jueves, 7 de enero de 2021

Versos chiquininos


 VERSOS CHIQUININOS

Nanas, homenajes y villancicos

 Granada Farrona Farrona

Badajoz, Editamás, 2016, 82 págs.

Prólogo de Mª Victoria Micharet Vinagre  

   Nacida en Llerena en 1952, Granada Farrona se traslada con su familia a Monesterio cuando la escritora tiene doce años. A los estudios elementales cursados en su pueblo natal le sucedieron el bachiller en el Colegio Santo Ángel de Badajoz y los cursos de Magisterio en la Escuela Normal de esta ciudad. Tras sus años de formación, Granada ejerció la docencia en localidades como Monesterio, Villar del Rey, Fregenal de la Sierra, Alburquerque y, finalmente, Badajoz, en uno de cuyos centros, el Colegio Luis de Morales, enseñó hasta su jubilación.

     Es esta práctica profesional la que subyace en los poemas que la autora recoge en Versos chiquininos (y en un libro posterior, Versos, ¡A los pupitres!, 2017), unos textos protagonizados por niños y marcados por un leve acento extremeño, dos peculiaridades ya anunciadas en el adjetivo del título (“chiquininos”). En efecto, como indica el subtítulo, nos encontramos ante nanas, homenajes amistosos y villancicos, que se mueven en el cercano territorio de la familia y la amistad y sus protagonistas son esos niños que vienen al mundo, ríen, se resisten a dormir o sueñan en su pequeños lechos. En su lectura, asegura la prologuista al lector, “serás el niño en la cuna, el pastor en el campo, el bonito en el mar, el árbol en el bosque… Te aseguro que es fácil sumergirse en la magia del abandono, la calma de la bonanza, la chispa de la ternura, el descanso de un atardecer” [Prólogo, p. 9].

   “Mi intención -afirma la autora- es dar a los niños parte de lo que ellos me dieron a mí en el tiempo en que ejercí como maestra, seguir inculcando valores, despertar la curiosidad, defender sus derechos, ocupar un poco de su tiempo de ocio con la lectura, desarrollar su imaginación, para que el mundo infantil y juvenil sea feliz y no deje de soñar”. [Texto de contraportada]. Reproducimos una de estas tiernas y deliciosas composiciones.

 

ARRULLO DE LA LUNA LLENA

 

Sobre las aguas serenas

para mi niño, la luna

bordó con hilos de plata

un arrullito de cuna.

 

Por el muaré azul noche,

caballitos de mar trotan…

Van hilvanando un velero

y entre festones  lo bogan

 

Cantarinas caracolas

van entonando una a una

partituras caprichosas

sobre la mar y la luna.

 

¡Sube, mi niño, al velero;

tendrán tus sueños sosiego;

una madreselva sube

a ofrecerse sonajero!

 

Y te dormiste,  lucero…

en tu arrullito de luna…,

Tu sueño subió al velero…

en nanas de mar y luna.

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