sábado, 6 de agosto de 2016

Acaso por el canto


ACASO POR EL CANTO
(Antología)

Fernando Linero
Bogotá, RevistaUlrika-XXIV Festival Internacional de Poesía, 2016, 85 págs.
Presentación de Robinson Quintero Ossa

   Acaso por el canto es una antología publicada en homenaje a Fernando Linero con ocasión del XXIV Festival Internacional de Poesía de Bogotá (el volumen se terminó de imprimir el 23 de abril, día del libro). Nacido en Santa Marta en 1957, Fernando Linero realizó estudios de música y de filosofía y letras y en 1980 inicia con Sonata del sonámbulo una trayectoria poética jalonada por unos títulos que tienden a hermanar sus dos pasiones, la música y la poesía: La risa del saxo (Bogotá, 1985), Guijarros (Bogotá, 1990), Aparte de amor (Bogotá, 1993), Palabras para el hombre (Bogotá, 1998), Lecciones de fagot (Bogotá, 2005), My harmónica sounds (una antología personal bilingüe aparecida en 2009), Experto en tachaduras (Villavicencio, 2010), Un oficio (Bogotá 2010), Cuaderno de insectos y otros poemas (Cartagena, 2011) y La risa del saxo y otros poemas (2014). En Cuadernos de poesía Ulrika Darío Jaramillo Agudelo definió su obra como “una poesía desbordada de música y de mundo, una poesía consciente de su propia voz, escrita con oficio de poeta, esa mezcla de éxtasis y carpintería para iniciados, ese ‘deslizarse en el sueño con los ojos abiertos’”. Reproducimos un poema del libro Palabras para el hombre (1998) en el que el poeta considera los distintos destinos de la condición humana marcados todos, sin embargo, por el mismo estigma de la soledad.

A LA VIDA SE ENTRA SOLO

La palma que está en el patio
nació sola, creció sola.
Nicolás Guillén
A la vida se entra solo.
Algunos con una camisa.
Otros con un racimo pero solos.
Bostezando o preñado de luz
cada cual con su tristeza.
Se entra sin saber qué se quiere,
qué se busca,
qué piezas encajan en el juego:
acaso los destellos del infortunio.
O el recuerdo de una ciudad triste.
O la imagen de una madre
que espanta el calor y las moscas
del sueño del hijo.
Breves de memoria y olvido
como los niños que ahora repintan la rayuela.
Como el padre dormido.
Como el amigo que no volveremos a ver.
Cada cual con su tristeza.
Se entra y es ya un lugar del sueño.
Algunos con el corazón atiborrado de palabras.
Otros portando una copa amarga.
Algunos en el mes de los ahogados.
Otros cuando las primicias del ciruelo.
Cada cual con su propia confusión.
Todos con la misma soledad.
a Augusto César Sandino


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