viernes, 19 de junio de 2015

De Prospect Park a Zocodover


DE PROSPECT PARK A ZOCODOVER

Hilario Barrero
Nueva York, Cuadernos de Humo, 2015, 35 págs.
Ilustraciones del autor.
  
   Nacido en Toledo en 1948, Hilario Barrero vive en Nueva York desde 1978, en cuya universidad se doctoró con una tesis sobre Félix Urabayen y en donde en la actualidad da clases de literatura. Autor de un libro de poemas, In tempori belli(1999, premio de poesía “Gastón Baquero”), ha publicado hasta ahora los diarios Las estaciones del día (2003), De amores y temores (2005) y Días de Brooklyn(2007), todos ellos en la editorial asturiana Llibros del pexe. Más tarde aparecieron Dirección Brooklyn (Universos, 2009), Brooklyn en blanco y negro (Mieres, 2009) y Nueva York a diario (Impronta 2013). Ahora ve la luz De Prospect Park a Zocodover que recoge cincuenta entradas (o “cuadraditos”) aparecidas en el suplemento “Artes&Letras” de Castilla-La Mancha del diario ABC entre octubre de 2012 y mayo de 2015. Reproducimos uno de estos textos en el que, como sucede con frecuencia, se dan cita dos paisajes urbanos, uno neoyorquino y otro toledano (es decir, uno real y otro evocado, pero el protagonismo del segundo, lejano en el espacio y en el tiempo, en parte ya desaparecido, deja en penumbra al primero)

   11. En la boca de algún lobo, en los sótanos del tiempo, en la humedad del callejón oscuro, en el misal de algún canónigo, en el lignum crucis de la  primavera, en el Stabat Mater Dolorosa de la noche, en un lecho ya destruido debe de permanecer el olor de las torrijas, el sonido de la carraca de la catedral, el olor a incienso, el silencio de las emisoras de radio, el monumento gigante de la Primada, el perfume de los claveles de la Madre, el chisporroteo de las velas, el sermón de las Siete Palabras, la abstinencia de mi padre, los potajes de los viernes, el traje que estrené un Domingo de Ramos, el agua bendita del Sábado de Gloria, el rojo apolillado de la casulla del celebrante un Domingo de Resurrección, la primavera en que dejé de creer… Aquí, sin procesiones, sin saetas ni monumentos, sin el aire del luto del Viernes Santo, la lluvia avisando en los cristales y la noche como un paso en la procesión de las tinieblas, recuerdo otro tiempo que inútilmente busco, y es ceniza.

1 comentario: