miércoles, 26 de febrero de 2025

Reversibles

REVERSIBLES

Victoria Pelayo Rapado

Valladolid, Castilla Ediciones, 2024, 141 págs. 

Victoria Pelayo Rapado (Zamora, 1960) es Graduada en Derecho y escritora que cuenta con diversas publicaciones como Malos días, (2018, De la luna libros, Finalista XVI edición del premio Setenil); Lo Justo, (2021, Baile del Sol); Orden, (2023, Editora Regional de Extremadura). Ha recibido los premios Ciudad de la Laguna, 1986, por Una amistad corriente. Y el Manuel O. Rodríguez López, 2016, con el relato "Preparativos". Ha colaborado en revistas: Versión Original; EÑE; La bolsa de pipas; En sentido figurado; Y en la antología de relatos Contamos todas. 29 narradoras de cuento de Castilla y León (Castilla ediciones); Además es colaboradora habitual en el diario Hoy de Extremadura desde el año 2020. Reversibles reúne ocho relatos de contornos realistas (episodios verosímiles, personajes que parecen tomados del natural…, “todo lo que sucede en Reversibles ya ha pasado alguna vez a alguien” ) que con una notable eficiencia estilística (precisión, riqueza léxica) reflejan un presente complejo y convulso en tramas que poseen un propósito testimonial en que los personajes individuales comparecen también en el relato como representantes de grupos sociales amplios (como la joven violada de “De repente, Musa” que denuncia la brutal violencia masculina o el morador de “El otro Mediterráneo”, asediado por un mar creciente que, debido al cambio climático provocado por el hombre, debe abandonar su vivienda situada junto a la playa). Otros relatos contienen tramas éticas, íntimas o sentimentales como el boxeador sonado de “En la basura” que conserva en su nuevo mundo de derrotado su integridad moral, o las distintas parejas de varios relatos, unidos por relaciones superficiales (todos, al fin, como se titula uno de los relatos, “vecinos temporales”): jóvenes amantes cuya relación se malogra cuando deciden vivir juntos, la mujer casada decidida a abandonar a su marido imitando así la separación de unos amigos…, todos ellos, hombres y mujeres “reversibles”, esto, es volubles, tornadizos, marcados por la insatisfacción pero sin querer resignarse a esa “infelicidad normal” que parece aquejar a todos, con unos desenlaces narrativos verosímiles pero sorprendentes. Reproducimos un fragmento de “El otro Mediterráneo”.

“Antes de abandonar el piso lo recorrió por última vez, entró en cada habitación, tocó las paredes, se sentó en su cama y en la de invitados; se ajustó al hueco del sofá marcado por su cuerpo durante tantos años, ¡cuántas películas había visto allí sentado!; acarició los muebles, los objetos que no podría llevar consigo y que en unos días o semanas queda-rían a merced del agua. Tenía ganas de llorar otra vez. Abrió los armarios, tocó su ropa, la que había decidido abandonar, palpó los pantalones, las americanas que hacía años que no usaba, metió la mano en el hueco de los zapatos, pronto se llenarían de agua, repasó los libros, los que se convertirían en comida para peces, acarició sus lomos, los adorados títulos, sólo se llevaba unos pocos, los que cabían en una caja. En la cocina abrió las puertas de cada armario, allí se quedaban la cristalería que se trajo de casa de sus padres, el juego de cuchillos, los cubiertos de diario, cazuelas, sartenes, electro-domésticos, libros de recetas, allí se quedaba lo que había formado parte de su vida; ahora tocaba empezar otra. La idea de que todos aquellos ajuares, incluidos los suyos, los de sus vecinos y los de todos los edificios de la ciudad, supondrían una contaminación sin precedentes cuando se hundieran en el mar le distrajo por unos segundos. Y qué me importa la contaminación del mar, maldito e mar, que se hubiera quedado en sus límites, pensó”” [pp. 121-122]. 

 

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