). En 2008 compuso Volver a nacer, en que recreaba el caso real de una joven dombenitense que queda paralítica tras un accidente de tráfico. Financiada por la Junta de Extremadura y por el Ayuntamiento de Don Benito, la obra ha sido llevada al cine con el título El viaje de Cris (2009), dirigida por Antonio Gil Aparicio.
Las meninas duermen en la rúa fue estrenada en el Palacio de Festivales de Santander en 2008, montada por Horacio Medrano (Teatrapo) y Pati Doménech (Ábrego Teatro, finalista de los premios Max de Teatro de este año), con Andrea Juliá y María Vidal como protagonistas.
En cualquier callejón envilecido de una ciudad del cono sur, entre despojos urbanos (bolsas de basura, maniquíes, un bastidor de madera..., que componen una parodia de la obra velazqueña), dos mujeres (o una sola voz desdoblada) representan la tragedia de la prostituta degradada en un entorno hostil, acorralada por la humillación, las enfermedades y la violencia masculina, mientras sueña con una redención improbable.
jueves, 8 de octubre de 2009
Daniel Casado en La casa encendida...
...y en Baluerna.
En el número treinta y dos de estos “Cuadernos del viajero” publica Daniel Casado (El largo andar tan breve, premio “Ciudad de Mérida” de 2002; El viento y las brasas, premio “Arcipreste de Hita” de 2004; El proyector de sombras, aparecido en Editora Regional en 2005), un texto, en edición bilingüe, situado entre el poema en prosa y el micro-relato, pues no siempre las diferencias teóricas (el relato, sea cual sea su extensión, cuenta; el poema, canta) son tangibles, ni importa mucho que lo sean. Reproducimos el fragmento inicial en ambas lenguas.
“Existe, en ciertas abadías, la costumbre de someter al hambre los cuerpos y las sombras. Así, del grueso de las túnicas va quedando. en los días precedentes al Adviento, un seco charco de piel y de retórica: son los monjes, deshidratados bajo la estricta vigilancia de los cielos. Va el latín mermando sus estómagos. noche a noche, con la acidez de un dios incandescente. Se debaten en la furia, el amor o la tristeza. Tras las alcobas, alguna vez quedó tendida con llagas y lodos la sombra mortal de un monje. Aquel, desposeído de sí mismo, frecuentó los atardeceres y las regiones del día sumidas en la niebla, buscando insomne el cuerpo, mustio y ceniciento, de su sombra”.
“Existe, em certas abadías, o costume de submeter a fome os corpos e as sombras. Assim, do volume das túnicas vai pendendo, nos dias que antecedem o Advento, um charco seco de pele e de retórica: sãao os monges desidratados sob a rígida vigilância dos céus. O latim vai mirrando os seus estómagos, noite após noite, com a acidez de um deus inncandescente. Debatem-se na fúria, no amor Ou na tristeza. Dentro das alcobas, ficou uma vez caída com chagas e lama a sombra mortal de um monge. Aquele, desapossado de si mesmo, percorreu os entardeceres e as regiões do dia sumidas na névoa, buscando insone o corpo, melancólico e cinzento, da sua sombra”.
[Traducción de Eduardo Fonseca dos Santos]
domingo, 4 de octubre de 2009
Por el camino viejo de Castilla
EL RÍO DEL LOBO
(Un viaje a Guadalupe)
Manuel López Gallego
Mérida, Editora Regional, 2009, 154 págs.
Fotografías de Matilde Pereira
Tras la guerra civil, la literatura viajera, tan cultivada por los hombres del 98, fue revitalizada por Camilo José de Cela con su Viaje a la Alcarria (1948), que aportó el modelo formal al género (un narrador “viajero” que escribe en tercera persona y entabla un diálogo permanente con los habitantes de los lugares visitados), pero fue Campos de Níjar (1960), de Juan Goytisolo, el primero en dotar al relato de una perspectiva testimonial y de denuncia y, por tanto, en convertirse en modelo par los narradores del medio siglo que encontraron en este subgénero narrativo un medio idóneo para levantar acta de una realidad terrible silenciada por la prensa y el poder. Las características comunes a todos ellos fueron la descripción de un recorrido físico por una región (frecuentemente acompañada de mapas y fotografías), el pintoresquismo (que fomentaba la impresión de veracidad: detalles curiosos, notas singulares...), el diálogo con los habitantes (reproducido, con frecuencia, con todas sus imperfecciones), el propósito testimonial y de denuncia (pobreza, abulia, abandono institucional...), una perspectiva crítica no siempre expresa (el autor ve lo que confirma el testimonio que quiere dar: en Caminando por las Hurdes los autores solo muestran cuadros de miseria, en Tierra de olivos solo los humildes ayudan al viajero...), la elaboración artística (no es infrecuente que los episodios se alteren para ofrecen una estructura narrativa coherente)
En Extremadura, el género fue cultivado por Eusebio García Luengo (Cuaderno de las Extremaduras, Madrid, 1962) y Pedro de Lorenzo (Extremadura, la fantasía heroica, 1961), pero fue Víctor Chamorro el más fiel representante de una narrativa testimonial que, en su caso, alterna las descripciones paisajísticas con reflexiones de corte histórico para denunciar la postración y el abandono de la comarca: Las Hurdes, tierra sin tierra (1968), Guía secreta de Extremadura (Madrid, 1976), Extremadura. Afán de miseria (más próxima a un ensayo histórico de título intencionadamente polémico; Madrid, 1979) y Por Cáceres de trecho en trecho (Madrid, 1981).
En el momento actual, este género, desprovisto de fines extraliterarios, parece resurgir con títulos como Carretera y manta. Un viaje entre Badajoz y Alentejo, de Manuel Vicente González [Badajoz, Del Oeste Ediciones, 2004, con fotografías de Antonio Covarsí), La frontera que nunca existió, de Alonso de la Torre (Mérida, ERE, 2007) o los libros de Manuel López Gallego (Camelle, La Coruña, 1960, pero afincado en Villanueva de la Serena): Estaciones del sur (Badajoz, Del Oeste Ediciones, 2005) y El río del lobo publicado ahora por la Editora Regional de Extremadura en su colección “Viajeros y estables”.
El río del lobo, probable sentido etimológico de “Guadalupe”, se inicia en la localidad toledana de Puente del Arzobispo, fronteriza con la provincia de Cáceres, la aldea en que los peregrinos procedentes de Castilla cruzaban el río Tajo para dirigirse al santuario mariano, y es que según recuerda el viajero Teztel en el siglo XV “en ninguna parte de la cristiandad suele haber tan gran concurso de fieles como aquí, por devoción y piedad”. Era el llamado camino de Castilla o camino Real, frente a otros itinerarios, como el camino de Andalucía (que siguieron Colón, Hernán Cortés o Cervantes), el de Portugal, que penetraban en Extremadura por Alcántara o Badajoz, y el de León que entraba por Coria.
Tras cruzar el río, el viaje seguido por el escritor, el mismo elegido por el embajador de Venecia Andrea Navagero en el siglo XVI o Antonio Ponz en el siglo XVIII, se adentra en la comarca de La Jara, atraviesa la de Los Ibores (Bohonal, Mesas, Fresnedoso, Castañar) par allegar, finalmente, a Las Villuercas (Berzocana, Cañamero, Guadalupe).
Con la impresión constante de acompañar al escritor en un viaje real, podemos contemplar con él numerosos lugares de interés de un rincón de Extremadura no visitado por los escritores (salvo Félix Urabayen que ambienta en la comarca de La Jara alguna de sus novelas o Cervantes que lleva a sus personajes, Persiles y Segismunda, a Guadalupe): el templo romano de Augustobriga salvado de las aguas del pantano de Valdecañas, que anegaron Talavera la Vieja; los pueblos semiabandonados o abandonados por completo (La Avellaneda) de Los Ibores, la vía de ferrocarril entre Villanueva de la Serena y Talavera de la Reina que nunca llegó a entrar en funcionamiento, los ríos de las Villuercas (el Ibor y el Almonte, tributarios del Tajo, el Ruecas y el Guadalupejo que vierten sus aguas al Guadiana)..., pero también nos da numerosas noticias históricas de viajeros del pasado o se detiene en la etimología de Guadalupe, muy discutida (río del lobo, río escondido, de los altramuces, del oso, de leche...).
Narrado con una prosa sobria y directa, tan característica del género, López gallego pasea su mirada de testigo curioso, sin presupuestos previos ni tesis tácitas o expresas, atento a la arquitectura popular, a las iglesias como expresión estética más relevante de un entorno humilde, a los habitantes de los pueblos o a la sorprendente belleza del paisaje.