Octavio Escobar Giraldo (Manizales, 1962) ha ganado el VI premio de Poesía de la
Fundación Tertulia Gloria Luz Gutiérrez. Octavio es profesor de literatura en la universidad de Caldas y uno de los narradores
colombianos más reconocidos dentro y fuera de su país, pero también en
Extremadura, que ha visitado en varias ocasiones, donde la editorial cacereña Periférica ha publicado dos de sus títulos, Saide en 2008 y Destinos intermedios en 2010, en tanto Antonio María Flórez
seleccionó El álbum de Mónica
Pont enTransmutaciones,
una antología de la literatura colombiana actual publicada por la Editora Regional de Extremadura.
Paralelamente a sus novelas, el narrador colombiano también ha publicado
relatos en libros como De
música ligera (1998, premio
nacional de literatura del Ministerio de Cultura), Hotel en Shangri-Lá (2004) y Después y antes de Dios (ganadora del premio internacional “Ciudad
de Barbastro” de 2014).
sábado, 30 de abril de 2016
lunes, 18 de abril de 2016
Primer número de Novedades Literarias
Desde la Asociación de Escritores Extremeños queremos colaborar activamente
en la difusión de las publicaciones de nuestros socios y de las actividades en
las que participan.
Por eso hemos decidido poner en marcha este
boletín de Novedades Literarias,
que, con información sobre los últimos títulos publicados por los socios de la
AEEX, haremos llegar de forma periódica a socios, librerías, instituciones y
medios de comunicación.
En él encontraréis novela, ensayo y libros
de poesía, de relato y de los más diversos géneros.
Esperemos
que os resulte de interés.
Por último, os invitamos a visitar nuestra
página web, www.aeex.es, donde
podréis encontrar información actualizada de nuestras actividades.
lunes, 11 de abril de 2016
El diario Down
EL
DIARIO DOWN
Francisco
Rodríguez Criado
Alicante,
Ediciones Tolstoievski, 2016, 123 págs.
Nacido en Cáceres en 1967, Francisco Rodríguez Criado es autor de
numerosos relatos incluidos en algunas de las mejores antologías recientes (Relatos
relámpago, Mérida, 2006; La quinta dimensión, Mérida,
2009; Velas al viento, Granada, 2010; El cuarto género
narrativo, Madrid, 2012…) y de tres compilaciones propias: Un
elefante en Harrods (Mérida, De la Luna Libros, 2006), Siete
minutos (Palma de Mallorca, La bolsa de pipas, 2003) y Sopa de
pescado(Mérida, ERE, 2001). Además de dos ensayos y tres obras de teatro, ha publicado hasta el momento una narración coral ambientada en la ciudad
de Cáceres, Historias de Ciconia (Mérida, De la Luna Libros,
2008) y Mi querido Dostoievski (Ediciones de la Discreta, 2012),
una novela epistolar.
El diario Down, que ahora publica la
editorial alicantina Tolstoievski, se abre con la terrible
noticia de que su primer hijo, nacido en las Navidades de 2013, padece síndrome
de Down y precisa, además, una intervención quirúrgica a corazón abierto. “Al
quinto día dejé de llorar, me senté al ordenador y comencé a escribir estas
líneas”. Este es el arranque de un diario que a la par que va dejando
constancia de los sucesivos episodios de la atención al bebé reflexiona sobre las
emociones que embargan a los padres desde la consternación inicial y el dolor
por haber sido sometidos, ellos y el niño, a una “condena” injusta hasta la
asunción íntegra de su papel de padres de un niño que solo es diferente (“Sé
que este viaje, por duro que sea -o quizá precisamente porque es duro-, nos
tiene reservada la mejor de las recompensas”). Reproducimos un fragmento.
“Francisco que no
escatima en mofas (siete meses de vida atesoran ya mucha sabiduría, que en él
se traduce en sentido del humor), a veces interrumpe la toma del biberón, me
mira y, sin poder evitarlo, se echa a reír. Es la sonrisa más bonita que he
visto jamás. Es más que eso: es una sonrisa medicinal, una sonrisa irónica que
habla, que parece decir: “Tranquilo, viejo,
ya va quedando menos”. (Las cursivas del vocativo son suyas).
Y en ese instante,
durante esa sonrisa, comprendo que tanto esfuerzo tiene su sentido. Que dormir
es cosa de cobardes. Que visitar a los médicos es más divertido que un crucero
por las Bahamas. Que el cansancio es un regalo de los dioses y que ese cromosoma
extra es justo, porque lo que por un lado te quita por otro te lo da. Francisco
mantiene la mirada fija sobre mí y, antes de entregarse nuevamente a su
biberón, se echa a reír de nuevo.
De repente lo
hacemos los dos: reírnos. Hemos madurado mucho y ahora sabemos que para ser
felices no nos hacen falta grandes planes”. [pp. 84-85]
viernes, 8 de abril de 2016
Marquetalia (Un pueblo que rabia)
(Un pueblo que rabia)
Antonio María Flórez
Manizales, Editorial
Universidad de Caldas, 2003
De madre dombenitense y padre colombiano, Antonio
María Flórez (Don Benito, 1959) ha alternado por razones educativas y luego
profesionales periodos de su vida en España y en Colombia, lo que le ha
permitido conocer de primera mano el panorama literario de ambos países y lo ha
convertido, con un gran número de proyectos, en un valioso puente de unión
entre ellos. Paralelamente, Antonio María ha ido construyendo una notable obra
literaria que se abre al ensayo, a la narración y a la poesía. Recientemente,
el escritor me hizo llegar un ejemplar de Marquetalia
(Un pueblo que rabia) aparecido en la editorial de la Universidad de
Caldas, con una dedicatoria en la que afirma que la obra es el origen de
proyectos posteriores. Y en efecto, en sus cuatro bloques (“El poeta en su
estatura”, “País de caos”, “Paraíso perdido” y “Destino”) podemos encontrar,
inseminadas, ideas que desarrollarán otros poemarios, como Desplazados del paraíso (premio Nacional de poesía “Ciudad de
Bogotá”, aparecido en Colombia en 2003 y en la Editora Regional de Extremadura
en 2006), Corazón de piedra (Littera
Libros, 2011), Tauromaquia (Antología
Trema) (Don Benito, 2011), Bajo tus
pies la ciudad (De la Luna libros, 2012), o En las fronteras del miedo (Badajoz, Alcazaba, 2013) por citar solo
algunos de los títulos más recientes. Reproducimos un poema de “Paraíso perdido”
(que es, a la vez, un lugar de Colombia y la propia infancia)
JUEGOS DE INFANCIA
“Dormir y olvidarlo todo...”
Raymond
Carver
Recuerdos mis juegos de
infancia:
las canicas, el trompo y las
cometas,
las decapitadas muñecas de mis
hermanas.
Recuerdo la niebla lamiendo los
caminos,
la gris piel de los cencerros
del alba,
la leña crepitando en el fogón.
Evoco el espacio brumoso de un
cuerpo
y muchos cuerpos en el agua,
el lecho navegante de los besos
creciendo en las nubes del
sudor.
El amor que viene y va
en los brazos desnudos del
vacío.
La soledad como premisa del
verso,
el silencio al acecho de la
página en blanco,
el corazón desgarrado de la
tinta en el esfero.
La impotencia del sueño y la
memoria,
y mi voz como un viento helado
sobre la tierra desierta y sin
paisajes.
¡Qué inútil el recuerdo!
¡Qué inútil la
palabra!
¡Qué inútil todo
si soy solo el
poeta en su estatura!
viernes, 1 de abril de 2016
Aire de familia
AIRE DE FAMILIA
Juan Ramón Santos
Sevilla, La isla de Siltolá, Col. Tierra,
2016, 74 págs.
Nacido
en Plasencia en 1975, Juan Ramón Santos se dio a conocer con una compilación de
textos narrativos breves titulada Cortometrajes (Mérida, Editora Regional, 2004), al
que siguieron El círculo de Viena (Gijón, Llibros de Pexe, 2005), Cuaderno escolar (Mérida, Editora Regional, 2009) y Palabras menores (Mérida, De la luna,
2011), además de colaboraciones en libros colectivos como Relatos relámpago (2007) y Por favor, sea breve (2009) y un poemario, Cicerone (2014). En 2010 la editorial
pacense Del Oeste Ediciones publicó su primera, y extraordinaria, novela, Biblia apócrifa de Aracia, a la que siguió, cinco años más tarde, El tesoro de la isla (De la Luna libros). Ahora la editorial
sevillana La isla de Siltolá publica su segundo libro de versos, Aire de familia, que, como indica su
título, se mueve en el más estrecho y próximo círculo familiar y sigue la vida
de la hija desde su concepción hasta un momento en que el poeta vislumbra que
ha comenzado a interesarse por la
realidad exterior y, por tanto, a alejarse de él (“Te sueltas de mi mano. // Ya
te has ido”). Reproducimos uno de los poemas perteneciente al cuarto apartado (“Álbum
de fotos”).
BENDICIÓN
Bendita sea la luz que esta mañana
inflama de blancura deslumbrante
las sábanas, los rostros, las sonrisas
de la madre y de la hija mientras juegan.
Bendito sea este instante cotidiano,
bendito
este recóndito rincón
donde el tiempo parece detenido
y el mundo a años luz tras las paredes.
Los días pasarán y la memoria
de
estas horas felices en el lecho
será arrasada sin contemplaciones,
mas
siempre ha de quedar sobre los muros
incomprensible acaso, aunque indeleble,
la huella luminosa de esta dicha.