lunes, 29 de abril de 2013
Tréboles
Cinco letras
Más que pulcro
Base del aro
Receptor de audio
Ocho letras
Cuatro notas
Siete letras
Juego de damas
Para Borges, ámbito en que se odian dos colores.
sábado, 27 de abril de 2013
Ropa tendida
ROPA TENDIDA
José Antonio
Ramírez Lozano
Alicante, Ed,
Agua Clara, 2013, 40 págs.
18é Premi "Tardor"
Nacido en Nogales
(Badajoz) en 1950, José Antonio Ramírez Lozano es autor de más de setenta obras
literarias premiadas muchas de ellas con reconocidos galardones. Ropa tendida obtuvo el “18é Premi ‘Tardor' de poesía" (que, por cierto, logró otro poeta de la región, Santos Domínguez Ramos).
Reproducimos la composición de cierre del poemario.
CONJUROS
Lo queda de día
ya no me
pertenece. Vengo, amigos,
de cumplirme temprano y puede echarse
la noche cuando
quiera, que yo ya
no haré más que
velar lo conseguido,
cifrarme en su
avaricia,
suma ya de su
hallazgo,
ovillo de mi
afán.
Dadlas, pues, a
la noche,
esas de por más,
las no vividas.
Horas que me
sobraron
de juntar mi
vivir en una sola,
meridiana, en
que cabe
todo lo por
decir con que se puede
dar así por vivido
lo nombrado.
Silencio es lo
que queda, que no tiempo.
Callar es lo que
toca y, desvelado,
saberse en la
certeza de otro día
mientras la
noche cumple
con el pacto
ruin de sus conjuros.
Los extremeños en las Cortes de Cádiz
LOS EXTREMEÑOS
EN LAS CORTES DE CÁDIZ
Román Gómez
Villafranca
Mérida, EditoraRegional, Col. Rescate, 2013, 95 págs.
Edición, introducción
y notas de Miguel Ángel Melón Jiménez
“Los
extremeños en las Cortes de Cádiz, de Román Gómez Villafranca (Peñaranda de
Bracamonte, 1864-Badajoz, 1929), se ha convertido, por méritos propios, en una
obra relevante de la historiografía regional es esta materia. Publicada un
siglo después de que aquellas se celebraran, el insigne erudito analiza las
principales aportaciones de los representantes de Extremadura en las primeras
Cortes constitucionales de la historia de España. A lo largo de sus páginas se
recuperan las intervenciones de Diego Muñoz Torrero, José María Calatrava,
Francisco Fernández Golfín, Juan María Herrera, Antonio Oliveros, Manuel Luján
o Francisco María Riesco, entre otros, en los debates sobre la libertad de
imprenta, el proyecto de Constitución, o la Inquisición” [Nota de
contraportada]
Reproducimos un fragmento sobre la polémica
en torno a la Inquisición.
“Extendiose
Muñoz Torrero a determinar la oposición que él veía entre la Constitución y el
Tribunal del Santo Oficio, y, aunque fue breve y compendioso su alegato, puso
de manifiesto que los inquisidores resultaban más inviolables que el Rey; que
el enjuiciamiento inquisitorial, secreto desde el comienzo hasta el fin,
chocaba de frente con el que la Constitución establecía, público casi en todos
sus momentos; que tormentos, apremios, confiscaciones de bienes del reo y
transcendencia a su familia de la pena que sobre él se echase eran cosas
prohibidas por la Constitución; y que esta, en fin, requería del orden y
formalidades del proceso en todos los tribunales” [pp.38-39]
domingo, 21 de abril de 2013
jueves, 18 de abril de 2013
Las lágrimas de San Lorenzo
LAS LÁGRIMAS DE
SAN LORENZO
Julio Llamazares
Madrid,
Alfaguara, 2013, 193 págs.
Tras los relatos
de Tanta pasión para nada (Madrid,
Alfaguara, 2010), Julio Llamazares (Vegamián, León, 1955) publica en la misma
editorial madrileña Las lágrimas de San
Lorenzo, una novela intimista y melancólica ambientada en Ibiza en las
horas de la noche de un diez de agosto en que un padre y un hijo han salido del
hotel para contemplar las Perseidas o “lágrimas de San Lorenzo”. Bajo el mismo
epígrafe repetido (Otra, otra, otra, otra…), van sucediéndose los recuerdos del
protagonista desde que siendo niño su padre lo llevó en una pequeña aldea de
León a ver este mismo espectáculo nocturno. Tal vez, su hijo haga lo mismo
cuando él haya muerto, lo que le lleva a recordar el verso de Homero “Como la
generación de las hojas, así la de los hombres…”, pues las vidas humanas son,
al fin, efímeras como estrellas fugaces (y amargas como lágrimas), que
corren raudas dejando una breve estela a su paso antes de desaparecer por
completo. Esta es la intuición nuclear, más poética que narrativa, que está en
el origen de la novela, expresada de tal modo que en muchos lugares
permitiría su reproducción en verso (“La noche tiembla como las estrellas; la
caracola inmensa del mar es ya una caja de resonancia contra la que choca el
mundo. Suena una sirena lejos. No es de esta tierra, sino de otra: la tierra de
los desaparecidos”).
Si
bien esto es lo que considera al protagonista, ya anciano, en su camino de
vuelta, a los niños, en cambio, es preciso contarles la leyenda de otro modo
(como hizo su madre con él: los seres queridos, al fallecer, se convierten en estrellas fijas).
“-¡Mírala!...
¿La ves allí?... ¡Aquella que luce tanto!...
Mi madre insiste hasta que lo consigue. Desde
el corredor de casa, esa galería abierta que recorre toda su fachada y en la
que por las tardes se sienta a
conversar, mientras cosen y miran el paisaje, con la abuela, me muestra en el
firmamento la estrella del abuelo, que acaba de morir. Es primavera y todo
bulle a nuestro alrededor, como si a la naturaleza no le importara nada lo
sucedido.
Mi madre
me ha traído al corredor para enseñarme la estrella del abuelo, que se acaba de
encender según me dice, pero yo sé que lo hace para alejarme del comedor donde
mi padre y sus cuatro hermanos velan su cadáver yerto, junto al que mi abuela
llora”[p. 27]
lunes, 15 de abril de 2013
La Luna de Mérida
MIGUEL DE
CERVANTES
La Luna de
Mérida. Revista de creación
Ana Crespo
Villarreal [Dra]
Mérida, De la
Luna libros, nº 23, marzo de 2013, 79 págs.
Publicado en
coedición con la Consejería de Educación y Cultura, aparece el número 23 de la
revista La Luna de Mérida cuando se
cumplen los veinte años de su creación. La presente entrega contiene siete
piezas dramáticas dedicadas de modo monográfico a Miguel de Cervantes: “Ese tal
Cervantes” (Simón Ferrero), “Rocinante y Rucio conversan” (Antonio de la Fuente
Arjona), “Los trabajos de Persiles y Sigismunda” (Pilar Galán), “Memoria última
de Cervantes” (Marino González Montero), “Quijóticos” (Miguel Murillo), “Coloquio
2.0” (Juan Ramón Santos) y “Al Conde Lemos, al Duque de Béjar” (Fulgencio
Valares). “Dos conferenciantes, Rocinante y Rucio, Persiles y Sigismunda,
Alonso Quijano y su homónimo de Avellaneda, dos perros en amistoso coloquio,
Hassan y su cautivo Saavedra, Miguel de Cervantes en diálogo íntimo consigo
mismo. Estas son las parejas, las claves binarias con que está compuesta esta
mirada sobre el genio de Alcalá. La mirada es lo que cuenta. Una visión
poliédrica sobre una figura que, más allá de su obra universal, se nos antoja
muy poco tratada desde el punto de vista de las artes escénicas” [Prólogo de
Marino González Montero]
domingo, 7 de abril de 2013
miércoles, 3 de abril de 2013
Literatura del dolor
LITERATURA DEL
DOLOR. POÉTICA DE LA BONDAD
Eugenio Fuentes
Mérida, Editora
Regional de Extremadura, Col Plural, 2013, 217 págs.
Eugenio Fuentes (Montehermoso, 1958) ha cultivado géneros literarios como el artículo periodístico o el ensayo (La mitad de Occidente, 2003; Tierras de fuentes, 2010), pero es en la novela donde ha destacado desde la publicación en 1999 de El interior del bosque (Alba Ediciones, reeditado por Tusquets en 2008) que lo convirtió, a medida que se sucedían títulos publicados por las misma editorial barcelonesa, en uno de los autores de novela negra más reconocidos y traducido a otros idiomas. Ahora, la Editora Regional de Extremadura publica Literatura del dolor. Poética de la bondad, una recopilación de ensayos sobre el dolor y la bondad en la creación literaria, que da título al volumen, sobre la evolución de los géneros literarios y sobre la esencia del que él cultiva (seguidos de una aproximación a autores de muy diversa condición como Chesterton, García Pavón, Francisco González Ledesma, el cubano Leonardo Padura, Stieg Larson o Vázquez Montalbán). Reproducimos el arranque de uno de los capítulos (“Otra vuelta de tuerca: la novela negra”) en que aborda, con singular lucidez, la naturaleza de este escurridizo género narrativo.
“La novela negra es un género híbrido, hijo
de la novela realista del siglo XIX, que surge cuando a una historia propia de
lo que antes he llamado literatura del
dolor se le da una nueva vuelta de tuerca para complicarla con dos
ingredientes característicos: el enigma
y el daño.
El enigma,
el misterio, nace de la aplicación de un violento hipérbaton en su estructura
narrativa, como afirma Vargas Llosa. El orden tradicional de la narración en
tres partes –planteamiento, nudo y desenlace- es alterado y se oculta al lector
un dato fundamental que, sucedido cronológicamente al inicio, solo se revelará
en el desenlace, para provocar curiosidad, interés, inquietud. Una novela de
misterio comienza in media res, una vez causada la muerte, cometido el delito o
surgida la sospecha.
El otro ingrediente es la creencia razonable
de que ha habito intencionalidad al
provocar el dolor.
A veces basta una sola de estas dos características:
en Los crímenes de la rue Morgue sólo
hay enigma, no hay voluntad consciente y racional de hacer daño; y en otras
obras sólo hay daño, no hay enigma, desde el principio se conoce todo lo
ocurrido, quién es inocente y quién es culpable. Se trata de localizar a este
último, o de explicarlo, o de vencerlo: El
talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith.
Es decir, una novela negra no sólo pretende
describir el dolor, también se pregunta por su causa y sus circunstancias,
quiere averiguar quién, cómo y por qué ha sido causado” [pp. 66-67]
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