LOS JUGADORES
Carlos Fortea
Madrid, Ediciones Nocturna, 2015, 287 págs.
Nacido en Madrid en 1963, Carlos Fortea es escritor,
profesor en la Universidad de Salmanca y traductor de autores como Thomas
Bernhard, Güntes Grass, Stefan Zweig Hoffmann o Eduard von Keyserling. Hasta el
momento, ha publicado novelas juveniles como Impresión bajo sospecha (Anaya, 2009), El diablo en Madrid (Anaya, 2012) y El comendador de las sombras (Edebé, 2013). Ahora la editorial
madrileña Nocturna Ediciones publica su primera novela para adultos, Los jugadores, ambientada en París en 1919 en vísperas de la firma
del tratado de Versalles. Por los mejores hoteles de una ciudad marcada por las
huellas de la contienda deambulan diplomáticos, políticos, periodistas, especuladores
y aventureros de varia condición en torno a figuras históricas como el
presidente estadounidense Wilson, empeñado en la creación de la Sociedad de
Naciones, o políticos como Churchill, Keynes o Clemenceau, que exigen a las
naciones derrotadas reparaciones ingentes. Para España, el tiempo de los negocios
fáciles ha terminado.
“Parecía que
habían pasado cien años en vez de cuatro y medio. Cien años de viajes y dinero,
de tratos y dinero, de manejos oscuros y dinero. Cien años de ir a la ópera de
Berlín mientras él negociaba el abastecimiento de un millón de cartuchos de
máuser a 40 céntimos por unidad. Cien años de visita a la National Gallery
mientras en Whitehall le compraban a Jaime 2000 terneras de 130 kilos a 2,40
pesetas el kilo. Cien años de asistir a ballets en París mientras Jaime vendía
10.000 fusiles de contrabando a 90 pesetas por unidad, de comprar cosechas de
cereal mientras iban y venían los gobiernos, de enviar cargamentos de carbón
mientras los mineros se ponían en huelga y el combustible escaseaba en Madrid,
de pagar a diputados en Cortes para que Romanones no lograra aprobar su proyecto
de impuesto especial sobre los beneficios de la guerra. Cien años desde que
había desviado uno de los penúltimos cargamentos de munición para que las
ametralladoras barrieran las calles de Madrid y reventaran la huelga general”
[pp. 43-44]