FRAGMENTO PARA
UN RÉQUIEM
Alberto da Costa
e Silva
Mérida, Editora
Regional de Extremadura, Col. Letras portuguesas, 2017, 133 págs.
Traducción y
prólogo de Luis María Marina
Nacido en Sao
Paulo en 1931, Alberto da Costa e Silva es un diplomático, ensayista e historiador
que, además, ha publicado ocho libros de poemas; O parque e outros poemas
(1953), O tecelão (1962), Alberto da Costa e Silva, fia, doba e tece
(1962), Livro de linhagem (1966), As linhas da mão (1978), A roupa no estendal, o muro, os pombos, (1981),
Consoada (1993) y Ao lado de Vera (1997).
Ahora, la Editora Regional de Extremadura
publica en su colección Letras portuguesas una selección antología de sus
textos al cuidado de Luis María Marina (Cáceres, 1978), diplomático, ensayista
y poeta, como el autor brasileño, y traductor de números autores lusos (Nuno Júdice,
Ana Luísa Amaral, Rui Knopfli, António Ramos Rosa…). La poesía de Da Costa e
Silva -considera el prologuista- expresa “con un hábil manejo de los metros
clásicos y modernos (del soneto a la prosa poética; del poema corto, casi un
apunte, al largo), con un tono elegíaco, pero que, por sereno y apegado a lo
real, nunca cae en lo saudoso. Razones
que acercan su modo de decir al de la mejor poesía universal de esa
centuria. Y de esta manera acaba misteriosamente por confluir con siertos
veneros de la propia lífrica de su lengua, también la más duradera, que corren
por encima de las fronteras nacionales, abriendo sugerentes e inagotables
caminos: los desbrozados, de nuevo en tres continentes, y siempre en un
característico tono menor, por Pessoa, Drummond de Andrade o Knopfli. Con todos
ellos, el niño que Da Costa e Silva fue ayer, hoy, canta.” [Prólogo, p. 26].
Reproducimos una de las composiciones en que
el poeta regresa a la ciudad de la niñez.
APARIÇÃO EM FORTALEZA
Ruas e sombras de Fortaleza,
meninas doces,
árvores velhas onde esqueci a
infância que foi
tão triste e tão pouca, cidade
onde o amor
está tombado a teus pés,
frágil e puro
como uma flor.
Onde caminho cercado pelos meus
fantasmas,
entregue aos meninos que são o
que fui,
embabado pela pureza de minhas
própias palavras,
cansado, tão cansado,
Fortaleza,
quase perdido por vos haver
perdido.
Roteiros de bicicleta pela
praça do Carmo,
ganando as distâncias das
longas alamedas,
revendo as frágeis moças que
passam
na doçura morna das tardes,
recompondo a imagen dos
vendeiros encarapitados nos burricos mansos,
a suavidade dos contornos, a
brisa envolvente, os oscilantes jardins,
os longos e inesperados
encontros con o desconhecido,
os pressentimentos de inúteis e infindáveis viagens
do menino triste, sentado no
muro, a mãonzinha no queixo.
Cidade do meu pai enfermo.
Minha cidade.
Cidade onde se pode chorar
sobre os muros de saudade.
Cidade feita para as lágrimas e
para adeuses,
para súbitas e inexplicáveis
alegrías.
Cidade onde o mar quebra
com o impulso de velhos
maninheiros náufragos
que súbitamente retornassem à
pureza das praias.
APARICIÓN EN FORTALEZA
Calles y sombras de Fortaleza,
muchachas dulces,
árboles viejos donde olvidé la
infancia que fue
tan triste y tan corta, ciudad
donde el amor
esté tendido a tus pies,
frágil y puro
como una flor.
Donde camino rodeado por mis
fantasmas,
entregado a los niños que son
el que fui,
arrullado por la pureza de mis
propias palabras,
cansado, tan cansado,
Fortaleza,
casi perdido por haberte
perdido.
Paseos en bicicleta por la
plaza del Carmo,
ganando la lejanía de las
largas alamedas,
mirando una vez más a las mozas
que pasan
en la dulzura tibia de las
tardes,
recomponiendo la imagen de los
venteros encaramados en borricos mansos,
la suavidad de los contornos,
la brisa envolvente, los oscilantes jardines,
los largos e inesperados
encuentros con lo desconocido,
los presentimientos de inútiles
e inacabables viajes,
del niño triste, sentado en el
muro, la manita en la barbilla.
Ciudad de mi padre enfermo. Mi
ciudad.
Ciudad donde llorar sobre muros
de saudade.
Ciudad hecha para las lágrimas
y los adioses,
para las súbitas e
inexplicables alegrías.
Ciudad donde el mar rompe
con el impulso de viejos
marineros náufragos
que súbitamente regresasen a la
pureza de las playas.
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