HYPNOS EN LA VENTANA
María Sanz
Sevilla, Algaida, 2009, 41 págs.
XXVII premio “Ciudad de Badajoz”
Un amigo hace ciento, dice un refrán de mi cosecha. Y ha sido un amigo, José Antonio Ramírez Lozano, el que me ha llevado a conocer a María Sanz (Sevilla, 1956), una poeta andaluza con más de treinta poemarios y algunos de los más reconocidos premios del panorama poético español. El año pasado, María se alzó con el “Ciudad de Badajoz” con Hypnos en la ventana, “en que el sueño, el hijo de la noche, se asoma a la ventana [...] para mirar los paisajes del alma, para ensimismarse en las galerías del recuerdo, para transfigurarse en una soledad más alta que el dolor, más honda que la sombra que delimita el perfil del vacío [...] Los poemas de este libro, intensos, delicados, contenidos, levantan una tregua de antorchas frente al miedo, oponen su torre de palabras a un desierto de arena, esa antigua metáfora del tiempo [Santos Domínguez Ramos, texto de contraportada]
Reproducimos una de sus composiciones:
VI
Nunca será verdad esta alegría,
este rondel de pájaros al alba,
ni el manto de los sueños que me cubre.
Sólo sé que es auténtico
lo menos explicable,
aquellas hojas secas y rendidas
por no continuar camino abajo.
Ahora me entretengo
en ir de luna en luna,
como si lo real anocheciera
dentro del desamor a ras del cielo.
Nunca será está sonrisa,
este rayo impoluto
donde ha ido alumbrándose la nada.
Qué confuso lo cierto, qué imborrable
lo que aún no he vivido. Solo ahora
puedo firmar la paz con mi tristeza.
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