viernes, 6 de abril de 2018

La policía celeste


LA POLICÍA CELESTE

Ben Clark
Madrid, Visor, 2018, 68 págs.
XXX Premio Loewe de poesía

   Ben Clark (Ibiza, 1984) ha publicado, entre otros, los poemarios Los hijos de los hijos de la ira (XXI Premio de Poesía Hiperión. Hiperión, 2006), Basura (Delirio, 2011), Mantener la cadena de frío (escrito en coautoría con Andrés Catalán. IV Premio de Poesía Joven RNE. Pre-Textos, 2012), La Fiera (Premio El Ojo Crítico de Poesía de RNE 2014. Sloper, 2014) y Los últimos perros de Shackleton (Sloper, 2016). Sus labores de traducción incluyen los Poemas de amor de Anne Sexton, la Poesía completa de Edward Thomas y, junto a Borja Aguiló Obrador, la antología Tengo una cita con la Muerte (poetas muertos en la Gran Guerra). También ha traducido los libros de cuentos Diez de diciembre y Pastoralia, del narrador estadounidense George Saunders
   Este año, el poeta mallorquín Ha logrado el XXX Premio Loewe de poesía con La policía celeste (Visor, 2018) otorgado por un jurado presidido por Víctor García de la Concha y compuesto por la colombiana Piedad Bonnet, Franciso Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Soledad Puértolas, José Ramón Ripoll y Luis Antonio de Villena). Reproducimos uno de los poemas del libro, marcado como otros por la presencia del padre.


EL HORNO

   Mi padre hizo el taller detrás de la casa.
No había más que campo y dibujó
un rectángulo enorme sobre el suelo
con yeso en polvo.
Luego, con un amigo tatuado,
sacó toda la tierra
y la sustituyó por hormigón.

Un camión trajo el horno y la grúa
lo posó en el rectángulo vacío.
Después hizo el taller.

El horno, mientras tanto, parecía
una nave espacial abandonada
junto al viejo algarrobo.
Los gatos evitaban sus reflejos
cromados y hubo pájaros
que intentaron hacer un nido dentro
sin comprender su error.

Nunca se me ocurrió que llegaría
el día de tener que pensar cómo
íbamos a sacarlo. Aunque eso es fácil:
no se puede. Tendremos que tirarlo
todo abajo y el horno volverá
a parecer la nave de mi padre,
esperando oxidada en el jardín,
lista para volver a su planeta
en cuanto él regrese.

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