Buenas noches. Aunque conocía esta reseña desde hace tiempo, nunca me he decidido, y lo lamento, corresponder con un comentario de agradecimiento al doctor Viola que, de manera tan acertada, a mi modo de ver analizó en su momento este texto mío. Decir que, por entonces, hablamos del periodo que va entre 2010 y 2012, como autor no había publicado prácticamente nada y la obtención de este para mí prestigioso premio, me hizo entrar en ese mundo, a un tiempo privilegiado y abrupto de la creación literaria "de posibles". Uno, o sea yo, se pensaba ingenuamente que a partir de entonces no le iban a faltar ofertas para que fuese saliendo a la luz una obra que, siempre gracias a mi tesón, que todo hay que decirlo, no ha dejado de crecer y en gran medida acumularse en los cajones, como vulgarmente se expresa el trabajo de un escritor al que le cuesta que le publiquen o que simplemente no se presta a que lo publiquen de cualquier manera. En estos ya diez años transcurridos des la obtención del Felipe Trigo, he conseguido "colocar" algunos de mis trabajos, que no siempre han sido los a mi juicio estaban más pulidos, en editoriales independientes a las que debo agradecer el esfuerzo y mi lamento por no haber conseguido que esos trabajos despertasen el interés de los lectores. Eso sí, del mismo modo quede aquí y ahora constancia de mi agradecimiento al profesor Viola, porque aquel "empujón" que al menos a nivel emocional supuso la reseña de mi Cerezas, libro por cierto descatalogado, para mí sigue significando la más acertada visión de una obrita mía, que hasta la fecha alguien se ha tomado la molestia de escribir; me produce incluso un notable sentimiento de pudoroso arrobo, sobre todo porque el profesor Viola supo captar lo que yo pretendía contar en el texto y tal vez no era consciente de que lo estaba haciendo con la exactitud conque lo describe la reseña de Cerezas. Por eso, he de decirle estimado doctor Viola que sí, que para mí también, sobre todo, Cerezas es un texto existencialista. Muchas gracias y un abrazo. E.J. de Lara
Buenas noches. Aunque conocía esta reseña desde hace tiempo, nunca me he decidido, y lo lamento, corresponder con un comentario de agradecimiento al doctor Viola que, de manera tan acertada, a mi modo de ver analizó en su momento este texto mío. Decir que, por entonces, hablamos del periodo que va entre 2010 y 2012, como autor no había publicado prácticamente nada y la obtención de este para mí prestigioso premio, me hizo entrar en ese mundo, a un tiempo privilegiado y abrupto de la creación literaria "de posibles". Uno, o sea yo, se pensaba ingenuamente que a partir de entonces no le iban a faltar ofertas para que fuese saliendo a la luz una obra que, siempre gracias a mi tesón, que todo hay que decirlo, no ha dejado de crecer y en gran medida acumularse en los cajones, como vulgarmente se expresa el trabajo de un escritor al que le cuesta que le publiquen o que simplemente no se presta a que lo publiquen de cualquier manera.
ResponderEliminarEn estos ya diez años transcurridos des la obtención del Felipe Trigo, he conseguido "colocar" algunos de mis trabajos, que no siempre han sido los a mi juicio estaban más pulidos, en editoriales independientes a las que debo agradecer el esfuerzo y mi lamento por no haber conseguido que esos trabajos despertasen el interés de los lectores. Eso sí, del mismo modo quede aquí y ahora constancia de mi agradecimiento al profesor Viola, porque aquel "empujón" que al menos a nivel emocional supuso la reseña de mi Cerezas, libro por cierto descatalogado, para mí sigue significando la más acertada visión de una obrita mía, que hasta la fecha alguien se ha tomado la molestia de escribir; me produce incluso un notable sentimiento de pudoroso arrobo, sobre todo porque el profesor Viola supo captar lo que yo pretendía contar en el texto y tal vez no era consciente de que lo estaba haciendo con la exactitud conque lo describe la reseña de Cerezas. Por eso, he de decirle estimado doctor Viola que sí, que para mí también, sobre todo, Cerezas es un texto existencialista.
Muchas gracias y un abrazo.
E.J. de Lara