martes, 30 de junio de 2009

Extremadura y Alentejo, "de costas voltadas"




LA TIERRA DEVASTADA

(Historia contemporánea en la Raya extremeño-alentejana)

Moisés Cayetano Rosado

Badajoz, Diputación provincial, O Pelourinho, 2009

Presentación de Faustino Hermoso Ruiz


La tierra devastada recoge seis ensayos que el autor había publicado en los últimos años en revistas como O Pelourinho, Revista de Estudios Extremeños, Callipole (revista de Vila Viçosa), Caia (revista de Elvas) y en el libro colectivo Una Revolução na Revolução. Reforma Agrária no Sul de Portugal (Lisboa, 2004).

Centrados en el espacio físico de la frontera y de las regiones limítrofes de Extremadura y el Alentejo, los estudios versan sobre la historia de ambas comarcas para desvelar las razones de su distanciamiento y de ese vivir “de costas voltadas” (“Evolución común Extremadura-Alentejo”), el caciquismo y el problema agrario (“Posesión de la tierra y luchas campesinas en Alentejo y Extremadura”), el protagonismo de la izquierda en la lucha campesina (“Reforma agraria de España y Portugal. Su reflejo en Extremadura y Alentejo”), la salida de la Dictadura y la evolución hacia sistemas democráticos (“La transición política en España y Portugal (1974-1982): similitudes, diferencias e influencias. Incidencias en Alentejo y Extremadura”) y las posibilidades de desarrollo de ambas regiones en el siglo XXI (“Extremadura y Alentejo: del subdesarrollo heredado a los retos del futuro”). El libro se cierra con un borrador de proyecto para la creación de un Centro de Estudios Transfronterizos.

Con un sólido aporte documental, los trabajos profundizan en la difícil relación de dos pueblos asentados junto a la frontera más antigua de Europa, que dejó, al fin, una franja de hermosísimos castillos y singulares fortalezas abaluartadas: “Por ello, si a la conquista musulmana y posterior reconquista cristiana debemos nuestro amplio patrimonio en castillos y recintos medievales, a esta hostilidad [entre Portugal y España] se deberá el refuerzo amurallado de los mismos, así como otros cercamientos más extensos, con técnicas modernas, abaluartadas, resistentes a la poderosa artillería que se estaba desarrollando. Un recorrido transfronerizo nos dará la prueba, de norte a sur, de ese ‘estado de tensión’ continuo que llena nuestra historia desde el medioevo y que ahora disfrutamos como conjuntos monumentales abaluartados” (p 12).

lunes, 29 de junio de 2009

"Andar, ver, contar"



POR CÁCERES DE TRECHO EN TRECHO

Víctor Chamorro

Caja de Extremadura, Plasencia, 2009

Presentación de Jesús Medina Ocaña

Prólogo de Teófilo González Porras



Con ocasión del día del libro, Caja de Extremadura viene publicando desde el año 2001 una serie de libritos en una colección titulada “Visiones de Extremadura”, en la que se dan cita autores que han deambulado por nuestra comunidad autónoma y han ofrecido una visión de ella: Gregorio Marañón, Ciro Bayo, Federico García Sánchiz, Nicolás Díaz y Pérez, Franciso de Paula Mellado, Federico Carlos Sainz de Robles, Eduardo Hernández Pacheco... Este año los responsables de esta interesante iniciativa han elegido el primer bloque de un libro de Víctor Chamorro de 1981, Por Cáceres de trecho en trecho.

Conviene recordar que, tras la guerra civil, la literatura viajera, tan cultivada por los hombres del 98, fue revitalizada por Camilo José de Cela con su Viaje a la Alcarria (1948), que aportó el modelo formal al género (un narrador “viajero” que escribe en tercera persona y entabla un diálogo permanente con los habitantes de los lugares visitados), pero fue Campos de Níjar (1960), de Juan Goytisolo, el primero en dotar al relato de una perspectiva testimonial y de denuncia y, por tanto, en convertirse en modelo para los narradores del medio siglo que encontraron en este subgénero narrativo un medio idóneo para levantar acta de una realidad terrible silenciada por la prensa y el poder. En Extremadura, el género fue cultivado por Eusebio García Luengo (Cuaderno de las Extremaduras, Madrid, 1962) y Pedro de Lorenzo (Extremadura, la fantasía heroica, 1961) entre otros, pero fue Víctor Chamorro el más fiel representante de una narrativa testimonial que, en su caso, alterna las descripciones paisajísticas con reflexiones de corte histórico para denunciar la postración y el abandono de la comarca: Las Hurdes, tierra sin tierra (1968), Guía secreta de Extremadura (Madrid, 1976), Extremadura. Afán de miseria (más próxima a un ensayo histórico de título intencionadamente polémico; Madrid, 1979) y Por Cáceres de trecho en trecho (Madrid, 1981).

Todos estos títulos se leen todavía hoy con agrado. Tal vez las tomas de posición ideológicas hayan envejecido, pero queda intacta la mirada del viajero que se somete al lema del género: “Andar, ver, contar”, como sucede en esta entrada al valle del Jerte por el Puerto de Honduras: “Entre el brezo apeona la perdiz. La nieve puede que aún resista en mayo. Pierdes un monte y lo recuperas más cercano después de una vuelta. El paisaje cambia y se transforma. Culminas el puerto, e inicias el descenso en pos de la tierra de la cereza cuyos árboles son ornato de un valle encajonado por el que discurre el Jerte, que en griego significa “gozoso”, y no es para menos. Valle de la cereza y valle del agua: “la cual es tan fría como nieve, pues echada en un vidrio hace por de fuera paño, como lo hace el agua frigidísima, arrimada a la nieve”.

domingo, 28 de junio de 2009

Teatro de la crueldad



EL HOMBRE ALMOHADA

Martín MacDonagh

Badajoz, Diputación Provincial, 2009

Traducción y versión de Isabel Montesinos


Estrenada en Londres en 2003, El hombre almohada se representó por primera vez en España en el Teatro López de Ayala el cuatro de noviembre de 2006 en el curso del XXIX Festival Internacional de Teatro y Danza Contemporánea, en una producción de Teatro del Noctámbulo. José Vicente Moirón que representó el papel protagonista recibió el premio “Extremadura a la creación” de 2008.

En un estado totalitario del este de Europa según se deduce de los nombres propios (Katurian, Tupolski), la policía tortura a un escritor sospechoso de estar relacionado con una serie de asesinatos infantiles cometidos con una extraordinaria crueldad (un niño muere desangrado tras la amputación de los dedos de un pie, una niña es obligada a tragar figuritas de manzana con cuchillas de afeitar ocultas...). Las coincidencias entre las circunstancias de estas muertes y las tramas de los relatos de Katurian confirman, para la policía, que se encuentran ante el autor de los crímenes, pero tal vez el hermano del escritor, el espástico Michal, tenga algo que ver con los asesinatos. El resultado, plagado de apariencias engañosas y sorpresas, es una trama opresiva que explota el contraste, y las complicidades, entre la creación literaria y la violencia.


viernes, 26 de junio de 2009

Enigmas en la España de los Austrias



LA SANGRE DE LOS CRUCIFICADOS

Félix G. Modroño

Sevilla, Algaida, 2007


MUERTE DULCE

Félix G. Modroño

Sevilla, Algaida, 2009


Félix G. Modroño nació en 1965 en Vizcaya. Tras cursar bachiller en el Colegio Claret de Don Benito, se licencia en Derecho por la Universidad de Salamanca. Como fotógrafo ha publicado Villalpando, paisajes y rincones (2002), un homenaje al pueblo zamorano del que son originarios sus padres, y ha colaborado con la revista Paisajes hasta 2007, además de realizar algunas exposiciones. Tras obtener varios premios de relatos cortos, en 2007 publica en la editorial Algaida La sangre de los crucificados y recientemente Muerte dulce, dos novelas de intriga ambientas a finales del silgo XVII, que tienen como protagonista al doctor Fernando de Zúñiga.


*

Como sucedió en el siglo XIX, la novela histórica, creada por Walter Scott y difundido por toda Europa por Víctor Hugo y Alejandro Dumas (padre), fue revitalizada en el siglo XX por narradores foráneos. Los hitos modernos fueron, Yo, Claudio (1934) de Robert Graves, Memorias de Adriano (1951), de Marguerite Yourcenar (traducida al español por Julio Cortázar) y El nombre de la rosa (1980) de Umberto Eco. En la estela dejada por esta última narración, Félix G. Modroño publicó en 2007 La sangre de los crucificados ambientada en la España de finales del siglo XVII. Por Zamora, Salamanca y Sevilla el doctor Fernando de Zúñiga tratará de resolver un enigma terrible: en determinadas iglesias de estas tres ciudades un desconocido deja abandonadas tallas de Cristo en la cruz de una rara perfección, especialmente en la reproducción, nunca repetida, del rostro de Jesús en su agonía final. Por las mismas fechas de la aparición de las tallas tres hombres desaparecen misteriosamente.

Muerte Dulce es el segundo caso al que tendrá que enfrentarse el protagonista cuando reciba una carta de su amigo Pedro de Urtiaga en que le anuncia su muerte inminente pues tiene la certeza de que ha sido envenenado. El doctor viajará a tierras vascas para averiguar la identidad del asesino. Pronto descubrirá que su muerte no solo tiene que ver con el vino, sino también con una partida de naipes de un juego recién nacido, el mus, y con sus reglas inquebrantables.
Herederas de la doble tradición de la narración histórica y de la novela negra, La sangre de los crucificados y Muerte dulce son dos relatos lúdicos, ágilmente escritos, cuyas tramas garantizan una lectura sin pausas.

jueves, 11 de junio de 2009

Los hombres que odian a las mujeres



LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA

Stieg Larsson

Ed. Destino, Barcelona, 2008

 

   Cada cierto tiempo irrumpe en el panorama literario, especialmente en el narrativo, una obra que, de modo imprevisto, se convierte en todo un fenómeno literario, vertido en grandes tiradas, traducción a numerosos idiomas, adaptaciones cinematográficas y una extraordinaria unanimidad lectora. Stieg Larsson (Suecia, 1954), periodista y reportero especializado en los grupos de extrema derecha antidemocrática, falleció en 2004 sin conocer el rotundo éxito que tendría primero en Suecia y, más tarde, en toda Europa su trilogía Millenium, compuesta por Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, publicadas en 2008, y La reina en el palacio de las corrientes de aire, esta última de aparición inminente.

   Los hombres que no amaban a las mujeres desarrolla de modo paralelo varias líneas argumentales reunidas en torno a Maikael Blomkvist, en cierto modo contrafigura del propio escritor, un colaborador de la revista Millenium especializado en desvelar cualquier forma de corrupción, pero en especial aquellas con las que el poder suele ser más indolente o permisivo. Mientras procura salir del desprestigio en que lo ha sumido un poderoso empresario y su grupo de abogados, Blomkvist investiga, por encargo de un anciano, la desaparición de una joven, probablemente asesinada, sucedida tiempo atrás. Y es entonces cuando irrumpe en la trama Lisbeth Salander, empleada ocasional de una empresa de seguridad, que le prestará una ayuda impagable.

   Si en esta novela el protagonismo corresponde al intrépido periodista, en La chica que soñaba con una cerilla... será la joven quien soporte el peso de una trama que sigue, como la narración anterior, los esquemas de la novela negra, combinando una intención lúdica (al fin, la elucidación de un enigma) con un propósito crítico y testimonial de ciertos males que aquejan a las sociedades más confiadas (el funcionamiento de los sistemas policial y judicial, el trasfondo del mundo empresarial...).

   Ambas novelas, muy voluminosas, logran sobradamente lo que se proponen, una lectura sin pausas ni desmayos, y ambas exhiben sin ningún complejo los procedimientos a que recurren las narraciones que aspiran a best-seller, para erigir un mundo simplista, y por tanto tranquilizador, de buenos y malos relatado desde una perspectiva políticamente correcta (socialdemócrata con tonos libertarios, para entendernos). Marcados por una toma de partido previa a la narración, los personajes engrosan las filas del mal (empresarios predadores, periodistas y policías corruptos, traficantes de esclavas sexuales procedentes de países empobrecidos, jefes de sectas, sicólogos y abogados que convierten los protocolos judiciales de tutela en métodos de represión y control...) o militan resueltamente en el bando del bien (periodistas e investigadores guiados por la búsqueda de la verdad, jóvenes desinhibidos que aceptan con naturalidad cualquier forma de convivencia erótica...), y es la concepción, igualitaria o discriminatoria, de la relación entre los géneros y del papel de la mujer en la sociedad, la que suele situar a los personajes en una u otra facción, porque, en realidad, la presente novela también  habla de hombres que no aman a las mujeres.

   La narración, extensa y compleja, con derivaciones imprevistas, líneas anunciadas que no poseen desarrollo y pistas falsas, se abre con un bloque autónomo, casi una novela corta, sobre un “caso” resuelto con brillantez por la protagonista mientras pasa unas breves vacaciones en la isla caribeña de Granada, lo que anuncia su protagonismo en nuevas investigaciones cuando de regreso a Suecia se vea envuelta en una sórdida trama plagada de oscuras amenazas. Pero por encima de episodios novedosos o desenlaces sorprendentes aunque verosímiles (una de las reglas de oro del género), lo que otorga gran parte de originalidad a estas novelas tiene que ver con la personalidad de la protagonista, descrita casi como un caso clínico del síndrome de Asperger: una joven antisocial y excéntrica que oculta un odio visceral hacia cualquier forma de autoridad, hacker despiadada, notable ajedrecista, boxeadora (con un metro cincuenta y cuarenta kilos de peso, pero había que dar credibilidad a las escenas de acción), brusca y displicente, pero por todo ello un personaje también “sobreactuado”, sin evolución sicológica, muy próxima a una heroína de videojuego. Y es que, toda la novela, que ningún lector que busque en la literatura un divertimento inteligente debería perderse, se halla emparentada con cierto cine de acción o con esos juegos de rol con una marcada deriva gore (abundan las secuencias de una violencia extrema), que no toleran la revisión, del mismo modo que estas novelas no permiten la relectura.