domingo, 31 de julio de 2016

Errata de fe


ERRATA DE FE

Carlos Roberto Gómez Beras
Santo Domingo (República Dominicana), Editorial Isla Negra, 2025, 155 págs.
  
   Nacido en la República Dominicana en 1959 y residente en Puerto Rico, Carlos Roberto Gómez Beras, profesor universitario, editor y poeta, ha conseguido en dos ocasiones el premio nacional de poesía Pen Club de PR con Viaje a la noche (1989) y Mapa al corazón del hombre (2012). Ha publicado también La paloma de la plusvalía y otros poemas para empedernidos (1996), Aún (2007, un volumen que recoge los libros aparecidos entre 1989 y 1992) y Sobre la piel del agua (2011). Ahora, la editorial dominicana Isla Negra publica Errata de fe, en que el poeta compila cuatro libros anteriores: Heridas como labios, Ocho estudios incompletos, Las cosas que perdimos en el fuego y Fe de erratas. Reproducimos un poema del primero de ellos.

IMAGEN Y PAISAJE

En el bosque del tiempo se suceden dos otoños.
El que se refleja inmutable en el lago
y el que regala un sendero a quien se extravía.
¿En cuál de ellos hace su nido
el pez inaprensible de tu recuerdo?

En tu boca hay dos paisajes.
uno es tibio como un labio intoxicado
y en el otro, el frío es frío como el silencio.
¿En cuál de ellos podré encontrar refugio
de esa mujer en celo que llaman Muerte?

La vida es encuentro fugaz de dos imágenes.
Un cuerpo que es cielo del deseo
y un alma que es tierra sagrada y descalza.
¿En cuál de ellos preguntas por tu rostro
como una niña afiebrada se busca en un espejo?

viernes, 29 de julio de 2016

Cuatro cuentistas colombianos del siglo XXI


NARRADORES DEL XXI
CUATRO CUENTISCAS COLOMBIANOS

México D. F., Fondo de Cultura Económica, 2005, 205 págs.
Prólogo, bibliografía y notas de Jaime Alejandro Rodríguez R.

   Perdido durante una temporada, he recuperado este volumen de relatos que Antonio María Flórez me hizo llegar en su día. El libro, que no aspira a ser una antología completa del género narrativo breve en Colombia, reúne cuentos y microrrelatos de cuatro escritores que, salvo un caso, compaginan el cultivo de la narración breve con la novela. Son Pablo Montoya (Barrancabermeja,1963), Lina María Pérez Gaviria (Bogotá), Octavio Escobar Giraldo (Manizales, 1962) y Ricardo Silva Romero (Bogotá, 1975). “Tres de los autores seleccionados para la presente muestra forman parte de la generación que Giraldo ha llamado como de fin de siglo (Lina María Pérez, Octavio Escobar y Pablo Montoya) y un cuarto (Ricardo Silva) proviene de la nueva camada que empieza a surgir, nacidos estos a finales de la década de 1970. Los cuatro conforman una muestra suficientemente representativa, aunque reducida, de la reciente práctica del cuento en Colombia” [Prólogo, p. 15]
  Reproducimos el cierre de un relato breve de Octavio Escobar titulado “Apócrifo”, quien, como autor de relatos, ha publicado los volúmenes El color del agua (1993), Las láminas más difíciles del álbum (1995), La posada del almirante Benbow (1997), De música ligera (1998, premio nacional del Ministerio de Cultura de Colombia) y Hotel en Sangri-Lá (2002).

“-Usted no lo entendería, nadie lo entiende. Es un asunto de fe.
-Y la fe mueve montañas –respondió ella sin cortesías.
-No es usted muy religiosa.
-Soy prostituta, ¿no  lo ha notado?
   Era un hombre vigoroso aún y disfrutó mirarlo, tocarlo; además, sus manos intuían cómo trabajar el cuerpo de una mujer. Lástima que perturbara el momento hablando de su esposa y su maravilloso hijo.
-Vístase; otros clientes esperan –exigió, dándole la espalda.
   Al salir, sobre la mesa en la que descansaba el cántaro de agua, José dejó a María Magdalena unas monedas más de las acordadas”.

[Publicado originalmente en Caravelle, Cahiers du monde hispanique et luso-brasilien, num. 74. Toulouse, 200]



domingo, 24 de julio de 2016

O Ele


O ELE
Man Viola
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Vincapervinca, 2016, 134 págs.

   Man Viola nace en Cáceres en 1968. Tras cursar Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid se instala en Cáceres en donde desarrolla su labor como arquitecto especialmente en obras de restauración y rehabilitación. Paralelamente, su vocación literaria se ha dirigido hacia las formas tradicionales de vida en un área, la franja rayana de la campiña extremeña, que por su condición periférica ha conservado mejor que otras comarcas las estructuras culturales del pasado, atraído por su belleza pero también por su caducidad. La trama de O Ele, que ahora publica la Editora Regional de Extremadura, relata un viaje nocturno, cuyos pormenores no podemos desvelar, que el protagonista, Santiago Páez, realiza desde la Barroca de los Cinco Chivos, en el término de Jola, hasta la ermita de Nuestra Señora de la Lapa, ya en tierras portuguesas, circunstancia que justifica la condición mestiza y “bilingüe” del universo recreado y de la propia novela. “Puede ser, considera el escritor en un epílogo, que esta pequeña historia traiga algo de justicia a un país olvidado y marginado, y a unas gentes miradas con extrañeza y cierto desdén; y haga tener en cuenta el enorme esfuerzo de generaciones por habitar sus montes, collados y riberas. Esfuerzo del que, al cabo, provenimos”.
   Reproducimos un fragmento que muestra la notable capacidad del autor para describir la naturaleza.

   “El secreto y ubicuo canto de las oscuras mirlas mana de lo más espeso del monte sonoro. Se escuchan azarosos ruidos de reses moviéndose, ansiosas de refrescarse. Los mochuelos despiertos empiezan a volver los ojos. Allá por Portugal, impávida, anodina, se consume aún en estertores la lumbre inmensa de la brasa del sol. El cielo varía sin posible discernimiento del incendio del ocaso del poniente a un naciente ralo que se equivoca entre un cenizón violeta y un azul densísimo en el que ya brillan luceros”. [p. 10]

jueves, 21 de julio de 2016

Revista de Historia de las Vegas Altas


LITERARIAS
VOCES FEMENINAS DE LATINOAMÉRICA

Antonio María Flórez [Coord]
Revista de Historia de las Vegas Altas, nº 8, junio de 2016, 30 págs.

   Editada por el Grupo de Estudios de las Vegas Altas, ve la luz el número 8 de su Revista de Historia de las Vegas Altas, un monográfico que recoge composiciones de diez poetas hispanoamericanas, un conjunto, en palabras del editor, de “voces diversas para sensibilidades ajenas, que buscan también expresarse y hacerse entender en otros ámbitos y ante otras maneras de entender el mundo y asumirlo”. Las escritoras seleccionadas son Ana Mercedes Vivas (Cali, Colombia), Clara del Carmen Guillén (Comitán, Chiapas, México), Luis Mary Giraldo (Ibagué, Colombia), Elsa Sanguino Parra (San Cristóbal, Táchira, Venezuela), Lucía Estrada (Medellín, Colombia), Alejandra Echeverri (Taluá, Valle del Cauca, Colombia), Jannet Weeber Brunal (Montería, Córdoba, Colombia), Enzina Santacroce (Rioja, Argentina), Martha Cecicilia Cedeño (Maguaré, Colombia) y Gabriela Alemán (Río de Janeiro, Brasil).
   Reproducimos un poema de Lucía Estrada, autora de los poemarios Fuegos nocturnos (1997), Las hijas del espino (2006), El ojo de Circe (2006), La noche en el espejo (2010, premio nacional de poesía “Ciudad de Bogotá” de 2009), Cuaderno del ángel (2010) y Continuidad del jardín (2014).

SYLVIA PLATH

Todo lo que ha devorado el invierno
y el jardín de rojos tulipanes en el que ocupé mis manos
ha iniciado su descenso definitivo.

La casa es un viejo sarcófago de vigilias
y pergaminos desechos.
En ella duermen las ruinas de mi corazón.

A través de la bruma
sólo puedo distinguir el rencoroso brillo
de las abejas.

No hay perfección.

Mi cuerpo es un camino cerrado, reflejo de una luz marchita.
Nunca se bastó a sí mismo. Nunca.

Detrás de los muros, por entre las grietas,
vuelve a mí el eco de la fiebre 
palabras que revientan bajo la escarcha
como pequeños ríos de mercurio.

El invierno ha perdido mis pasos en la nieve.
Sangra en el aire
su condena.

[Las hijas del espino, 2006]


martes, 19 de julio de 2016

Vino y pólvora


VINO Y PÓLVORA
Susana Martín Gijón
Sevilla, Ed. Anantes, 2016, 194 págs.

   Asesora jurídica especializada en relaciones internacionales y derechos humanos, Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) fue Directora General del Instituto de la Juventud en Extremadura durante cuatro años, así como Presidenta del Comité contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia. Como escritora, Susana publicó en 2015 una novela corta (Náufragos. Mérida, Editora Regional, con prólogo de Víctor Guerrero Cabanillas), pero su trayectoria arrancó con una narración de trama policial ambientada en Extremadura (Más que cuerpos, 2013), a la que seguiría Desde la eternidad, 2014). Ahora la editora sevillana Anantes publica un tercer título de la saga del trébol de cuatro hojas, Vino y pólvora, protagonizada también por la oficial Annika Kaunda quien se ve obligada a interrumpir sus vacaciones en Nápoles para ponerse al frente de la investigación de un caso que arranca con la desaparición de una niña rumana de un campamento de inmigrantes que trabajan en la vendimia por salarios de miseria. Como en títulos anteriores, la trama de este tercer título exhibe una notable carga de denuncia social, contemplada desde una perspectiva francamente femenina. Reproducimos el arranque de la trama narrativa, un episodio en donde ya nada es lo que parece. 

   “Algo le había ocurrido. Su pequeña nunca se habría ido por su propio pie. Vasile había organizado una búsqueda junto a los hombres del campamento la tarde anterior. Nada más finalizar la agotadora jornada de vendimia se habían puesto en marcha para regresar al amanecer cargados de fatiga y frustración. Hoy habían repetido el procedimiento, hacía ya varias horas que se habían dispersado en grupos rastreando la zona palmo a palmo. El campamento se encontraba casi desierto, salvo por algunas mujeres con niños pequeños que tras expresarle su pena se habían refugiado cada una en su humilde cobijo. Sabía que estarían rezando por ella, por su Mihaela” [p. 17]

lunes, 18 de julio de 2016

Pasión y paisaje


PASIÓN Y PAISAJE
Poesía reunida (1974-2016)
Jacobo Cortines
Sevilla, Fundación José Manuel Lara. Vandalia, 2016, 401 págs.
Prólogo del autor

   Profesor de Universidad, articulista, fundador y director de la revista Separata (1978-1981), traductor de  los Triunfos (1983) y el Cancionero (1989) de Petrarca, estudioso y editor de escritores como Fernando Villalón, Felipe Cortines Murube, Manuel Halcón, Joaquín Romero Murube o Luis Cernuda, Jacobo Cortines (Lebrija, 1946) publica ahora en una cuidada edición de la Fundación José Manuel Lara su obra poética aparecida hasta la fecha: Primera entrega (1978), Pasión y paisaje (1983), Carta de junio y otros poemas (1994), Consolaciones (2004, Premio de la Crítica de 2005) y Nombre entre nombres (2014), a los que se suma un poemario inédito, Días y trabajos. Una adenda final reproduce fragmentos de sus diarios en que se explicita la génesis de la mayor parte de las composiciones.
   Lector lúcido de autores clásicos (Homero, Virgilio, Horacio, Manrique, San Juan…) y contemporáneos (Bécquer, Juan Ramón, los Machado, los poetas del veintisiete…), su poesía transita, como expresa el título elegido, entre la pasión (“el padecimiento, la alteración o perturbación del ánimo, la conmoción, los movimientos del deseo, las fuerzas instintivas, la irracionalidad, las obsesiones violentas, las ansias de infinito, la desmesura”) y el paisaje (“la serenidad, la claridad, la tendencia a la armonía, la distancia, el dibujo, la aceptación de los límites, la medida”), “dos ejes sobre los que gravita una existencia que reclama tanto la luz como las sombras para dar expresión a ella misma” [Prólogo, p. 9]
   Reproducimos un poema del libro Consolaciones perteneciente al bloque “Refugio de las horas”, que da una réplica más esperanzada (y tal vez, más ecuánime) a la Canción a las ruinas de Itálica de Rodrigo Caro, con una expresión clásica, próxima a su modelo, en el metro preferido del poeta (endecasílabos blancos).

EN LAS RUINAS

No vano horror, ni rota pesadumbre,
sino feliz memoria en estos campos
donde el azul del lirio abril combina
con jaramagos, cardos y amapolas.
Itálica cayó, pero sus huellas
al corazón ofrecen y a la mente
la paz de unas ruinas, un espacio
para fundar el sueño más hermoso.
Aquí la elipse de su muda arena
y la borrosa mole de su gradas.
Aquí las rectas calles y cimientos
de simétricas casas con mosaicos.
Más allá, bajo la tierra, lo que un día
contemplemos tal vez, nuevo prodigio
de la carne hecha mármol, como aquella
adolescente Venus recatada.
Ejemplo no de muerte este collado,
sembrado de cipreses y de rosas,
más bien vivo vestigio que proclama
la eternidad efímera del gozo.