PIEDRA DE TOQUE
15 poetas emergentes en Extremadura
Mérida,
Editora Regional de Extremadura, 2016, 227 págs.
Edición
y prólogo de Daniel Casado.
Preparada por Daniel Casado (poeta
trujillano autor de poemarios como El
viento y las brasas, El proyector de sombras, Oscuro pez del fondo, Secretos
que contar y La segunda mirada), Piedra de
toque, que ahora publica la Editora Regional de Extremadura, es una
antología de jóvenes poetas (todos ellos nacidos después de 1980) presentados
en el texto introductorio por el prologuista como la poesía emergente de la
región en la actualidad, un momento marcado no tanto por un cambio novedoso de
referentes como por una transformación, esta sí radical, en la difusión de los
textos, pues al contenedor tradicional de la poesía (el libro, del que esta
antología es una buena muestra) se suman otros formatos, como blogs, performances, jams, sesiones de
micrófono abierto…, que están alterando por completo, y de modo especial en el caso del
género lírico, la relación entre escritor y lector, hasta el punto de que la
poesía de este nuevo siglo -considera el prologuista- “encara así un nuevo
reto: seguir siendo auténtica, singular e inolvidable en la época de la
reproducción instantánea, el consumo masivo y el olvido inmediato”.
En la selección participan poetas como Álex Chico, Urbano Pérez Sánchez, Fernando de las Heras, Ángela Sayago Martínez,
Úrsula Rodríguez, David Yáñez, Fernando Pérez Fernández, Julián Portillo,
Francisco Fuentes, Víctor Martín Iglesias, Víctor Peña Dacosta, Ángela Cayero,
Francisco Naranjo Lanchazo, Antonio Rivero Machina y Patricia Amigo.
Reproducimos una composición de Víctor Peña Dacosta, autor de los poemarios La huida hacia adelante (La Isla de
Siltolá, 2014) y Diario de un puretas
recién casado (Liliputienses, 2016).
CARTA
ABIERTA DE LO QUE QUEDABA
DE
VÍCTOR PEÑA DE 19 AÑOS DIRIGIDA
AL
ACTUAL VÍCTOR PEÑA
ANTES
DE DESAPARECER PARA SIEMPRE.
Tú antes molabas
Bart Simpson
No
quiero ser duro contigo,
que
bastante tienes con lo que tienes.
Mírate,
esto no era lo pactado:
eres
la publicidad engañosa
de
lo que yo prometía. El reverso
caducado
de una tapa dorada.
Eres
Kennedy y Zapatero.
El
casi pero al final no.
Eres
la alergia de la primavera,
una
oferta que sale cara.
El
delirio sin aires de grandeza.
Eres
la realidad tras la esperanza,
la
resaca de las celebraciones
y
las agujetas del sexo
mediocremente
salvaje.
Eres Rod Stewart.
Guti.
Obama.
Tao
Lin.
Eres
peor que los Strokes.
Pero
no quiero ser duro contigo.
Solo
quería despedirme:
no
te veré pagar una hipoteca
ni
ponerte (aún) más gordo.
No
veré cómo te casas y te largas
de
luna de miel a un infierno carísimo.
No
veré cómo te compras un coche
y
malvendes tus discos de vinilo.
No
te veré caer en el voto útil
ni
en las rebajas de Ikea.
No
pasaré la vergüenza
de
oírte blasfemar pidiendo
una
cerveza sin alcohol.
No
te veré morir.
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