DESCENDIMIENTO
Ada
Salas
Valencia,
Ed. Pre-Textos, col. La cruz del Sur, 2018, 90 págs
Nacida en Cáceres en 1965, Ada Salas publicó su primer libro, Arte
y memoria del inocente, en 1988 (Universidad de Extremadura, premio “Juan
Manuel Rozas”). Desde entonces, y además de un libro sobre la propia escritura
(Alguien aquí, Hiperión, 2005) y el ensayo El margen, el error, la tachadura (premio de ensayo “Fernando Pérez”, 2011), ha
publicado los poemarios Variaciones en blanco (premio
“Hiperión” de 1994), La sed (Hiperión, 1997), Lugar de la
derrota (Hiperión, 2003), Esto no es el silencio (premio
“Ciudad de Córdoba”, 2008), No duerme el animal (una
recopilación de casi toda su obra poética aparecida en Hiperión en 2009), Limbo y otros poemas (Pre-Textos, 2013, Ashes to Ashes (Editora Regional, 20011, en colaboración con el
pintor Jesús Palencia), Escribir y borrar
(Fondo de Cultura Económica, 2016) y Diez mandamientos (La
Oficina Ediciones, 2016). Ahora, la editorial Pre-Textos publica
Descendimiento, en que los poemas giran
en torno a este motivo bíblico tan repetido en la tradición pictórica de
Occidente. El cuadro aludido, reproducido en el libro, es el de Rogier van der
Weyden que se conserva en el museo del Prado. Un segundo bloque, subtitulado “Oratorio” da la voz a los personajes que rodean a
Jesús: La Virgen, María Madalena, Nicodemo, María Cleofás, María Salomé y José de
Arimatea. Reproducimos uno de los poemas más descriptivos del óleo.
Nadie
mira hacia nadie.
Todos
los ojos son
el
ensimismamiento. No hay quien mire
de
frente
hacia
el dolor del otro. A quién
sostiene
Juana
a
quien llora
su
madre.
No
hay paisaje no hay cosas
-cuatro
plantas
raquíticas
un fémur
y
una calavera
ahí
a
nuestros pies
por
si no habíamos
tropezado
bastante-. Así se cierra el círculo
así
se
ha templado el anillo. Las rodillas
de
Cristo la mano
de
María se vienen
hacia
ti. De repente el dolor. Estamos todos
muertos.
Ninguno de nosotros
ya
es
una
persona.
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