viernes, 5 de marzo de 2021

Textos autobiográficos


 TEXTOS AUTOBIOGRÁFICOS DEL PINTOR ISAÍAS DÍAZ GÓMEZ

 Isaías Díaz Gómez

Badajoz, Diputación Provincia, 2020, 268 págs

Presentación y preparación de Román Hernández Nieves

    Isaías Díaz Gómez (Romangordo, 1898 – Madrid, 1989) nace en el seno de una familia campesina que decide vender su patrimonio y marcharse a Madrid. Obrero, con estudios de magisterio y profesor de dibujo en varios centros educativos, trabajó también en un par de periódicos madrileños. Como pintor se formó en la Academia de San Fernando (en donde coincide con Salvador Dalí) y fue discípulo de Vázquez Díaz además de frecuentar los círculos artísticos de la capital por esos años (Círculo de Bellas Artes, tertulias, Ateneo…). La obra que ahora ve la luz recoge textos autobiográficos que no llegan a configurar una obra unitaria y que el preparador agrupa en cinco bloques. Del quinto de ellos reproducimos un fragmento.

 [Personas famosas que conoció en El Sol. Es herido en la defensa de Madrid]

 El Sol

    “Conocí en El Sol a Ramón Sánchez, buen escritor pero como persona un tanto original, también a Fernando Vela, secretario de La Revista de Occidente, y a Pepín Fernández [asturiano], que le tocó ir a África, hizo una novela de su estancia allí, Blocao, que tuvo un buen éxito y le valió su biografía en el Espasa, un poco antes que la mía en el orden alfabético. También conocí a Adolfo Salazar, crítico de música, a Rodolfo Halter, buen músico, tan bueno como su hermano Ernesto o mejor según el criterio de los más entendidos. Por cierto, nos quedamos sin hacer el ballet Boda de rumbo y es que la Guerra Civil nuestra acabó con tantas cosas, que a poco acaba con nosotros. Desde el 4-1-1937 [sic] arrastro un tiro en la pierna derecha que me dieron con mucha suerte…, me partieron el fémur en Majadahonda donde les cortamos el paso, para por el Pardo a Fuencarral, por donde querían cortar el agua a Madrid. De todas maneras, me hubiera quedado en el Jarama o en Guadalajara, según me contaban los compañeros de la Primera Brigada Móvil de Choque, que era el cuerpo en que estaba, cuando venía alguno de ellos herido al Hospital Obrero de Cuatro Caminos, que es donde estaba hospitalizado y estuve unos cinco meses en que fui trasladado para dejar la cama libre para otras posibles bajas que pudiera haber, pues se iba a operar en la Casa de Campo y se calculaba en muchas bajas que podía haber” [pp. 198-199].

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