sábado, 10 de octubre de 2009

Mujeres de la calle




LAS MENINAS DUERMEN EN LA RÚA

Fulgencio Valares

Mérida, De la luna libros, 2009, 57 págs.


Nacido en San Sebastián en 1972, Fulgencio Valares, que reside en Miajadas desde los cinco años, ha cultivado el relato (Trece, 2005) y la novela (El único amor de Teresa Cornejo, 2000; La mancha de la mora, 2006), pero su dedicación principal ha sido el teatro, como actor y como autor: La farsa del amor (2002), Compañera del alma (2004), Quijote, en el silencio del olvido (2004) y La reina vaca (2005). En 2008 compuso Volver a nacer, en que recreaba el caso real de una joven dombenitense que queda paralítica tras un accidente de tráfico. Financiada por la Junta de Extremadura y por el Ayuntamiento de Don Benito, la obra ha sido llevada al cine con el título El viaje de Cris (2009), dirigida por Antonio Gil Aparicio.

Las meninas duermen en la rúa fue estrenada en el Palacio de Festivales de Santander en 2008, montada por Horacio Medrano (Teatrapo) y Pati Doménech (Ábrego Teatro, finalista de los premios Max de Teatro de este año), con Andrea Juliá y María Vidal como protagonistas.

En cualquier callejón envilecido de una ciudad del cono sur, entre despojos urbanos (bolsas de basura, maniquíes, un bastidor de madera..., que componen una parodia de la obra velazqueña), dos mujeres (o una sola voz desdoblada) representan la tragedia de la prostituta degradada en un entorno hostil, acorralada por la humillación, las enfermedades y la violencia masculina, mientras sueña con una redención improbable.


jueves, 8 de octubre de 2009

Daniel Casado en La casa encendida...






...y en Baluerna.


En el número treinta y dos de estos “Cuadernos del viajero” publica Daniel Casado (El largo andar tan breve, premio “Ciudad de Mérida” de 2002; El viento y las brasas, premio “Arcipreste de Hita” de 2004; El proyector de sombras, aparecido en Editora Regional en 2005), un texto, en edición bilingüe, situado entre el poema en prosa y el micro-relato, pues no siempre las diferencias teóricas (el relato, sea cual sea su extensión, cuenta; el poema, canta) son tangibles, ni importa mucho que lo sean. Reproducimos el fragmento inicial en ambas lenguas.


“Existe, en ciertas abadías, la costumbre de someter al hambre los cuerpos y las sombras. Así, del grueso de las túnicas va quedando. en los días precedentes al Adviento, un seco charco de piel y de retórica: son los monjes, deshidratados bajo la estricta vigilancia de los cielos. Va el latín mermando sus estómagos. noche a noche, con la acidez de un dios incandescente. Se debaten en la furia, el amor o la tristeza. Tras las alcobas, alguna vez quedó tendida con llagas y lodos la sombra mortal de un monje. Aquel, desposeído de sí mismo, frecuentó los atardeceres y las regiones del día sumidas en la niebla, buscando insomne el cuerpo, mustio y ceniciento, de su sombra”.


“Existe, em certas abadías, o costume de submeter a fome os corpos e as sombras. Assim, do volume das túnicas vai pendendo, nos dias que antecedem o Advento, um charco seco de pele e de retórica: sãao os monges desidratados sob a rígida vigilância dos céus. O latim vai mirrando os seus estómagos, noite após noite, com a acidez de um deus inncandescente. Debatem-se na fúria, no amor Ou na tristeza. Dentro das alcobas, ficou uma vez caída com chagas e lama a sombra mortal de um monge. Aquele, desapossado de si mesmo, percorreu os entardeceres e as regiões do dia sumidas na névoa, buscando insone o corpo, melancólico e cinzento, da sua sombra”.

[Traducción de Eduardo Fonseca dos Santos]


domingo, 4 de octubre de 2009

Por el camino viejo de Castilla




EL RÍO DEL LOBO

(Un viaje a Guadalupe)


Manuel López Gallego

Mérida, Editora Regional, 2009, 154 págs.

Fotografías de Matilde Pereira


Tras la guerra civil, la literatura viajera, tan cultivada por los hombres del 98, fue revitalizada por Camilo José de Cela con su Viaje a la Alcarria (1948), que aportó el modelo formal al género (un narrador “viajero” que escribe en tercera persona y entabla un diálogo permanente con los habitantes de los lugares visitados), pero fue Campos de Níjar (1960), de Juan Goytisolo, el primero en dotar al relato de una perspectiva testimonial y de denuncia y, por tanto, en convertirse en modelo par los narradores del medio siglo que encontraron en este subgénero narrativo un medio idóneo para levantar acta de una realidad terrible silenciada por la prensa y el poder. Las características comunes a todos ellos fueron la descripción de un recorrido físico por una región (frecuentemente acompañada de mapas y fotografías), el pintoresquismo (que fomentaba la impresión de veracidad: detalles curiosos, notas singulares...), el diálogo con los habitantes (reproducido, con frecuencia, con todas sus imperfecciones), el propósito testimonial y de denuncia (pobreza, abulia, abandono institucional...), una perspectiva crítica no siempre expresa (el autor ve lo que confirma el testimonio que quiere dar: en Caminando por las Hurdes los autores solo muestran cuadros de miseria, en Tierra de olivos solo los humildes ayudan al viajero...), la elaboración artística (no es infrecuente que los episodios se alteren para ofrecen una estructura narrativa coherente)

En Extremadura, el género fue cultivado por Eusebio García Luengo (Cuaderno de las Extremaduras, Madrid, 1962) y Pedro de Lorenzo (Extremadura, la fantasía heroica, 1961), pero fue Víctor Chamorro el más fiel representante de una narrativa testimonial que, en su caso, alterna las descripciones paisajísticas con reflexiones de corte histórico para denunciar la postración y el abandono de la comarca: Las Hurdes, tierra sin tierra (1968), Guía secreta de Extremadura (Madrid, 1976), Extremadura. Afán de miseria (más próxima a un ensayo histórico de título intencionadamente polémico; Madrid, 1979) y Por Cáceres de trecho en trecho (Madrid, 1981).

En el momento actual, este género, desprovisto de fines extraliterarios, parece resurgir con títulos como Carretera y manta. Un viaje entre Badajoz y Alentejo, de Manuel Vicente González [Badajoz, Del Oeste Ediciones, 2004, con fotografías de Antonio Covarsí), La frontera que nunca existió, de Alonso de la Torre (Mérida, ERE, 2007) o los libros de Manuel López Gallego (Camelle, La Coruña, 1960, pero afincado en Villanueva de la Serena): Estaciones del sur (Badajoz, Del Oeste Ediciones, 2005) y El río del lobo publicado ahora por la Editora Regional de Extremadura en su colección “Viajeros y estables”.

El río del lobo, probable sentido etimológico de “Guadalupe”, se inicia en la localidad toledana de Puente del Arzobispo, fronteriza con la provincia de Cáceres, la aldea en que los peregrinos procedentes de Castilla cruzaban el río Tajo para dirigirse al santuario mariano, y es que según recuerda el viajero Teztel en el siglo XV “en ninguna parte de la cristiandad suele haber tan gran concurso de fieles como aquí, por devoción y piedad”. Era el llamado camino de Castilla o camino Real, frente a otros itinerarios, como el camino de Andalucía (que siguieron Colón, Hernán Cortés o Cervantes), el de Portugal, que penetraban en Extremadura por Alcántara o Badajoz, y el de León que entraba por Coria.

Tras cruzar el río, el viaje seguido por el escritor, el mismo elegido por el embajador de Venecia Andrea Navagero en el siglo XVI o Antonio Ponz en el siglo XVIII, se adentra en la comarca de La Jara, atraviesa la de Los Ibores (Bohonal, Mesas, Fresnedoso, Castañar) par allegar, finalmente, a Las Villuercas (Berzocana, Cañamero, Guadalupe).

Con la impresión constante de acompañar al escritor en un viaje real, podemos contemplar con él numerosos lugares de interés de un rincón de Extremadura no visitado por los escritores (salvo Félix Urabayen que ambienta en la comarca de La Jara alguna de sus novelas o Cervantes que lleva a sus personajes, Persiles y Segismunda, a Guadalupe): el templo romano de Augustobriga salvado de las aguas del pantano de Valdecañas, que anegaron Talavera la Vieja; los pueblos semiabandonados o abandonados por completo (La Avellaneda) de Los Ibores, la vía de ferrocarril entre Villanueva de la Serena y Talavera de la Reina que nunca llegó a entrar en funcionamiento, los ríos de las Villuercas (el Ibor y el Almonte, tributarios del Tajo, el Ruecas y el Guadalupejo que vierten sus aguas al Guadiana)..., pero también nos da numerosas noticias históricas de viajeros del pasado o se detiene en la etimología de Guadalupe, muy discutida (río del lobo, río escondido, de los altramuces, del oso, de leche...).

Narrado con una prosa sobria y directa, tan característica del género, López gallego pasea su mirada de testigo curioso, sin presupuestos previos ni tesis tácitas o expresas, atento a la arquitectura popular, a las iglesias como expresión estética más relevante de un entorno humilde, a los habitantes de los pueblos o a la sorprendente belleza del paisaje.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Largueza del instante

Javier Pérez Walias (Plasencia, 1960) es licenciado en Filología Hispánica –especialidad de Literatura– por la Universidad de Extremadura. Su obra poética aparece representada en diversas muestras colectivas, tales como la Antología (Jóvenes poetas en el “Aula”) (Cáceres, 1983), la selección de poesía publicada por La factoría valenciana (Valencia, 1994) o Diez años de poesía en Extremadura (1985-1995), a cardo del profesor Miguel Ángel Lama (Cáceres, 1995).

Es autor de poemarios como Impresiones y vértigos de invierno (XVII Premio de Poesía Ciudad de Vélez-Málaga, 1989), Ceremonias del barro, (Premio del "VIII Certamen Literario Residencia, de Cáceres, 1986). A este lado oscuro del cauce, (Málaga 1992), Cazador de lunas (Málaga, 1998), Versos para Olimpia (Málaga, 2003) o Los días imposibles, Calambur Editorial (Poesía, 53, Madrid, 2005). En 2004 la Editora Regional de Extremadura publicó Antología Poética (1988-2003), una selección de Julián Rodríguez y María José Hernández, con prólogo de Serafín Portillo.

En diciembre de 2008, con su libro Largueza del instante, obtiene el premio de la XVII Bienal de Poesía "Provincia de León".



lunes, 28 de septiembre de 2009

Escritores colombianos en Catalunya




El encuentro, dedicado a rememorar la presencia de los escritores que residieron en la ciudad -desde Vargas Vila a García Márquez- y a conocer la obra literaria de los escritores y poetas que hoy viven en Barcelona, tendrá lugar el 29 y 30 de septiembre de este año y será la primera de las iniciativas organizadas por Casa América Catalunya y la Fundación Santillana. El programa de colaboración recientemente firmado por las dos entidades abarca un amplio número de actividades vinculadas a la promoción de la cultura iberoamericana en España.


Martes 29 de septiembre
Narrativa colombiana en Catalunya
Conferencia y conversatorio
19:00 h. Conferencia: Colombia en Cataluña desde el Modernismo. Por Ricardo Cano Gaviria
20:00 h. Convesatorio con los escritores Ángela Becerra, Juan Gabriel Vásquez, Luis Noriega, Ricardo Cano Gaviria y Sergio Álvarez. Dialogará con los autores el escritor español José Antonio de Ory.

Miércoles 30 de septiembre
Poesía colombiana en Catalunya
Conferencia y recital
19:00 h. Conferencia: El silabario que nos une. Por Arturo Bolaños Martínez
19:45 h. Recital poético con Anabel Torres, Juan Pablo Roa, Zamir Bechara, Antonio María Flórez y Arturo Bolaños Martínez. Presenta la poeta catalana Rosa Lentini.

Literatura completamente universal



Me ha tocado en suerte dar este curso “Literatura universal”, una asignatura optativa de segundo de bachiller. Hojeando libros de textos, me he topado con el que tengo ahora delante, que comienza citando un Himno a las coronas del Alto y Bajo Egipto, escrito durante el Imperio Antiguo (2700-2200 antes de Cristo], y acaba mencionado títulos como Jazz (1992) de la estadounidense Toni Morrison o Los niños coroneles [sic], de Fernando Marías, quien ganó en 2001 el premio Nadal con una novela de protagonista no tan prematuro, El niño de los coroneles.

¿Qué han previsto los programadores del ministerio para el primer tema de esta materia (tiene once)? Poca cosa. Pasen y vean.


ÍNDICE


UNIDAD 1. EL NACIMIENTO DE LOS MITOS

La literatura sánscrita

Los hebreos y el monoteísmo: Antiguo testamento y apócrifos

La antigua literatura religiosa en Egipto

La literatura griega

La literatura griega arcaica

La literatura griega en la época clásica

La literatura griega alejandrina

La literatura griega en época romana

El legado literario de Roma

La literatura romanda durante la República

La literatura latina en la época imperial

Los cimientos de la literatura cristiana

La literatura coránica

La literatura germánica


Lectura: Edipo rey, de Sófocles

sábado, 26 de septiembre de 2009

Extremadura en 1808: tropas y guerrilla





LA GUERRILLA PATRIÓTICA EN EXTREMADURA

(1808-1812)

Fernando Flores del Manzano

Mérida, Editora Regional, col. “Estudio”, 386 págs.


“Entre las muchas consecuencias que para la historia de España tuvo la invasión napoleónica y la Guerra de la Independencia, se cuenta como uno de los asuntos de mayor interés el fenómeno de la resistencia popular frente a la presencia francesa. Divulgado con enorme rapidez el bando de Andrés Torrejón, alcalde de Móstoles, la movilización espontánea conforma un movimiento guerrillero -y guerrilla será desde ese momento una palabra española para el mundo- que ocupa el interés de la Junta Central, el Consejo de Regencia o la Junta Suprema de Extremadura, de las que emanarán Reglamentos e Instrucciones fundamentales para entender el fenómeno. Todos estos asuntos se desarrollan en La Guerrilla patriótica en Extremadura (1808-1812), que analiza de forma sistemática este acontecimiento en sus diferentes tipologías: las Partidas de Cruzada, en las que resulta pionera la región, las de Cazadores, de Escopeteros y Tiradores, las Milicias, Compañías de Honor o de Milicia Honrada, hasta llegar a las Partidas regladas de acuerdo a las normas de las diferentes Juntas y la exótica legión de Downie. Al tiempo, cuestiones como la economía de las partidas, su difícil integración tras la guerra o las biografías de buen número de guerrilleros son recogidas en un panorama completo que permite la lectura comparativa con manifestaciones contemporáneas” [Texto de contraportada]


Uno de los graves problemas con que se enfrentaron las autoridades militares en Extremadura fue el de la deserción de unos campesinos obligados a tomar parte, mal equipados y sin apenas instrucción, en acciones militares: “Cuando se les pasó el entusiasmo derivado de la reacción fervorosa contra la ocupación enemiga, abundaron los arrepentidos, los que desearon dar marcha atrás, reintegrándose a sus hogares. Estos labriegos militarizados a la fuerza tuvieron que enfrentarse en campo abierto, en evidentes condiciones de inferioridad, a las bien pertrechadas y marciales tropas napoleónicas, en las que cada soldado llevaba su vistoso uniforme, sus fornituras, su reluciente armamento. Tras de cada batalla importante (Medellín, Talavera, Ocaña, Gévora...) se producía la estampida de los regimientos. Los desolados territorios extremeños se llenaban de dispersos y desertores, de lastimosos y erráticos soldados cuyo único criterio de orientación no era otro que dar cuanto antes con sus aldeas y casas natales” [Págs. 119-120]

jueves, 24 de septiembre de 2009

Talleres literarios, 2009




El Director General de Promoción Cultural, Francisco Javier Alonso de la Torre, la Directora del Área de Difusión y Promoción Cultura, Marta del Pozo, y el Vicepresidente de la AEEX, Julián Rodríguez Marcos, asisten a la rueda de prensa de presentación del programa de talleres literarios para el próximo curso.


En total son 12 talleres presenciales, para los que está abierto el plazo de inscripción hasta el 25 de septiembre, y 3 talleres virtuales, a los que podrán inscribirse los participantes hasta el día 21 de este mes. Los cursos comienzan a partir del 28 de septiembre.


Las localidades que acogen los talleres presenciales son: Alburquerque, Almendralejo, Alcántara, Badajoz, Cabezuela del Valle, Cáceres, Guareña, Jaraíz de la Vera, Llerena, Navalmoral de la Mata, Plasencia y Villanueva de la Serena. A través de Internet, los talleres se desarrollan en la plataforma de formación online www. aupex.org/teleformacion


Francisco Rodríguez Criado, José Antonio Zambrano, Javier Pérez Walias, Isabel Mª Pérez, Juan Manuel Barrado, Elena García de Paredes, Ignacio del Dedo, Fernando Pérez Fernández, Pilar Galán, Gonzalo Hidalgo Bayal, Elías Moro Cuellar y Manuel Simón Viola son los tutores que este año se encargarán de los talleres presenciales. Ada Salas y Antonio Jiménez Morato son los responsables de los talleres virtuales. Todos ellos son escritores pertenecientes a la Asociación de Escritores Extremeños.


lunes, 21 de septiembre de 2009

Tragedias en Mérida




EL TEATRO DE LOS DIOSES
José Prieto Rodríguez

Mérida, Editora Regional, col. Vincapervinca, 2009, 142 págs.


La trama de El teatro de los dioses arranca cuando una joven, Elena Zacarías, pide ayuda al investigador privado Lucas Santarén para que dilucide las causas del suicidio de su padre, un prestigioso arqueólogo, conservador del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y profesor de la Universidad de Extremadura. Nada hace suponer que un hombre con una carrera profesional tan brillante haya acabado con su vida, pero a eso apunta la nota autógrafa encontrada junto a su cadáver con una cita de Ayax, una de las tragedias de Sófocles: “Ya no veréis a este hombre, a un hombre cual Troya no ha visto ningún otro en el ejército que vino de tierra helénica; y ahora, en cambio, deshonrado, yace aquí”. Su cadáver fue encontrado en la Casa de Mitreo: como el héroe griego, Gerardo Zacarías se arrojó sobre una espada.

Una ayuda impagable encontrará Santarén en la joven Sara, profesora de griego y lectora de las tragedias de Sófocles, porque, sorprendentemente, las tramas del dramaturgo parecen relacionarse, como en la muerte citada, con otros sucesos fatídicos que tendrá que abordar. Conviene recordar, por ello, que, desobedeciendo la orden de Creonte de enterrar a Polinices, su hermana Antígona fue sepultada viva en una cueva y allí se ahorcó. Hércules recibió de su esposa Deyanira una túnica que le corrompió la piel ocasionándole un dolor insoportable: el héroe ordenó que lo quemaran en una pira. Edipo se arrancó los ojos incapaz de soportar el horror de un parricidio y un incesto. Filoctetes fue mordido por una serpiente y abandonado por Ulises en una isla, en tanto Electra adereza con parsimonia el plato frío de la venganza.

¿Será posible que los argumentos de las obras halladas de Sófocles tengan relación con los seis enigmas a los que tiene que enfrentarse el investigador? Como se sabe, cuando menos se toque la trama de una novela negra mejor para ella. Sí diremos, sin embargo, que nos hallamos ante un divertimento inteligente y culto, de agradable lectura, que sigue las reglas del género: el lector debe tener las mismas oportunidades que el detective, importancia del diálogo (en el que se vierten pistas efectivas y falsas), el culpable no debe ser un profesional del crimen, nada de trucos indignos (hermanos gemelos, episodios paranormales) ni de asuntos de amor (aunque líos de faldas los que se quieran), ni móviles altruistas...

viernes, 18 de septiembre de 2009

Sierra del escalofrío




Domingo, diez de diciembre de 2007. En las proximidades de una vieja base militar, en la Sierra de Guadalupe. Los niños dicen: “¡es un caracol!”. Lola dice: “es un conejo”. Yo pienso en un perro con un hueso en la boca y recuerdo a Machado:


“En la sierra de Quesada
hay un águila gigante,
verdosa, negra y dorada,
siempre las alas abiertas.
Es de piedra y no se cansa”.

Hilario Barrero, profesor de literatura en la Universidad de Nueva York y experto en el novelista navarro Félix Urabayen, contestó con unas líneas (“Amigo Simón: Muchas gracias por la fotografía. Tú te has acordado de Machado y yo te he escrito estos ripios.... Felices fiestas. Un abrazo”). El poema, sin un solo ripio, también recuerda, creo, al mejor Machado.



”Allí donde el viento escupe
nieve aterida de frío,
está la de Guadalupe:
sierra del escalofrío.

¿Perro, caracol, conejo?
Cresta de plata engarzada,
ola dormida, un espejo
donde se mira la nada.

Vela de un barco a deriva
en un azul velazqueño,
museo de roca viva,
isla en un lienzo pequeño.

Tu bella fotografía
enigma sin resolver
me trae la melancolía
de ver lo que no se ve”.