martes, 19 de octubre de 2021

Extremeños en el Nuevo Reino de Granada

  

EXTREMEÑOS EN EL NUEVO REINO DE GRANADA (1527-1627)

Las Ordenanzas de Indios del Oidor Visitador Alonso Vázquez de Cisneros.

 Víctor Guerrero Cabanillas

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Estudio, 2021, 418 págs.

Prólogo de Esteban Mira Caballos (Academia dominicana de la Historia)

    Víctor Guerrero Cabanillas (Esparragosa de Lares, Badajoz, 1938) es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid; entre los galardones que ha recibido por su andadura profesional se cuentan la Medalla de Extremadura, la Medalla de oro al mérito colegial del Colegio de Médicos de Badajoz, galardón nacional de Médico de Rebotica o el Premio a la Trayectoria Social Especial de la comarca de La Siberia (Badajoz). Es miembro correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Artes y de las Letras y cofundador del Aula de Médicos Escritores Felipe Trigo. Cuenta con una nutrida trayectoria como articulista en los diarios Hoy y El Periódico de Extremadura. En su faceta de historiador y ensayista, con singular atención a la historia cultural de Extremadura, ha publicado abundantes títulos, entre los que se pueden destacar La salud de Carlos V (2005); Felipe Trigo, desorden mental y creatividad literaria (2007); Esteban Fernández de León Ibarra, estadista ilustrado de Esparragosa de Lares (2009); Encomienda de Lares (siglos XIII-XIX) (Editora Regional de Extremadura, 2013) o La Hacienda municipal de Villanueva de la Serena en el siglo XIX. Censos fiscales de 1831 (2016).

   Extremeños en el Nuevo Reino de Granada es un extenso, riguroso y documentadísimo estudio, que ha ocupado al autor durante un lustro, sobre la intervención de la Corona española en los territorios que serían conocidos como el Nuevo Reino de Granada. Tras las incursiones de conquistadores como Alonso de Ojeda, Rodrigo de Bastida o Pedro Fernández de Lugo, correspondería a Gonzalo Jiménez de Quesada  la conquista del nuevo reino para la Corona tras numerosas batallas con los indígenas (y la catastrófica aventura de El Dorado que culminaría con su propia muerte por lepra). Pero este vasto estudio, que no se doblega a ser resumido, va más allá de la descripción de los encuentros bélicos, deteniéndose en aspectos como la labor de teólogos y juristas, hábitos indígenas como el canibalismo, denuncias de la conquista como una empresa inmoral, descripción del sistema de encomiendas o el análisis de las Ordenanzas de Indios del Visitador Alonso Vázquez de Cisneros sustentado en cuatro grandes principios: “el respeto a la libertad del indio, la necesidad de su cooperación laboral libremente ejercida para el bien de todos, la justa retribución de su trabajo y la provisión de un procedimiento asistencial para impedidos, enfermos, ancianos y niños. Mediante un sistema de rotación los indios se obligaban a prestar su trabajo a terceros, pero siempre tras haber cultivado las tierras propias de la comunidad vecinal para beneficio de enfermos, ancianos y niños” [p. 369].

   Consciente de que se encuentra en un terreno histórico minado, falseado tanto por una historiografía del pasado que aún hoy habla de una “gesta de conquistadores” y del “descubrimiento” de un nuevo mundo así como por los forjadores de una leyenda negra en que, por intereses distintos, participaron italianos, holandeses e ingleses (y, más tarde, nacionalistas catalanes y vascos), Víctor Guerrero se acerca a este notabilísimo episodio en la historia de Occidente desde una estricta honestidad intelectual dando protagonismo al testimonio de los propios hechos y de los protagonistas, considerando que, como otras expansiones históricas (Roma, el Islam…) nos hallamos ante un hecho histórico a la vez cruel y fecundo: “Más allá de importunados exámenes, aquel descubrimiento o, si se quiere mejor, aquel encuentro inamistoso entre los nativos de las Indias y los descubridores españoles no fue otra cosas, aunque se quiera maquillar semánticamente, que la imposición drástica del dominio la cultura y la religión de los conquistadores a los conquistados. La verdad es que aquellos indios “bárbaros y salvajes” del xenófobo J. Ginés de Sepúlveda nunca gozaron de empatía social por parte de sus descubridores. A propósito, los hechos fueron de una manera determinada y solo admitieron una verdad narrativa. En puridad, no debieron haber sido objeto de tanta polémica. Quiero decir que la Historia deber ser siempre un ensayo de comprensión imaginativa y de interpretación ecuánime del pasado que se lleva a cabo, aunque con desigual fortuna, sin ceder protagonismo al simple enjuiciamiento” [“Introducción. Desafíos de la Historia”, pp. 16-17].

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