EL
PICO DE LA CIGÜEÑA
Cuentos
populares españoles ilustrados
José
Soto Vázquez, Ramón Pérez Parejo, Hanna Martesn y Enrique Barcia Mencío
Madrid,
Cultiva Libros, 2015, 55 págs.
Ilustraciones
de Fermín Solís
Este primer volumen
de relatos de la colección El pico de la cigüeña, inicia, en edición bilingüe
español/inglés, una colección de “cuentos de la tradición popular europea
recogidos en Extremadura, cuidadosamente seleccionados, adaptados e ilustrados.
Cuentos de ayer, de hoy y de siempre
sobre dragones de siete cabezas, príncipes valientes, hombres malvados,
flautas mágicas… Cuentos para viajar y soñar, cuentos inolvidables que siempre
formarán parte de nosotros, de nuestros miedos, de nuestras ilusiones, de
nuestro sentido de la justicia o de la dignidad y de nuestra manera de ver el
mundo” [Texto de contraportada]
Esta primera
entrega recoge, con unas notables ilustraciones de Fermín Solís, tres cuentos
(“El dragón”, “La flor del lilión” y “El zurrón del pobre”) que los editores han
adaptado a partir de las versiones recogidas por Marciano Curiel Merchán de Cuentos extremeños (Madrid, CSIC, 1944;
la Editora Regional de Extremadura publicó la obra en 2006 en una edición a
cargo de María Luisa Montero Curiel y Pilar Montero Curiel). Reproducimos el
arranque de uno de los relatos, “El zurrón del pobre”.
"Esto era una moza
muy guapa que un día fue por agua a una fuente. Al llegar al pozo, se quitó
unos anillos muy bonitos que tenía y los colocó en el brocal para que no se le
cayeran dentro del agua. Pero al marcharse con los cántaros llenos, se olvidó
de los anillos.
Ya cerca de su
casa, se acordó de ellos, dejó los cántaros y fue a buscar sus alhajas. Cuando
llegó, ya no estaban sobre el brocal. Junto al pozo, se encontró con un pobre,
a quien preguntó si había visto tres anillos. El pobre le contestó que sí, que
los había encontrado y los llevaba en el saco de las limosnas y que, si los
quería, metiera la mano dentro para cogerlos. Confiada la moza, introdujo la
mano y el pobre la empujó y la metió dentro del saco.
Con el zurrón y la
moza dentro, iba el pobre pidiendo limosna por el pueblo y al llegar a las casas
decía:
-Canta,
zurrón, canta, que si no, te doy con la palanca.
Y la moza entonces
cantaba esto, llorando de pena:
Por
los tres anillos de oro
que
en la fuente me quedé,
adiós,
padre, y adiós, madre,
que
ya no os volveré a ver".[pp. 47-48]
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