Adalberto Agudelo Duque
Manizales, Banco de la República-Biblioteca Luis deArango, 2020, 114 págs.
Autor de libros de cuentos, poemarios, y novelas, Adalberto Agudelo Duque (Manizales, Caldas, 1943) ha sido premiado en Colombia (es el escritor más premiado del país), México y Estados Unidos. Como novelista, su trayectoria arranca en 1967 con Suicidio por reflexión, a la que siguieron otros títulos como De rumba corrida (1999, premio nacional de novela Tierra de promisión), Abajo en la 31 (2007), Toque de queda (2008), Pelota de trapo (2009, premio nacional de novela Ciudad de Bogotá) y Little Beach (2019, premio Ciudad de Pereira). Tanto sus poemas como sus relatos han sido recogidos en numerosas antologías. Pero Agudelo ha cultivado también el ensayo en títulos como Efectos Möebiius en la literatura colombiana (2003), Del ensayo o del saber para ser (2003), Caldensidad. Historia y literatura (2018) o Simón Bolívar. La más grande mentira de la historia (2020), un ensayo histórico documentado que se propone ya desde el título debatir con una corriente historiográfica unánime en la idealización de una figura convertida en héroe oficial de la independencia de la Gran Colombia (más tarde dividida en Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador). Tampoco la independencia colonial se ajusta a la imagen que suele dar de ella la historia académica: “…conviene que se sepa que la independencia fue impopular en la generalidad de la población; que las clases elevadas fueron las que iniciaron la revolución; que los ejércitos españoles se componían en cuatro quintas partes de los hijos del país; que los indios en general fueron tenaces defensores del rey como que presentían que tributarios eran más felices que lo que serían como ciudadanos de la república”. Por lo que respecta a la figura del Libertador la imagen oficializada contrasta notablemente con la opinión popular expresa veladamente en anécdotas y coplas: “En el imaginario popular, Bolívar no es el personaje que concita reverencias y reconocimiento: Simón Bolívar nació en Caracas en un potrero lleno de vacas, se comió las gordas y dejó las flacas. La copla, aprendida en mi ya más remota infancia, irreverente, herética, heredada por generaciones, dice mucho del escepticismo o de la sabiduría de las gentes. Las entre líneas de la burla cuentan una historia diferente a la oficial o, al menos, plantean preguntas clave para entenderlo como un hombre, producto de un destino indeseable, que se oculta detrás de una máscara o a quien, por razones políticas, no históricas, le pusieron una máscara” [p. 65]. La serie de falsificaciones hagiográficas comienza ya en el relato de sus orígenes.
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