sábado, 12 de mayo de 2018

¿Qué fue de los cantautores?


¿QUÉ FUE DE LOS CANTAUTORES?
MEMORIAS EN VERSO

Luis Pastor
Madrid, Nordicalibros, 2017, 139 págs.
Presentación de Alfonso Ungría
Nota final de Luis Felipe Comendador
  
   Nacido en Berzocana (Cáceres) en 1952, Luis Pastor es un compositor, músico y poeta que empezó a grabar discos en 1972, encuadrándose en una generación de cantautores que militaron resueltamente en un antifranquismo de extraordinaria acogida entre los jóvenes. Además de veinte álbumes en que publica canciones propias y música a autores como Miguel Hernández, Octavio Paz, Jesús López Pacheco, León Felipe o Mario Benedetti (Fidelidad, Vallecas, Aguas de abril, Diario de a bordo, Por el mar de mi mano, Pásalo…) es autor de dos discos-libros con poemas musicados de José Saramago, En esta esquina del tiempo (2006) y A viagem do elefante (2015). En 2016 la editorial madrileña Bartleby publica su primer libro íntegro de poemas, De un tiempo de cerezas con prólogo de José Manuel Díez.
   Ahora, la editorial Nordicalibros publica ¿Qué fue de los cantautores? subitulado “Memorias en verso”, porque, en efecto, ante unas memorias de una trayectoria vital nos encontramos, desde la niñez en Berzocana, la emigración al extrarradio de la gran ciudad, los trabajos de subsistencia, el compromiso y la solidaridad con los olvidados por el sistema, las primeras actuaciones, la persecución policial y, en fin, la militancia antifranquista. Reproducimos un fragmento en que el cantante recuerda el marcado contraste existente por esos años entre Madrid y Barcelona.

“En Madrid no nos grababan.
Me fui para Barcelona
y canté en Santa Coloma,
en una parroquia obrera
que estaba hasta la bandera
de emigrantes de la zona.

Me encontré con un paisaje
tan parecido a mi barrio,
ciudades del extrarradio
nacidas de la pobreza,
luchando con la certeza
de que saldríamos del barro.

Allí me dieron cobijo
después de varias semanas,
habitación y una cama
que gustosos me cedieron
sindicalistas obreros
sin pedir a cambio nada.

 Barcelona en esos tiempos
era la Meca de España.
Barcelona era la caña
y Madrid una provincia
menos libre, menos limpia,
más cateta y más huraña.

Vivía en el Barrio Chino,
a dos pasos de Las Ramblas.
Echaba las noches largas
guitarreando en el puerto,
nadando en río revuelo
de culturas y de razas.

Qué contraste de ciudades,
qué diferentes colores,
los hippies vestían flores,
y las suecas paseaban
la ligereza y la fama
de sus livianos amores.

Y también los marineros
venidos de todas partes
daban pinceladas de arte
y un aire cosmopolita
que la hacían más bonita,
mucho más interesante.

El cinturón industrial
era un foco de revueltas,
sindicatos a la gresca
exigiendo libertad,
en contra, la patronal,
la represión por respuesta.

“Al vent” cantaba Raimon.
Mi voz a los cuatro vientos
pregonaba mi contento.
Parecía que esta vez
sí podía suceder
que llegara mi momento”.

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