SU CLARA LUZ RECIBE
Estudios sobre Juan Meléndez Valdés
Miguel Ángel Lama
Mérida, Editora Regional, Col. Estudio, 2017, 133 págs.
Profesor
titular de Literatura Española en la Universidad de Extremadura, Miguel Ángel Lama (Zafra, 1962) ha publicado estudios y ediciones sobre autores españoles
del siglo XVIII, como Vicente García de la Huerta, Nicolás y Leandro de Moratín
o José Cadalso, de quien editó su poesía (Ocios
de mi juventud. Ed. Cátedra, col. Letras Hispánicas, 2013). Fundó y dirigió
la revista de Filología Laurel y fue
durante más de quince años director del Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Extremadura. Formó parte del consejo de redacción de las
publicaciones periódicas fundadas por Ángel Campos, Espacio/Espaço Escrito y Hablar/Falar
de Poesia y, en la actualidad, de Suroeste.
Revista de Literaturas Ibéricas, dirigida por Antonio Sáez. Es asimismo el
director de la revista Cuadernos
Dieciochistas, de la Sociedad Española de Estudios del siglo XVIII, que
publica Ediciones de la Universidad de Salamanca.
Es autor
del dietario El trabajo gustoso (ERE,
2002) y ha publicado en la misma Editora Regional la edición de Poesías, de Vicente García de la Huerta
(1997), la Obra periodística y literaria
de Antonio Otero Seco (2008, en colaboración con Francisco Espinosa Maestre) y
el volumen dedicado a la poesía de Literatura
en Extremadura 1984-2009 (2010).
Ahora, la
Editora Regional de Extremadura publica con ocasión del segundo centenario de
la muerte de Meléndez Valdés (Ribera del Fresno, 1754-1817) Su clara luz recibe del profesor Miguel
Ángel Lama, que reúne seis estudios sobre el escritor extremeño: “El poeta, el
magistrado”, “Juan Meléndez Valdés. El discurso de apertura de la Real
Audiencia de Extremadura”, “Las poesías de Meléndez Valdés. Su ordenación”, “La
oda XXXIX de Meléndez Valdés”, “La primera edición expurgada de una letrilla de
Juan Meléndez Valdés” y “Meléndez Valdés en José de Espronceda”.
Profesor de
Humanidades de la Universidad de Salamanca, magistrado en diversos destinos,
autor de una obra literaria en diversos géneros y mejor poeta español de la
centuria, fiscal del Consejo Real, Consejero de Estado, caballero de la Orden
Real de España, miembro de la Real Academia de la Lengua… Meléndez Valdés
conoce como otros ilustrados el camino del exilio tras el regreso al trono de
Fernando VII y la huida de España de José I. Una de las dos Españas acababa de cerrar violentamente una oportunidad histórica (“Sus puñales vimos, / y España en tal duelo, / cual madre, a otro suelo
/ nos hizo partir”). Reproducimos el relato del exilio.
“Tras su
paso por varias localidades francesas (Bayona, Dax, la actual Vic-Fézensac,
Condom, Toulouse) que sirvieron de primer refugio a los españoles exiliados en
los meses siguientes a su salida de España, Meléndez Valdés, con la salud muy
quebrantada, recaló en Montpellier en 1814, luego pasó a Nîmes, en donde
residirá casi todo el año siguiente, hasta octubre, cuando tuvo que ir al
depósito de los refugiados de Aléx, donde solicitó traslado de nuevo a
Montpellier a finales de 1815. E los sesenta y tres años, el 24 de mayo de
1817, moría Meléndez de un ataque de apoplejía, tras este desastrado periplo
que sirvió de colofón a los últimos años de su vida y que no concluyó del todo
con la desaparición del hombre. Sus restos conocieron cinco sepulturas desde la
fecha de su muerte hasta 1900: un enterramiento clandestino en la bodega de una
casa de campo de Montpellier, una sepultura en la parroquia de Montferrier en
febrero de 1819; nuevo traslado en marzo de 1818 al cementerio de Montpellier;
y por fin traslado a España en 1866 en donde los restos fueron depositados
primero en la iglesia de San Isidro y luego, en 1900, en el cementerio
madrileño de San Isidro, junto a los de Leandro Fernández de Moratín y su
paisano Juan Donoso Cortés”. [p. 25].
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