DESTINO
GIJÓN
Susana
Martín Gijón
Sevilla,
Ed. Anantes, 2016, 101 págs.
Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) ha publicado en la editorial sevillana Anantes hasta el momento tres novelas de trama policial ambientadas en Extremadura (Más que cuerpos, 2013, Desde la eternidad 2014 y Vino y pólvora, 2016) que impregnan las tramas de una notable carga de denuncia social, contemplada desde una perspectiva francamente femenina. En 2015 la Editora Regional de Extremadura publicó Naufragios (finalista de los premios "Felipe Trigo" de novela corta y del premio "La Trama / Aragón Negro" de Ediciones B), una novela ambientada en San Francisco en cuya trama una joven relata en primera persona el sórdido universo de "náufragos" en la gran ciudad. Más tarde, la escritora ha publicado Pensión Salamanca (2016) y Destino Gijón (2016), dos novelas cortas protagonizadas también por la oficial de policía Annika Kaunda.
Si Pensión Salamanca se
situaba en esta ciudad castellana durante el desarrollo de un Gongreso de
novela negra, Destino Gijón se
ambienta en esta ciudad durante los actos de la Semana Negra, una cita menos
académica y más multitudinaria que tiene lugar en los terrenos de los antiguos
astilleros, donde Susana Martín Gijón, que ha asistido para presentar su última
novela, se encuentra casualmente con Annika y su hija Celia. Al día siguiente,
el periódico El Comercio reproduce
una fotografía de la “Embarcación en la que ha aparecido la mujer herida de
muerte con una potera”. Las dos mujeres, junto con un detective próximo al
perfil de los modelos del cine negro clásico, iniciarán una indagación que les
llevará finalmente a la elucidación del crimen. Como en el título anterior, las
reducidas dimensiones de la novela ocasionan una pareja reducción en todos los
frentes (espacios, personajes, sospechosos…), pero ambas logran mantener la
tensión hasta un desenlace, como mandan los cánones, imprevisto pero verosímil,
y ambas están impregnadas de una intención lúdica y un tono bienhumorado.
“-Como ya sabréis por los periódicos,
se ha identificado al propietario de la embarcación. Es Rafael Hormigo Sánchez
y adivinad qué –dejó transcurrir unos segundos para acentuar el suspense, pues sabía
que esa información aún no se había filtrado-. Es piloto de vuelo en la misma
compañía donde trabajaba Alejandra.
Silbé ante la revelación.
-Pues
eso lo explica todo.
-Es
lo que cree la policía. Le han detenido esta mañana.
-¿Tú
no?
-Yo
no.
-La
conexión es evidente. Seguramente estarían liados. Esa noche quedaron en el
barco, algo pasó y él la mató.
-Blanco
y en botella –convine ante la explicación de Annika.
Félix movía la cabeza a un lado y a otro, la mirada clavada en el suelo.
-¿Qué
es lo que no te cuadra?
Respiró hondo. Sabía que si pretendía que le ayudáramos tendría que
confiar en nosotras.
-Es
mi cliente. Él me contrató.
-¿El
asesino te contrató? –exclamé, tratando de encajarlo en una estructura de
novela”. [pp. 50-52]
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