EL PAÍS DE LOS OTROS
(Antología poética)
Rui Xnopfli
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Letras
portuguesas, 2015, 175 págs.
Prólogo, selección y traducción de Luis María Marina
Periodista,
crítico literario y poeta, Rui Manuel Correia Knopfli nació en Inhambane en
1932, una ciudad mediana al sudoeste de Monzambique, pero su juventud transcurre en Lourenço Marques (hoy
Maputo), por entonces capital de la colonia portuguesa. Protagonista notable de
la vida intelectual de la ciudad, Knopfli publica en la década que va de 1959 a
1969 cuatro libros de poesía: O País dos Outros (1959), Reino Submarino (1962), Máquina de Areia (1964)
y Mangas Verdes com Sal (1969). Tras un breve paso por Lisboa, el
escritor obtiene un nombramiento como consejero de prensa en la embajada de
Portugal en Londres, ciudad en la que, con una notable sensación de destierro,
compone otros cinco poemarios: A Ilha de Próspero (1972), O Escriba
Acocorado (1978), O Corpo de Atena (1984) y O monhé das cobras (1997).
Ahora, la Editora Regional de Extremadura publica en edición bilingüe una
selección antológica de toda su obra poética al cuidado del poeta cacereño Luis
María Marina, traductor de otros poetas lusos (António Ramos Rosa, Nuno Júdice,
Daniel Faria…) y autor, en este caso, de una esclarecedora presentación del
poeta mozambiqueño. Reproducimos un poema de su primer libro, en el que durante
un paseo de regreso a la casa paterna recibe la impresión de que el viaje a la
infancia es imposible (es una “dirección prohibida”).
DIRECÇÃO PROIBIDA
Por uma rua enlameada e escura
regresso a casa de meus país,
neste inverno cinzento e dolorido.
Regresso pesado das contrariedades,
das rugas na testa,
da hipermetropía dos olhos.
Volto em paso lento junto
ao musgo azul da parede,
sobre polidas pedras da infância.
A vista abarca a menopausa
sem cor das coisas de antigamente,
e planta girassóis de lembrança
nos lugares de outrora.
Mudo, desço a estrada da memória
onde bilha a quadrilha do
Losango azul.
(O Archeiro Verde atira para o céu
a flecha da aventura. Numa esquina
qualquer Spike Holland espreita…)
Nada tem já encanto. Construiram
un prédio novo no descampado
cortaram o bambual, roubaram
minha espada de lata, mataram
a criança que havia en mim.
Todo un quarterião moderno
alinha o seu sorriso hostil
e esconde os lugares queridos.
Engano. Julguei que regressava.
Não se regressa.
É de lágrimas a paisagem que vejo.
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