miércoles, 7 de diciembre de 2016

Nunca se cansa: es de roca


   En septiembre de 2009, cuando este blog tenía pocas visitas, subí esta fotografía tomada en las proximidades de una vieja base militar en el Risco de la Villuerca. Mis hijos, por entonces unos niños, discutían sobre la imagen (“Es un caracol”; “No, es un conejo”). Uno, envenenado de literatura, recordó unos versos de Antonio Machado en que aparecen animales pétreos de más prosapia literaria: “En la sierra de Quesada / hay un águila gigante, / verdosa, negra y dorada, /siempre las alas abiertas. / Es de piedra y no se cansa”. // Pasado Puerto Lorente /entre las nubes galopa / el caballo de los montes. / Nunca se cansa: es de roca”.
   Hilario Barrero, profesor de literatura en la Universidad de Nueva York y experto en el novelista navarro Félix Urabayen, me contestó con unas líneas (“Amigo Simón: Muchas gracias por la fotografía. Tú te has acordado de Machado y yo te he escrito estos ripios.... Felices fiestas. Un abrazo”). El poema, sin un solo ripio, también recuerda, creo, al mejor Machado.

”Allí donde el viento escupe
nieve aterida de frío,
está la de Guadalupe:
sierra del escalofrío.

¿Perro, caracol, conejo?
Cresta de plata engarzada,
ola dormida, un espejo
donde se mira la nada.

Vela de un barco a deriva
en un azul velazqueño,
museo de roca viva,
isla en un lienzo pequeño.

Tu bella fotografía
enigma sin resolver
me trae la melancolía
de ver lo que no se ve”.

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