miércoles, 3 de abril de 2013

Literatura del dolor


LITERATURA DEL DOLOR. POÉTICA DE LA BONDAD

Eugenio Fuentes
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col Plural, 2013, 217 págs.

Eugenio Fuentes (Montehermoso, 1958) ha cultivado géneros literarios como el artículo periodístico o el ensayo (La mitad de Occidente, 2003; Tierras de fuentes, 2010), pero es en la novela donde ha destacado desde la publicación en 1999 de El interior del bosque (Alba Ediciones, reeditado por Tusquets en 2008) que lo convirtió, a medida que se sucedían títulos publicados por las misma editorial barcelonesa, en uno de los autores de novela negra más reconocidos y traducido a otros idiomas. Ahora, la Editora Regional de Extremadura publica Literatura del dolor. Poética de la bondad, una recopilación de ensayos sobre el dolor y la bondad en la creación literaria, que da título al volumen, sobre la evolución de los géneros literarios y sobre la esencia del que él cultiva (seguidos de una aproximación a autores de muy diversa condición como Chesterton, García Pavón, Francisco González Ledesma, el cubano Leonardo Padura, Stieg Larson o Vázquez Montalbán). Reproducimos el arranque de uno de los capítulos (“Otra vuelta de tuerca: la novela negra”) en que aborda, con singular lucidez, la naturaleza de este escurridizo género narrativo.

   “La novela negra es un género híbrido, hijo de la novela realista del siglo XIX, que surge cuando a una historia propia de lo que antes he llamado literatura del dolor se le da una nueva vuelta de tuerca para complicarla con dos ingredientes característicos: el enigma y el daño.
   El enigma, el misterio, nace de la aplicación de un violento hipérbaton en su estructura narrativa, como afirma Vargas Llosa. El orden tradicional de la narración en tres partes –planteamiento, nudo y desenlace- es alterado y se oculta al lector un dato fundamental que, sucedido cronológicamente al inicio, solo se revelará en el desenlace, para provocar curiosidad, interés, inquietud. Una novela de misterio comienza in media res, una vez causada la muerte, cometido el delito o surgida la sospecha.
   El otro ingrediente es la creencia razonable de que ha habito intencionalidad al provocar el dolor.
   A veces basta una sola de estas dos características: en Los crímenes de la rue Morgue sólo hay enigma, no hay voluntad consciente y racional de hacer daño; y en otras obras sólo hay daño, no hay enigma, desde el principio se conoce todo lo ocurrido, quién es inocente y quién es culpable. Se trata de localizar a este último, o de explicarlo, o de vencerlo: El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith.
   Es decir, una novela negra no sólo pretende describir el dolor, también se pregunta por su causa y sus circunstancias, quiere averiguar quién, cómo y por qué ha sido causado” [pp. 66-67]

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