MUJER FRENTE AL MAR
(Catorce nombres de mujer)
A veces siente que en su recuerdo ya no queda nada de la noche anterior, cuando la luna, envuelta en una tenue gasa vaporosa, relucía sobre la arena mojada. Al bajar a la orilla, andando sobre un pontón inestable que sirve de embarcadero, Pilar eleva la cabeza para que la brisa nocturna traiga a sus labios el sabor salobre del mar tan próximo, y moje su piel enamorada del silencio, mientras escucha el suave vaivén de las olas unánimes. ¿Qué puede interesar a su ánimo más que este instante irrepetible?
Hoy, sin embargo, todo parece haberse diluido como lágrimas bajo la lluvia.
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