EL HOLOCAUSTO Y LA ESPAÑA DE FRANCO
Enrique Moradiellos, Santiago López Rodríguez y César Rina
Madrid, Ed. Turner,
2022, 316 págs.
Introducción de Enrique
Moradiellos
El Holocausto y la España de Franco
reúne estudios de Enrique Moradiellos (catedrático de Historia Contemporánea en
la Universidad de Extremadura y miembro de la Real Academia de Historia;
investigador en la University of London y profesor en la Universidad
Complutense de Madrid), Santiago López Rodríguez (investigador en el centro
Hugo Valentin de la Universidad de Uppsala; doctor por la Universidad de
Extremadura e investigador visitante en la École des Hautes Études en Sciences
Sociales de París) y César Rina Simón (profesor de la Universidad de Extremadura e
investigador del grupo Use of the Past de la Universidad de Lisboa). El volumen
acoge ensayos de Moradiellos (“El odio más antiguo y versátil”, “Franco ante la
‘cuestión judía’”), López Rodríguez (“La diplomacia española durante el
Holocausto”, “La España de Franco y el descubrimiento del Holocausto”) y Rina
Simón (“’Ya los encontraremos’. Judeofobia y antisemitismo en Extremadura
(1931-1950)”.
Reproducimos un fragmento de este último estudio que arranca de con una
pregunta sorprendente: “¿Cómo pudo extenderse el antijudaísmo durante dos
décadas en la prensa de una región tan periférica y que no contaba con apenas
población judía? La intensa propaganda contra este enemigo inexistente solo se
puede comprender tomando en consideración un recurso imaginario que condensaba fobias
de largo recorrido histórico y que hacía presente lo invisible” [p. 228]
“El antijudaísmo se recrudeció en la campaña electoral que dio la victoria al Frente Popular, presentada tanto en la prensa regional como en la nacional como un plebiscito entre las dos Españas: la patriótica y católica y la revolucionaria "atada a Moscú, la esclava del judaísmo la que chilla en ateo". Los políticos del Frente Popular "son de Moscú, son masas movidas por resortes judíos". Este plebiscito nacional adquiría tintes apocalípticos, encarnados en los cuatro jinetes: "judaísmo, comunismo, muerte y masonería". Se trataba de una guerra d civilizaciones: "El judaísmo que odia [...] cuanto ostenta influencia cristiana hace dos mil años que aprovecha todas las coyunturas que se le ofrecen para sustraerse al castigo que acarreó sobre sí, ante el banco de Pilatos, pidiendo la muerte del justo, y como el pueblo eternamente errante no encuentra otro procedimiento que borrar del mundo hasta el nombre cristiano, a este objeto satánico ordena todos sus embates". Los judíos empleaban una acción política determinada: "la calumnia, la injuria, la persecución y el asesinato siempre que se les brinda ocasión propicia". Ocasión que habían encontrado con la Revolución rusa, "donde ocupan los cargos más influyentes".
En febrero
de 1934, Extremadura. Diario Católico,
publicó un artículo de Oscar Pérez Solís donde se relacionaba la República con
el judaísmo y la masonería; "poder que busca las sombras y el misterio,
como si no fuera capaz de resistir la luz y la mirada de todos [...]". Por
su parte, en las páginas de Hoy,
Medina Gata incidía en que Marx "fue ante todo un judío. Por eso no podrá
ser nunca español. España es esencialmente antijudía". Además de
"moro" y "rifeño", Marx era el `prototipo de judío errante,
sin hogar y sin patria, agrio, displicente r duro [...]. No es un hombre".
[pp. 240-241].
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