lunes, 4 de junio de 2018

Epifanías


EPIFANÍAS

José Antonio Ramírez Lozano
Valencia, Ed. Pre-Textos. Poesía, 2018, 41 págs.

   José Antonio Ramírez Lozano (Nogales, Badajoz, 1950) es autor de más de setenta obras en prosa y verso, premiadas muchas de ellas con galardones prestigiosos (Azorín, Claudio Rodríguez, Juan Ramón Jiménez, José Hierro, Blas de Otero, Ricardo Molina o los extremeños Ciudad de Badajoz, Felipe Trigo o Cáceres de novela corta). Su obra poética arranca con Canciones a cara y cruz (Sevilla, 1974), libro al que siguieron otros muchos títulos (como Antifonario para un derrumbe, Bestiario de Cabildo, Cuarto creciente, Azogue impuro, Pipirifauna, Santos llovidos del cielo, El arquero ciego, Aqueronte, La flor de la pavesa, Vaca de EspañaDiscurso de anatomíaA cara de perro…). Ahora la editorial valenciana Pre-Textos publica Epifanías, un conjunto de dieciséis composiciones que recogen motivos preferenciales del escritor en anteriores poemarios en unos textos marcados por una fabulación gozosa y por los hallazgos verbales: animales de bestiario medieval (tábanos, escorpiones, ocas, gatos, ovoras, cigarras, palomas…), interiores conventuales… Reproducimos uno de los poemas construido sobre una asociación sinestésica (el agua y el silencio).

EL POZO DE LANDINO

Nadie le daba crédito a Landino.

Él bajó solo un día
al fondo de aquel pozo
vacío de su huerto y descubrió
su manantial oculto,
la marejada oscura del silencio.

Bajaba con recelo
y con cada peldaño su voz iba
menguando hasta el ahogo. Apenas si
ya sílaba.
Y subió
–el horror en sus ojos- y les dijo
que la suya era un agua de silencio,
que su pozo tenía
su venero la voz
sin voz de los ahogados.

Nadie le daba crédito en Moreda.

Landino aquella noche
sacó unos pocos cubos de aquel agua
sin agua y se la dio
de beber a los perros de la vega.

Esa noche los perros no ladraron.
Esa noche llegó a escucharse el mar
lejano de Liguria
y los trenes terribles del crepúsculo.


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