jueves, 27 de enero de 2022

Cuaderno de campo

CUADERNO DE CAMPO

Adolfo Gómez Tomé

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col, Poesía, 2021, 49 págs.

    Adolfo Gómez Tomé (Mirabel, Cáceres, 1969) es profesor de lengua inglesa en Plasencia. Junto a una extensa obra publicada de relatos y narraciones breves, es autor de la novela La Gallina Ciega (premio de novela corta “Casino de Lorca”, 2000). Ha traducido a la poeta inglesa Kathleen Raine en diferentes revistas especializadas y es responsable tanto de la antología bilingüe Poesía y naturaleza, de esta misma autora, como de su autobiografía Adiós, prados felices (Renacimiento, 2013); también ha publicado versiones de Tahar Ben Jelloun y de la premio Nobel Louise Glück. Junto al ilustrador Lluvia Buijs publicó los relatos contenidos en Naufragios (Editora Regional de Extremadura, 2010). Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en su colección Poesía Cuaderno de campo, que en sus dos bloques (“En casa” y “Debo salir y habitar sus pasos”) comunica un regreso a la casa y a la naturaleza de la infancia (una naturaleza expresa en una nota final: “este cuaderno de campo está dedicado al río Jerte, al monte Valcorchero, a la huerta del Palacio, a la finca del Risco, a la rivera del Castaño, a la garganta de Minchones, al monte Batuecas”), recreada en textos abiertos a la belleza elemental de este entorno contemplada con los tonos de un asombro infantil. Reproducimos una composición del segundo bloque.

  

Dios espera… donde están las raíces.

Rilke

 

El viejo gallinero en un rincón de la huerta.

Los huevos morenos

aún tibios

en las manos-nido de las niñas

(la ternura de los dedos alentando la tersura de la cáscara).

 

Los narcisos florecidos

(aquellos traídos a hurtadillas de Escocia veinte años atrás)

a los pies del muro de piedra

inclinando sus cabezas amarillas

                                               dulcemente.

Y dulcemente, las manos envejecidas de mi padre

ofreciéndomelos (“llévatelos a casa”)

la fragancia arremolinándose en las puntas

                                                        de sus dedos.

 

La ranita de San Antón abrazada

                                      inmóvil

a la rama de bambú

mecida imperceptiblemente

por el vislumbre de la primavera.

¿De qué nos habla el pálpito de su piel

verde, verde, verde sin paliativos?

 

El viejo gallinero en el rincón de la huerta.

                                                        He vuelto.    

 

Carmen Muñoz Manzano y su tiempo


 CARMEN MUÑOZ MANZANO Y SU TIEMPO (1906-2002)

 Emilio Oliva Fernández

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Estudio, 2022, 171 págs.

    Emilio Oliva Fernández (Malpartida de Plasencia, Cáceres, 1948) es maestro de Enseñanza Primaria y licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1976. Ha ejercido toda su vida profesional como profesor de Secundaria en la Enseñanza pública y privada. Su obra escrita gira en torno a la investigación histórica e intrahistórica de Malpartida de Plasencia y su zona de influencia, así como sobre el Parque Nacional de Monfragüe, temas de los que ha publicado abundantes artículos en revistas como Aires Chinatos, Ventana Abierta o en la revista de la Asociación Torres Isunza. Es autor del trabajo 50 Aniversario del Instituto Donoso Cortés (1955/2005) de Don Benito.

   Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en su colección Estudio Carmen Muñoz Manzano y su tiempo, una biografía que traza el recorrido vital por un tramo temporal tan interesante como convulso de esta singular mujer nacida en Malpartida de Plasencia, formada en Magisterio en Salamanca y Madrid. Tras ejercer durante un curso académico en Navaconcejo se convierte en inspectora de enseñanza primaria, momento en que conoce a Rafael Dieste con quien contrae matrimonio civil en 1934. Colaboradora de las Misiones Pedagógicas, becada junto su esposo por la Junta de Ampliación de Estudios, sigue en los últimos meses de 1939 el mismo camino de tantos exiliados (Valencia, Barcelona, París, Londres, Montevideo, Buenos Aires). Regresó a España en 1961 reincorporándose al cuerpo de Inspección Primaria. Reproducimos un fragmento correspondiente a los primeros instantes del exilio (tras ser herida en un bombardeo).

    “El día 8 de abril recibió el alta del hospital y se marchó a casa de los Sres. Bloch, que vivían en Sèvres, ciudad situada en el área suburbana de París, en la orilla izquierda del río Sena. Esta ciudad es famosa porque en ella se encuentra la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, donde está el metro y el kilogramo patrón. Además de ser la ciudad donde se firmó el Tratado de Sèvres el 10 de agosto de 1920 entre el Imperio Otomano y la Triple Entente (Gran Bretaña, Francia y Rusia), que dio lugar a la división del Imperio Otomano. ‘Todos se comportan conmigo de modo exquisito. La casa es magnífica y muy bien situada. Me dieron una habitación amplia y con unas vistas maravillosas’. Por fin a finales de abril de 1939, ya con el alta del hospital, Carmen se reencuentra con su amor, Rafael que, gracias a Jean Richard Bloch y a la Asociación de Escritores Franceses consiguió su liberación y la de otros compañeros como Antonio Sánchez Barbudo y Arturo Serrano Plaja. A partir del momento de su encuentro, comienzan a organizar el viaje hacia el exilio” [pp. 17-18].

martes, 25 de enero de 2022

La rebelión de las veletas


 LA REBELIÓN DE LAS VELETAS

 Pilar López Ávila

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Tigres de papel, 2022, 49 págs.

Ilustraciones de Ester García

    Pilar López Ávila (Cartagena, 1969), es Doctora en Veterinaria y en la actualidad es profesora de Biología y Geología en el IES "Norba Caesarina" de Cáceres. Autora de una extensa obra, entre sus libros publicados cabe destacar títulos como Las divertidas aventuras de las letras (2010), álbumes como Ayobami y el nombre de los animales (2017), con dibujos de Mar Azabal y seleccionado como mejor álbum ilustrado por el New York Times y la Biblioteca de Nueva York en 2018; El pequeño colibrí tiene un problema (2019), La cometa de los sueños (2019), Lávate las manos, María (2020); Rosalía y el diente que no se caía (2021); Con alas de mariposa (2021). Es también autora de Tarari que te vi y otros relatos (2021) y, junto a la ilustradora Deli Cornejo, de Luna, lunera, ¡quién alcanzarte pudiera! (2009), Gastronomía de la imaginación. Recetario imposible de Pringosona Rodríguez (2012) y Las sabrosas aventuras de Pringosona Rodríguez (2012). También con Deli Cornejo, El AVEcedario inventado (2016).

   Ester García (Cáceres, 1984) es licenciada en Bellas Artes. Desde 2008 trabaja como ilustradora, principalmente en el campo editorial, donde ha colaborado con editoriales como Nórdica Libros, Edelvives, Anaya, SM, Lóguez o Thule Ediciones, entre otras. Combina esta faceta con exposiciones dentro y fuera de España. Sus obras han recibido el premio del Ministerio de Cultura a los libros mejor editados, el Junceda en la categoría Internacional (España), o el convocado por la Fundación Cuatrogatos (Miami).

  Ahjora, la Editora Regional de Extremadura publica La rebelión de las veletas en su colección Tigres de papel. Reproducimos un fragmento en el que los vecinos encargan al herrero veletas en consonancia con sus preferencias antes de la devastadora invasión por los tejados de la aldea de los pebas (pluviómetros, barómetros, anemómetros).

 

   “El herrero de Vientos del Monte había tenido que adaptarse a los nuevos tiempos y diversificar su trabajo. La gente apenas compraba ya objetos de hierro forjado, la mayor parte de encargos eran reparaciones… “un barrote del cabecero de  la cama que se ha desprendido…, sí, …durante el pasado invierno que fue muy húmedo…”, “…y casi nos caemos a la calle cuando estábamos apoyados en la barandilla del balcón…, la de hierro con filigranas…”.

   Sin embargo, la mayoría de las veletas de Vientos del Monte los había forjado su padre que, además, le enseñó el oficio.

   Fue durante unos años en los que los vecinos competían por colocar sobre el tejado de su casa la veleta más bonita, la más elaborada y original.

   De esta forma, el maestro del pueblo quiso una con forma de búho: "esta ave era un símbolo para los antiguos griegos, y representaba a Atenea, diosa de la sabiduría" —le dijo a su padre el día que la encargó.

   Y así, el médico quiso que la suya fuera un unicornio: símbolo de lo escondido que hay que descubrir, la farmacéutica una bruja, el aficionado a la caza encargó el cazador y la liebre y el agricultor el labrador con yunta de bueyes.

   Todos los vecinos tuvieron su veleta.

   Y también las instituciones locales.

   Todavía recuerda el herrero cuando era niño y aprendía el oficio, la disputa que tuvieron el párroco de la iglesia y el alcalde.

   Al parecer, los dos se encontraron al mismo tiempo en el taller de su padre para encargar la figura de la veleta que coronaría el campanario de la iglesia y la torre del ayuntamiento respectiva-mente: un gallo. 

         -¡Simboliza lastres negaciones de San Pedro! —había argumentado el párroco.

         -¡El gallo canta al amanecer para despertar a los vecinos, y esa tarea ha de asumirla el Ayuntamiento! –explicó por su parte el alcalde”. [pp. 13-16].

lunes, 17 de enero de 2022

Efi Cubero en Don Benito


 

Efi Cubero

Don Benito

Casa de Cultura

Jueves, 20 de enero

8,00 de la tarde

    Nacida en Granja de Torrehermosa (Badajoz), Efi Cubero residió en Barcelona desde la infancia hasta 2016, cuando regresó a su tierra natal. En Barcelona cursó estudios de historia del arte y de lengua y literatura. Su obra forma parte de numerosas antologías de España, Europa y América, y parte de ella ha sido traducida al francés, al portugués, al inglés y al italiano. Ha publicado, entre otros, los libros Fragmentos de exilio (1992), Altano (1995), Borrando márgenes (2004; con prólogo de Manuel Simón Viola), La mirada en el limo (2005), Estados sucesivos (México, 2008; con prólogo de Federico Martínez Reyes), Ultramar (2009; libro de artista junto al pintor Paco Mora Peral), Condición del extraño (La Isla de Siltolá, 2013; con estudio introductorio de Jesús Moreno Sanz), Desajustes (número 2 de la Colección de Poesía 3X3 dirigida por Antonio Gómez), Punto de apoyo (De la Luna Libros, Mérida, 2014; colección Luna de Poniente), Esencia (ensayos; La Isla de Siltolá, 2019), Mesa para tres, homenaje a Miguel Hernández (2021, libro de artista con el pintor Paco Mora) y Solo inclasificable (La Isla de Siltolá, 2021). Ha colaborado en diversos libros de ensayo y poesía; entre otros, en varios de los tomos de la Cátedra de Arquitectura y Humanidades (México, 2015-2016), En el vuelo de la memoria (2019), Streets Where to Walk Is to Embark (Inglaterra, 2019), O sangue dos ríos / La sangre de los ríos (Cámara Municipal de Fundão, Portugal, 2019), Nubes: poesía hispanoamericana (Pre-Textos, 2019; dirigida por Edda Armas), La experiencia de la libertad: poesía española contemporánea (México, 2020, selección de José Luis Morante), Alejandra Pizarnik y sus múltiples voces (Huso Editorial, 2021; selección de Mayda Bustamante) y Leer la vida (Impronta, Nueva York, Estados Unidos, 2021; edición de Hilario Barrero). En 2016 asistió a la 10ª Feria Internacional del Libro de Medellín (Colombia). Fue corresponsal de Frontera en Barcelona y es desde hace años colaboradora de Revistart (Revista de las Artes). Colaboradora asidua en Arquitectura y Humanidades (Universidad Nacional Autónoma de México, Unam). Textos suyos han sido publicados además en revistas académicas, de pensamiento y literarias, de España y América, como Mitologías, Analecta Literaria (Nueva York, Estados Unidos), Quimera, Turia, Cuaderno Ático, Estación Poesía, CAL, El Hombre a Caballo, Además De, Frontera, Cromomagacine, Papel Salmón, Alga, Norbania, Destiempos, En Sentido Figurado, Tinta China, Cooltura y Tardes Amarillas (Argentina). Ha prologado a varios escritores como, entre otros, la cubana Dulce María Loynaz (Premio Cervantes 1992) o los españoles Manuel Neila y Antonio García Barbeito. Es autora de textos en una serie de catálogos de arte. Ha sido miembro de diversos jurados, y ha participado como ponente en congresos dentro y fuera de España, e impartido conferencias y lecturas poéticas en instituciones y universidades. Ha participado en varias exposiciones de arte contemporáneo relacionadas con la poesía experimental en Chile, Italia, México, Francia, Portugal y España.


miércoles, 12 de enero de 2022

Aula Literaria Guadiana, 2021-2022


    En el marco de las actividades de la Asociación de Escritores Extremeños, arranca este mes de enero el Aula Literaria Guadiana en el curso académico 2021-2022, en la que participan los centros IES Cuatro Caminos e IES Donoso Cortés. La apertura la hará Efi Cubero (20 de enero), a la que seguirán Juan Bonilla (17 de febrero), Juan Ramón Santos (24 de marzo) y la escritora nicaragüense Gioconda Belli (aún sin fecha). Desde sus inicios en el otoño de 2002 han pasado por el Aula las escritoras y escritores siguientes:

FÉLIX GRANDE, DULCE CHACÓN,

JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD,

IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN,

SANTIAGO CASTELO, ESPIDO FREIRE,

LUIS ALBERTO DE CUENCA,

JUAN CARLOS MESTRE, JOSÉ VIÑALS,

ANDRÉS SOREL, JUAN MANUEL DE PRADA

ROSA REGÁS, ANTONIO HERNÁNDEZ,

CÉSAR ANTONIO MOLINA, RAMÓN BUENAVENTURA,

JESÚS SÁNCHEZ ADALID, ANTONIO MARÍA FLÓREZ,

JAVIER REVERTE, LUIS MATEO DÍEZ,

MARÍA ROSA VICENTE OLIVAS,

LUIS ANTONIO DE VILLENA,

JOSÉ ANTONIO MORENO JURADO,

FERNANDO MARÍAS, ALFONSO ARMADA,

ALONSO GUERRERO, CLARA JANÉS,

JORDI DOCE,  MAURICIO WIESENTHAL,

GUSTAVO MARTÍN GARZO, OCTAVIO ESCOBAR,

JOSÉ ANTONIO RAMÍREZ LOZANO,

FRANCISCO JAVIER IRAZOKI, FERNANDO ARAMBURU,

JULIO LLAMAZARES, JOSÉ ANTONIO ZAMBRANO,

JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS,

JOSÉ MARÍA GUELBENZU, ANDRÉS TRAPIELLO,

ANTONIO OREJUDO, RAFAEL REIG

LUIS LANDERO, VICENTE MOLINA FOIX

ÁLVARO VALVERDE, MIGUEL D’ORS,

MARTA SANZ, LAURA FREIXAS,

JUAN VICENTE PIQUERAS, JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN,

MANUEL VILAS, JAIME SILES, LORENZO SILVA,

EDUARDO MOGA, AURORA LUQUE,

SUSANA MARTÍN GIJÓN,

JACOBO CORTINES, KIRMEN URIBE,

OMAR PIMIENTA, GONÇALO M. TAVARES,

SERGIO DEL MOLINO,

JOSÉ LUIS BERNAL,  JESÚS CARRASCO,

RICARDO MENÉNDEZ SALMÓN E IRENE SÁNCHEZ CARRÓN.

 

martes, 11 de enero de 2022

El hombre que corría en el parque

EL HOMBRE QUE CORRÍA EN EL PARQUE

 Antonio María Flórez

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Vincapervinca, 2021, 329 págs.

 

   Hijo de madre extremeña y padre colombiano, Antonio María Flórez pasa su infancia en Marquetalia (Colombia), pero recibe su formación académica de grado medio en los centros docentes de Don Benito. Circunstancias biográficas posteriores le han llevado a alternar estancias en Colombia y España, lo que lo ha convertido en privilegiado testigo del panorama cultural de los dos países. Además de varios ensayos (como Dalí. El arte de escandalizar, 2004,  Transmutaciones. Literatura colombiana actual, 2009, o Cuentos de ida y vuelta, 2010) y numerosas colaboraciones en obras colectivas (antologías de cuento y de poesía, revistas…) ha publicado hasta el momento los siguientes libros de poesía, galardonados con premios de reconocido prestigio: El círculo cuadrado (1987), En cámara lenta, junto con el escritor Flobert Zapata (1989), Epigolatría (1993), ZOO (poemillas de amor antiecológicos) (1993), El bar de las cuatro rosas (1995) y Antes del regreso (1997). A este libro le siguieron títulos como El arte de torear (2002),  Desplazados del paraíso (premio nacional de poesía “Ciudad de Bogotá” de 2003, publicado ese año en Colombia y luego en España en 2006), Marquetalia (Un pueblo que rabia) (2003), Corazón de piedra (2011), Tauromaquia (Antología Trema) (2011), Bajo tus pies la ciudad (2012), Sabe que su mirada (2014), Lamuerte de Manolete. Crónica en escena (Don Benito, 2014), En las fronteras del miedo (2013, finalista del premio nacional de poesía del Ministerio de Cultura de 2015), Sueños eróticos de un adolescente empedernido (2016) y Mirándonos (2019).

   Como narrador, ha publicado sus relatos en antologías como Cuento caldense actual (1992), Estrechando círculos (1999), La narración corta en Extremadura (2000) y Ficciones (2001). En 2018, la editorial De la Luna libros publicó un volumen de relatos, Desde entonces vivo para el dolor

   El hombre que corría en el parque contiene un diario con entradas que van desde el 31 de enero al 31 de diciembre de 2008, sometido, sin embargo, a los artificios propios de la ficción ya desde su arranque, en que se desarrolla un motivo clásico adaptado a la modernidad, el del manuscrito anónimo encontrado al azar (en este caso, un pendrive) que un desconocido, tras tratar de encontrar en vano al autor, envía a un editor. Con el título de “El tinieblo” (un término propio de Colombia que designa al amante semioculto de una mujer casada), las sucesivas entradas van erigiendo el perfil de un médico culto y viajero, amante de los libros, del cine, de la música y, en general, de toda manifestación artística. También él, entre aventuras eróticas episódicas, se ha aproximado a la condición de “tinieblo” al enamorarse de una mujer casada de comportamiento a la vez apasionado y huidizo. Problemas laborales en una Cataluña inmersa en una fanática deriva identitaria, citas con amigos y amigas, viajes, juicios sobre libros leídos y filmes vistos (todos reales, como corresponde a un diario), relaciones amistosas y familiares (en la que destaca, la entrañable relación con su hijo casi siempre lejano) contribuyen a edificar una vida humana en el tramo cronológico de un año que en las últimas entradas, de modo progresivo, empieza a incorporar episodios inexplicables por los que el protagonista se siente vigilado sin sospechar la razón. Como sucede en el arranque, en su desenlace irrumpen de nuevo esos procedimientos narrativos propios de la ficción que adosan la trama al territorio de la novela negra (¿quién realiza esas llamadas anónimas vagamente amenazadoras y qué razón puede tener para hacerlas? ¿quiénes son los desconocidos llegados de Colombia seguidos por los mossos d’esquadra?). Queda, al fin, la figura de un ser humano enigmático, sin nombre (es solo “el hombre que corría por el parque”), que habitó en una sociedad embarcada en una carrera de cambios vertiginosos, también ella desconcertante y violenta (insinuada en las recurrentes pesadillas del protagonista) en la que cualquier persona puede desaparecer sin que parezca importar a nadie. Reproducimos una de las entradas que reseña la asistencia a uno de los muchos actos de la vida literaria barcelonesa, pero que en la cita final introduce el motivo de la persecución y el acoso con que se cierra el diario.

  09/12/08. Martes

    “Por fin me llega apoyo en el trabajo. Se incorpora mi colega de la mañana que estaba destinado por unos días en Esplugues, y eso se nota. Llueve mucho durante todo el día. Tal vez sea recordando a Lennon. Pero lo triste es saber que la yapo sigue apoderándose descaradamente de su legado.

   Por la noche voy a La Central de Mallorca con Efi y Álex. Antonio Ramírez, el librero, presenta en su ‘casa’ Contexto, una especie de asociación de editoriales periféricas jóvenes. Dicen que nacen con voluntad de excelencia, de comunicar territorios y de ocupar espacios a los que no llegan las gran-des editoriales; de cuidar el libro como objeto de valor artístico e intelectual, como medio de transmisión de conocimiento y crecimiento intelectual y humano. Y eso suena bien. Hablamos con Santiago Tobón y Julián Rodríguez de los proyectos que tienen entre manos en Sexto piso y Periférica. Luego nos vamos de cerveceo a La Bodegueta de la Rambla de Cataluña. Alguien recuerda que por ahí pasaba en tiempos García Márquez con sus amigos del Boom. Se lo pasaban bomba, por lo visto. Y nosotros también. Nos tomamos fotos para dejar constancia.

   ‘Se sabe que deambulan por ahí. Rastrean mi rastro. Olisquean los bajos de las esquinas y los senderos empedrados de los suburbios. Bajo la lluvia sus pasos resuenan acuciantes. La carne se me esponja y tirita. ¿Ya están aquí?’”. [pp. 300-301].

 

lunes, 10 de enero de 2022

Cuentos de la Generación de fin de siglo (1890-195)

CUENTOS DE LA GENERACIÓN DE FIN DE SIGLO

(1890-1915)

 Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Rescate, 2021, 224 págs.

Edición, introducción y notas de Manuel Simón Viola

    La antología que publica ahora la Editora Regional de Extremadura recoge el panorama del relato en la región en un periodo de transición entre los dos siglos que se abre en 1899 (aparición de la Revista de Extremadura, publicación de Meridionales, de Luis Grande Baudesson, prologado por Salvador Rueda) para cerrarse en 1916, año de la muerte de Felipe Trigo. Teniendo en cuenta que la flexibilidad debe presidir estas demarcaciones temporales (las trayectorias de algunos autores superan ampliamente la segunda fecha), lo cierto es que el grueso de la producción literaria se concentra en esta franja cronológica, entre cuyos límites encontramos dos subgrupos de perfiles precisos. Reunidos en torno a la Revista de Extremadura (enero de 1899 - febrero de 1911) y a Diario de Cáceres (1903) encontramos un conjunto de escritores que compaginó el cultivo de la narración con la poesía (José María Gabriel y Galán, Luis Grande Baudesson) o con el ensayo (Publio Hurtado, Rafael García-Plata de Osma, Diego María Crehuet, Mario Roso de Luna). En torno a Archivo Extremeño (febrero de 1908 - diciembre de 1911) y a los diarios pacenses de corte conservador, Noticiero Extremeño (1904), Nuevo Diario de Badajoz (tercera época, 1898), más tarde Correo de la mañana (1914), se dan cita escritores como Luis Rodríguez Varo, Javier Sancho González, Antonio Reyes Huertas o Enrique Segura.

   Reproducimos el arranque de un relato de Antonio Reyes Huertas (“Un cuento de lobos”) marcado por una sensibilidad “moderna” en la descripción del paisaje y por la simpatía artística con que se contempla a los seres humanos que habitan el entorno rural.

    “Desde la casa que blanquea en el alcor a la cañada donde está el manantial, hay una senda bordeada de margaritas y de gramas azules. A un lado de esta vereda, hasta los cantiles de basalto que se coronan todas las tardes con la rodela del sol, la mancha de jaras, charnecas y madroñas sube ladera arriba, como una crespa cabellera del monte. A otro lado ondulan las tierras, ya descuajadas, que han ido acortezando y endureciendo los vientos y el pastoreo.

   Nido la casa de un idilio en que la ternura apenas tiene palabras. Turón, el marido, mayoral de ovejas, guarda un rebaño en compañía del rabadán y un hatero. María Teresa, la mujer, dispone la casa, ventila la quesera y cuida de tener siempre limpios los herrados para los ordeños. En este rústico idilio, como un retoño tierno entre dos troncos recios, Tina, la niña, recuerda las facciones de la madre y el genio, un poco arisco, de Turón, cuando éste, al intentar dormirla por las noches, acerca sus barbazas descuidadas al rostro moreno del angelote.

   Fuera de la casa duermen en el chozo el rabadán y el hatero, al cuidado de las ovejas. Los perros acosan durante la noche los latidos del viento y la primavera ha levantado ahora, alrededor de la casa, los efluvios de savias y resinas del monte y el vaho blando y penetrante del redileo...”.