viernes, 5 de febrero de 2010

La colonización de Antioquia



1851. FOLLETÍN DE CABO ROTO

Octavio escobar Giraldo
Bogotá, Intermedio Editores, 2007, 291 págs.


En su reciente visita a España, Octavio Escobar tuvo la generosidad de traerme ejemplares de sus últimas obras, entre las que destacan, junto con varias antologías de cuentos, Hotel en Sangri-Lá (2004, un libro de relatos que logró el premio nacional de literatura de la Universidad de Antioquia) y 1851. Folletín de cabo roto (2007, que recibió una beca de creación del Ministerio de Cultura colombiano). Ambientada en varias localidades cercanas al río Cauca, entre Medellín y Manizales, esta narración histórica relata las peripecias de Juan Escobar, un buscador de oro sin demasiada fortuna que se topará con el capricho del amor y la injusticia de un país corroído por la violencia. Pero de esta historia de pioneros perdidos en una naturaleza primigenia (que recuerda por momentos los escenarios de La vorágtine, de José Eustasio Rivera) sobresale la precisión y belleza de su prosa:

“Luna menguante, apta para la siembra. La lana traspira la humedad que empapa las camisas de tela burda, pero las infusiones del saúco curan los resfríos y los emplastos de llantén y los baños con agua de pensamiento recuperan las pieles carcomidas por el trópico, incapaces de entender lo que son las tales estaciones de las que hablan los europeos. Nadie lleva brújula u oyó hablar del meridiano de Grennwich, pero ya pasaron el río Auras. Las margaritas, el árnica y el venadillo, al que otros llaman juntaparao, hierba de hojas alternas y lanceoladas, largas de quince centímetros, se pegan a la montaña. Los árboles, indiferentes a los hombres, recogen agua y la vierten por entre las patas de las mulas destruyendo la base en la que apoyan con tozudez los pies desnudos en el lodo, atentos a los ladridos de los perros ante cualquier desvío de las bestias de carga".

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