domingo, 20 de septiembre de 2020

El mundo rural extremeño


 EL MUNDO RURAL EXTREMEÑO

(SS. XIII-XVI)

Paisaje, sociedad y poderes en el Maestrazgo de Alcántara

 Luis Vicente Clemente Quijada

Badajoz, Departamento de Publicaciones de la Diputación de Badajoz, Col. Historia, 2020, 421 págs.

 

   Nacido en Montehermoso, Luis Vicente Clemente Quijada cursó la licenciatura en Historia como residente en la Muñoz Torrero y completó el doctorado en la Universidad de Extremadura becado por el Ministerio de Educación mientras proseguía su formación en la Escuela Oficial de Idiomas de Cáceres. Ha sido visitante en las universidades de Durham, Toma Tré y Complutense. Desde 2017 es profesor de Historia de Europa en la Universidad de Chile. Desde 2010, sus líneas de investigación se han centrado en la historia rural europea, donde aborda las transformaciones en los modelos sociales y políticos de las sociedades no industrializadas a través de temas como el poblamiento, el paisaje agrario y las relaciones económicas. Ahora, el Departamento de Publicaciones de la Diputación de Badajoz publica El mundo rural extremeño (SS. XIII-XVI), un extenso y documentado estudio sobre el panorama rural de la región y sus sucesivas trasformaciones en el territorio del maestrazgo de Alcántara. Reproducimos un fragmento que da cuenta del surgimiento y desarrollo de las ventas junto a los caminos más transitados.


    “La actividad de estas ventas atrae pobladores hacia ellas debido a una cuestión logística, ya que el trasiego de caminantes hace rentable también la producción para su abastecimiento, que en gran medida debe hacerse mediante una producción anexa, dada la amplia distancia que separas estos lugares y los núcleos habitados más cercanos. Por ejemplo, en torno a la venta del Terarejo, en la dehesa de Azagala, han comenzado a instalarse hortelanos hacia 1520 que se dedican al a abastecimiento de viajeros  y ganaderos. Bartolomé Martín apreciaba el beneficio que de ellas se derivaba porque ‘estando allí la dicha huerta tienen mucho rrefrigerio los caminantes e pasajeros’. Hernando Alonso Bejarano hacía una estimación similar que además nos permite contextualizar este desarrollo como fruto de la distancia hasta la población más cercana: ‘los herbajeros e pastores que allí traen sus ganados se proveen de fruta e legumbres de la dicha huerta e no las hallaran hasta Alburquerque, que son cuatro leguas”. Uno de los hortelanos cuenta incluso con un horno en su huerta destinado a la producción de pan”. [p. 104].

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