jueves, 14 de marzo de 2019

Bestiario del cabildo


BESTIARIO DEL CABILDO 

José Antonio Ramírez Lozano
Madrid, Amargord Ediciones, Col. Pictoemas, 2018, 175 Págs.
Ilustraciones de Carlos Baonza

   José Antonio Ramírez Lozano (Nogales, Badajoz, 1950) es autor de más de setenta obras en prosa y verso, premiadas muchas de ellas con galardones prestigiosos (Azorín, Claudio Rodríguez, Juan Ramón Jiménez, José Hierro, Blas de Otero, Ricardo Molina o los extremeños Ciudad de Badajoz, Felipe Trigo o Cáceres de novela corta). Su obra poética arranca con Canciones a cara y cruz (Sevilla, 1974), libro al que siguieron otros muchos títulos (como Antifonario para un derrumbe, Bestiario de Cabildo, Cuarto creciente, Azogue impuro, Pipirifauna, Santos llovidos del cielo, El arquero ciego, Aqueronte, La flor de la pavesa…). Ahora la editorial Amargord publica Bestiario del cabildo, un bestiario con ilustraciones (“auténtico poemas visuales”, según el prologuista) de Carlos Baonza, grabador, pintor y escultor. Los poemas, siguiendo la ordenación de los textos en el poemario, proceden de Bestiario del cabildo (1984), La flor de la pavesa (2004), Teluria (1986), Oscura trashumancia (1997), Caliches (2009), Vaca de España (2014) y El rey de las cigarras (2003). Reproducimos una de las composiciones, “Cerbero”, incluida en La flor de las pavesas.

CERBERO

Cerbero es el mastín
negro de don Melquíades. Cuando el amo
murió, subió ladrándole
calle arriba a la Muerte sin que el cura
se atreviera a ahuyentarlo,
pegado como vino al ataúd.

Desde entonces ya nadie
pudo echarlo. Tan fiel,
Cerbero se quedó junto a la tumba
del difunto y allí
que aguarda el lubricán
postrero de la carne.

La Muerte lo castiga con la escarcha
del vidrio o pone cebos
de sombra entre las tumbas.
Pero el viejo mastín aúlla, ciego
del fulgor tan terrible
de la cal y le lame
su sarna al sacristán a cambio sólo
de un puñado de huesos de suicidas
y mártires anónimos.

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