viernes, 9 de junio de 2017

Ciudad de Coria







   El pasado siete de junio, en dependencias del Ayuntamiento de Coria, fallamos el XXVII premio de cuentos “Ciudad de Coria”, un certamen creado en la primavera de 1990, que, a partir de 1995, se concede a libros de relatos (hasta entonces se premiaba un único cuento). A la presente convocatoria han concurrido 64 libros de relatos (procedentes de todas las comunidades autónomas pero también de Estados Unidos y Noruega), que una comisión de lectura redujo a cinco finalistas. El jurado, que en esta ocasión me tocó presidir, tenía como vocales a Lorenzo Esteban Sánchez y Alfonso Pomet Correa (dos de cuyas alumnas conseguirían sendos premios en el XXX certamen de microrrelatos que se fallaría al día siguiente) y Cirpiano Palomino Iglesias como secretario. En las deliberaciones, con un alto grado de unanimidad, llegaron a la última fase dos compilaciones de relato: Cuentos de nieblas y naufragios y La suerte siempre se acaba. Finalmente, resultaría ganador este último título, cuyo autor resultó ser José Balsa Cirrito, residente en Rota (Cádiz).
   Su libro, La suerte siempre se acaba, reúne diez relatos de variada temática y diversos protagonistas (un asesino en serie elige como víctima a una mujer a punto de suicidarse, un ingeniero de sonido empecinado en lograr el silencio absoluto, un reo ante el juez despreocupado por el castigo que pueda imponerle, un condenado a muerte que confiesa a un sacerdote su condición de asesino despiadado…) contienen tramas que perduran en la memoria marcadas por una expresión de una notabilísima calidad literaria que se resuelven a menudo con sorpresas finales y un humor constante e inteligente. José Balsa ha publicado hasta el momento dos novelas y dos obras de teatro: La estafeta del viento (Algaida, 1998), El gran eunuco de Persia (Teatro Independiente Alcalaíno, 2008), El círculo hegeliano (Ediciones Olcades, 2010, premio de novela Valdembra, Cuenca) y Evangelio según Tarantino (Ediciones Irreverentes, 2015).
   Aunque el premio no se concedió por unanimidad sino por mayoría, me sorprendió la confluencia en los juicios sobre los distintos libros en todas las fases de la deliberación, pero también la extraordinaria afabilidad con me recibieron (no conocía a ninguno de ellos) y la cordialidad con que, tras la reunión, me mostraron una ciudad que se prepara para celebrar, un año más, sus fiestas de San Juan.
   A las ocho y media se celebró en un hermoso patio interior una gala presentada por Marisol Núñez Santos en que intervino el Alcalde de la ciudad, José Manuel Ballesteros, y la Presidenta de la Diputación de Cáceres, Rosario Cordero, con la presencia de Álvaro Sánchez Cotrina, diputado de Cultura, Juventud y Deportes. El acto fue amenizado por el dúo toledano Milo Ke Mandarini (manzana y naranja) quienes, con un sonido de extraordinaria calidad, interpretaron cantos sefardíes y composiciones folklóricas altoextremeñas. No me resisto a citar los instrumentos que utilizan en sus actuaciones: Isabel Martín toca bendir, pandero de Peñaranda, pandereta, cucharas, davul y riq; Carlos Ramírez tañe yayli tanbur, çogur, lavta, ud y lyra de Creta con cuerdas simpáticas (instrumentos de percusión que construye personalmente).

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