viernes, 8 de septiembre de 2017

La noche en el espejo


LA NOCHE EN EL ESPEJO

Lucía Estrada
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col Letras Americanas, 2017
Premio de Poesía Ciudad de Medellín, 2005

   Nacida en Medellín en 1980, Lucía Estrada formó parte durante cinco años de la organización del Festival Internacional de Poesía de Medellín, pertenece al comité editorial de la revista literaria Alhucema y es coordinadora de Eventos Culturales en la Corporación Otraparte. Sus textos han sido traducidos al inglés, alemán, francés e italiano y difundidos en antologías de Colombia, Costa Rica, España, México, Chile, Perú y Venezuela. Su trayectoria poética arranca con Fuegos nocturnos (1997), libro al que siguieron Noche líquida (2000), Maiastra (2004, premio nacional de poesía “Ciro Mendía”), Las hijas del espino (premio “Ciudad de Medellín, 2005), El ojo de Circe (2006), El círculo de la memoria (2008), La noche en el espejo (2010, premio nacional de poesía “Ciudad de Bogotá” de 2009) y Cuaderno del ángel (2010). En 2014 vio la luz Continuidad del jardín. Antología personal.
   Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en su colección “Letras Americanas” La noche en el espejo, del que reproducimos una de las composiciones marcada por la meditación sobre el destino en un instante nocturno y fronterizo.

Ahora que tu cuerpo se dispone a cruzar la frontera más solitaria, dime:
¿A qué grito, a qué palabra te aferras?
¿Qué silencio abres en la semilla que mañana será tu sustento?

Las piedras que guardas en tu memoria
son las ruinas de un altar construido
para que alguien más ofrezca en él su corazón.
Pero ya nadie se detiene bajo los árboles
que se han despojado de su sombra.
Sin amor, el paisaje incierto de otras tierras
te arrebata definitivamente de nosotros.

Queda entonces el vacío donde resuenan mejor nuestros pasos,
oscuro rumor que nos obliga a permanecer despiertos.

¿Quién vigila más allá de ti mismo el movimiento de tu sangre?

Cada noche te prepara un abismo
en el que te dejas caer sin espanto
pues en ti llevas tu lámpara,
esa que también te ha descubierto la intemperie
y el esquivo secreto de tu nombre.

Un canto de sirenas te guía en el blanco laberinto de la rosa.

 ¿En qué antiguo reino se apoya tu mirada?

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