domingo, 11 de octubre de 2020

Sin pronunciar tu nombre


 

SIN PRONUNCIAR TU NOMBRE

ANTOLOGÍA POÉTICA (1976-2015)

 Santiago Castelo

Pontevedra, Ed. Urutau, col. Avis Rara, 2020, 131 págs.

Selección y prólogo de Carlos García Mera

  

   Graduado en Historia y Ciencias de la Música en la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Crítica y Argumentación Filosófica, Carlos García Mera publicó su primer poemario en 2014, Acercanza (Beturia). Desde entonces, ha colaborado en antologías poéticas como Aire por Aire. A Santiago Castelo (Vberitas, 2015, coordinada por Juan Ricardo Montaña), Basta. Voces extremeñas contra la violencia de género (Diputación de Badajoz, 2018), o En el vuelo de la memoria. Antología para Ángel Campos Pámpano (Editora Regional, 2018). Recientemente, ha visto la luz en la Editora Regional de Extremadura El contorno del eco. Ha sido coordinador de la revista de la AEEX, El espejo, y colabora mensualmente en el diario digital CódigoPúblico.

   Ahora, la editorial gallega Urutau, en colaboración con la Residencia de Estudiantes de Madrid, publica una antología de Santiago Castelo (Granja de Torrehermosa, 1948 – Madrid, 2015), que recoge por primera vez composiciones de todos los libros publicados, desde Tierra en la carne (1976) hasta La sentencia (2015), quince poemarios que fueron apareciendo con regular periodicidad. Pero, además de estos títulos, su obra fue antologada en varias ocasiones: Como disponga el olvido (1986), al cuidado del profesor Juan Manuel Rozas, Antología extremeña (1995), preparada por Alejandro García Galán, y La huella del aire (2004), elaborada por Manuel Simón Viola. Ahora, Carlos García Mera entrega esta antología en que aparecen representados, como decimos, todos los libros del poeta granjeño, “un hombre –considera el prologuista- del que brotaba la amistad sin celo. Una avis rara en la vorágine de luchas e intereses egoístas en los que este mundo parece estar inmerso. Sus manos fueron una constelación de bendiciones duraderas, paternas y leales, acumuladoras de una generosidad incalculable […] En su mirada, clara y precisa, aún guardaba el recuerdo de su infancia en Granja de Torrermosa. Una niñez colmada de trigo y azaleas, de luz que brotaba de patios y jardines. Aquella realidad labriega, aquel trasunto mágico en el campo extremeño, lo acompañaría hasta el último de sus días” [Prólogo, p. 10].

   Reproducimos uno de los poemas incluidos en la antología perteneciente a Memorial de ausencias.

         CAMPOSANTO DE GRANJA

 

                            A la memoria de Manuel Machado

 

Nube, sierra, campo,

vida, sueño, muerte...

Cuando acabe todo

aquí está mi suerte.

Aquí bajo un viento

preñado de luces

con el eco tibio

de la serranía

aquí tengo un huerto

sembrado de cruces

y un ciprés de sombra

y melancolía...

 

Aquí lo más cierto

y lo más seguro...

Iré por la vida,

seré lo que sea.

Al final me queda

un ancho futuro

de habares y lilas,

de trigal y azalea...

Una rosa al aire

y un vencejo al vuelo...

Mi cuerpo en mi tierra

y mi risa al cielo.

 

Juego de ambiciones

echado a esta carta:

Un corto camino

y una estrella alta.

Nube, sierra, campo,

vida, sueño, muerte…

Cuando acabe todo

         aquí está mi suerte.

 


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