martes, 2 de julio de 2024

Lisboa caminada

LISBOA CAMINADA

Antonio María Flórez

Ayuntamiento de Don Benito, 2024, 115 págs.

   Hijo de madre extremeña y padre colombiano, Antonio María Flórez pasa su infancia en Marquetalia (Colombia), pero recibe su formación académica de grado medio en los centros docentes de Don Benito. Circunstancias biográficas posteriores le han llevado a alternar estancias en Colombia y España, lo que lo ha convertido en privilegiado testigo del panorama cultural de los dos países. Además de varios ensayos (como Dalí. El arte de escandalizar, 2004,  Transmutaciones. Literatura colombiana actual, 2009, o Cuentos de ida y vuelta, 2010) y numerosas colaboraciones en obras colectivas (antologías de cuento y de poesía, revistas…) ha publicado hasta el momento los siguientes libros de poesía, galardonados con premios de reconocido prestigio: El círculo cuadrado (1987), En cámara lenta, junto con el escritor Flobert Zapata (1989), Epigolatría (1993), ZOO (poemillas de amor antiecológicos) (1993), El bar de las cuatro rosas (1995) y Antes del regreso (1997). A este libro le siguieron títulos como El arte de torear (2002),  Desplazados del paraíso (premio nacional de poesía “Ciudad de Bogotá” de 2003, publicado ese año en Colombia y luego en España en 2006), Marquetalia (Un pueblo que rabia) (2003), Corazón de piedra (2011), Tauromaquia (Antología Trema) (2011), Bajo tus pies la ciudad (2012), Sabe que su mirada (2014), La muerte de Manolete. Crónica en escena (Don Benito, 2014), En las fronteras del miedo (2013, finalista del premio nacional de poesía del Ministerio de Cultura de 2015), Sueños eróticos de un adolescente empedernido (2016) y Mirándonos (2019). Como narrador, ha publicado sus relatos en antologías como Cuento caldense actual (1992), Estrechando círculos (1999), La narración corta en Extremadura (2000) y Ficciones (2001). En 2018, la editorial De la Luna libros publicó un volumen de relatos, Desde entonces vivo para el dolor, y en 2021 la Editora Regional dio a la estampa El hombre que corría en el parque. Recientemente ha visto la luz Llámame tiempo, novela publicada en España y en Colombia.

   Ahora ve la luz Lisboa caminada, título del libro y del primer bloque (el otro lleva por título “Otras geografías”), cuyas composiciones nacen de la fascinación por una ciudad que, como consideró Javier Martín “é uma cidade que se leva na alma, porque não cabe na mala. O seu rio, a sua luz, as suas calçadas ficam lá”, pero también de la atracción que ejercen para el autor poetas y prosistas lusos (y algunos cantantes; el número de citas es muy alto), como Pessoa, José Saramago, Lobo Antunes, Eça de Queirós, Nuno Júdice, José Luis Barreto, Guimaraes, Manoel de Barros, Angélica Freitas, Antonio Osorio, Gonçalo M. Tavares, Filipa Martins, Martha Cecilia Cedeño…, incluyendo en el grupo a aquellos escritores no lusos también enamorados de Portugal, como Antonio Tabucci, Muñoz Molina o Ángel Campos. El segundo bloque se abre a “otras geografías”, entornos a veces naturales (“Díptico del Amazonas”), pero sobre todos urbanos como Buenos Aires, Madrid o Nueva York. Dueño de una voz original y madura, el poeta  pasea como voyeur por estos ámbitos para plantearse los temas universales presentes en libros anteriores. Reproducimos un poema del primer apartado.

 

LAS NOCHES DE LISBOA (I)

 

   Son las noches de Lisboa

renuentes al silencio.

Ellas tienen gargantas que gimen

y lanzan cortados lamentos

que chocan contra las paredes.

 

         El fado en Mouraria

es un susurro hechizante

que viene del fondo del alma,

melancólico y altivo,

como lo hizo María Severa

         con su cuerpo y su destino.

 

         De ellas nacen sueños

que escapan por las ventanas

y minutos que se alargan,

                   más allá del poema,

con historias interminables

   de nuestras vidas oscuras

         -la tuya y la mía-

por desiertos y autovías,

por ciudades y montañas,

que aplazan y enmudecen

las líneas que habrías

de escribir hoy mismo,

         antes de la medianoche,

sobre los setenta y dos fantasmas

que ya no habitan, ni bien sueñan

         en la casa desierta y callada

de Fernando Pessoa

en la rua Coelho de Rocha

                            del campo de Ourique.

Papeles manuscritos desparramados en el escritorio

que susurran la “Sinfonía de la noche inquieta

y hablan del “…olor del mar, entrada la noche,

en los muelles de la ciudad humedecida por el frío…”.