miércoles, 20 de junio de 2018
sábado, 16 de junio de 2018
Todo el mundo acaba marchándose de esta casa
TODO EL MUNDO ACABA MARCHÁNDOSE DE ESTA CASA
María Francisca Ruano
Madrid, Ediciones Libertarias, 2018, 93 págs.
Francisca Ruano (Madrid, 1946) es autora de
una amplia trayectoria cuentística de creciente calidad, que arranca con Cuentos de Badajoz (Badajoz,
Universitas, 1989), libro al que siguieron otros muchos títulos. Los publicados
ya en este siglo han sido Días sin gloria
(2002), Las flores del silencio
(2004) Archipiélagos (2005), Entretenimientos privados (2007), Invierno español y portugués (2012), Será la boda más bonita del mundo (2013),
Un mono solitario es una criatura vulnerable
(2015) Frambuesas (2016).
Ahora, la editorial madrileña Libertarias en
que han visto la luz la mayor parte de sus obras publica Todo el mundo acaba marchándose de esta casa (2018), una
compilación de veinte relatos que se mueven por el territorio predilecto de la
escritora, el de las relaciones personales (amistades, amores y amoríos,
matrimonios infelices…) en el que hombres y mujeres parecen vivir a la melancólica
sombra de una dicha pasada, como confirma el título de la obra (en el que la “casa”
a la que se alude es la imagen de portada: la Quinta do Paraiso). Reproducimos
un fragmento de uno de los relatos, “Orden en casa Marolles”.
“En el puesto de patatas fritas
de Marolles, detrás de Notre Dame de la Chapelle, solían reunirse chicas y
chicos, madres y padres, abuelos y abuelas, y, durante la primavera, intentaban
poner orden en sus casas, llenas de invierno, vacías de delicadeza, yendo y
viniendo a los puestos de flores del mercadillo, entre las antiguas murallas, y
sacaban las monedas o los billetes de los monederos para adquirir ramos,
ramilletes, búcaros, docenas, capullos, u popurrí de flores frescas para enviar
o llevar a alguien: vivos, muertos, mujeres y hombres, desaparecidos, callados,
habladores, maleducados conocidos desconocidos, antiguos amores, amores ya
odiados, a los recuerdos que resurgían durante marzo, abril y mayo también,
cuyos nombres se prendían de sus cabellos ralos, relaciones demasiado largas,
demasiado cortas, extinguidas, resucitadas, recompuestas, destrozadas, o algo
de todo eso, quizá, junto” [p. 74].
miércoles, 13 de junio de 2018
Katábasis
KATÁBASIS
Lucía Estrada
Medellín (Colombia), Tragaluz
Editores, 2018, 42 págs.
Premio de Poesía Ciudad de
Bogotá 2017.
Nacida en Medellín en 1980, Lucía Estrada
formó parte durante cinco años de la organización del Festival Internacional de
Poesía de Medellín, pertenece al comité editorial de la revista literaria Alhucema y es coordinadora de Eventos
Culturales en la Corporación Otraparte. Sus textos han sido traducidos al
inglés, alemán, francés e italiano y difundidos en antologías de Colombia,
Costa Rica, España, México, Chile, Perú y Venezuela. Su trayectoria poética
arranca con Fuegos nocturnos (1997),
libro al que siguieron Noche líquida
(2000), Maiastra (2004, premio
nacional de poesía “Ciro Mendía”), Las hijas del espino (premio “Ciudad de Medellín, 2005), El ojo de Circe (2006), El
círculo de la memoria (2008), La
noche en el espejo (2010, premio nacional de poesía “Ciudad de Bogotá” de
2009) y Cuaderno del ángel (2010). En
2014 vio la luz Continuidad del jardín.
Antología personal y en 2017 La Editora Regional de Extremadura publicó en
su colección “Letras Americanas” La noche en el espejo.
Ahora, la editorial medellinense Tragaluz Editores publica Katábasis (premio Ciudad de
Bogotá, 2017), un término griego que puede ser traducido como “descenso” (en la
literatura clásica, con frecuencia un descenso a los infiernos) y que ha
servido para ordenar los bloques del poemario: “Superficies”, “Subsuelo” y “Último
descenso”. Reproducimos la composición del cierre que señala el
fin de esta travesía por el interior de la propia conciencia y la necesidad de
expresar poéticamente un proceso en las fronteras de lo inefable.
Último
Peldaño
Escribo con la última luz que
me asiste. Pero no es fácil. Su rumor áspero trepa por las paredes, hace
menguar la luna y los espejos. Siempre le he temido a la doble noche de su mar
en sombras. Al pulso que aprieta la garganta. Resistiéndolo, cabalgo por encima
de mi cabeza para luego caer salvajemente, allí donde solo existen los brazos
extenuados, la boca cubierta de sal, el olvido atroz de todo lenguaje, donde no
hay lugar para las palabras. Escribo para darle forma a la muerte, pero también
a los pájaros que cruzan el cielo en lentas migraciones.
Intento aferrarme con los ojos
a este pequeño reducto de conciencia, a la realidad que tiñe de bruma cualquier
posible horizonte. Pero los ojos no resisten. Sucumben a su vocación de peces
que se dejan arrastrar por las olas. Escribo para despreciar su abandono, para
devorarlos hasta el silencio. Algo quedará en la página. Una estrella
invisible, un mapa de agujeros negros, un grito sumado a la voracidad de otras
aguas, de otras oscuras navegaciones.
domingo, 10 de junio de 2018
Esperando las noticias del agua
ESPERANDO
LAS NOTICIAS DEL AGUA
Valencia,
Ed. Pre-Textos, Col La cruz del sur, 2018, 59 págs.
Basilio Sánchez (Cáceres 1958) ha publicado los libros
de poemas: A este lado del alba (accésit
del premio Adonáis, 1984), Los bosques
interiores (1993; 2ª ed. Amarú,
2002), La mirada apacible
(Pre-Textos, 1996), Al final de la tarde
(Calambur, 1998), El cielo de las cosas
(Editora Regional de Extremadura, 2000), Para
guardar el sueño (Visor, 2003), Entre una sombra y otra (Visor, 2006) y Las estaciones lentas
(Visor, 2008) y Cristalizaciones (Hiperión, 2013). Ha publicado asimismo dos
libros en prosa, El cuenco de la mano (Littera Libros, 2007) y La creación del sentido (Pre-Textos,
2015). Siete libros suyos (desde Los
bosques interiores a Las estaciones
lentas) fueron recogidos en Los bosques de la mirada (Poesía reunida
1984-2009) (Calambur, 2010).
Sus poemas han sido reconocidos con los accésits del Premio Adonáis y del Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma y
ha logrado el Premio Internacional de Poesía Fundación Unicaja, el Premio
Internacional de Poesía TIFLOS y Premio Extremadura a la Creación de 2007.
Ahora, la editorial valenciana Pre-Textos publica Esperando las noticias del agua que, en una nota final, el escritor
define como “un
poema único compuesto por cuarenta y
ocho fragmentos que, de una forma alegórica y utilizando como hilo
narrativo el amor entre dos jóvenes, reflexiona sobre la entereza y la
perseverancia como únicas maneras de sobrevivir al extravío ético de nuestras
sociedades actuales”.
Reproducimos una de las composiciones que reúne
dos ingredientes básicos de la lírica del autor cacereño, la contemplación y la
reflexión, los mismos que contiene este “paseo” por un entorno invernal
(grullas, humedales) en que aflora una melancólica meditación sobre la “música
del mundo” y sobre los escombros de un paraíso perdido y en donde los elementos
paisajísticos admiten una interpretación simbólica (como la casa en ruinas o
esos lugares que se rehúyen: las tabernas, el camposanto).
XV
SIGUE
sin detenerte en las tabernas,
por el camino viejo
que lleva al camposanto
y sortea sus muros.
Contempla al otro lado el
bullicioso
regreso de las grullas
sobre los humedales
y escucha por ti mismo
la música del mundo,
quebradiza en su estructura
secreta,
presentida
desde el primer vacío en las
fogatas
silenciosas del aire.
Reconstruye mi casa sobre el
humo
de los desprendimientos
y sobre los escombros
de lo que alguna vez llamamos
paraíso,
y allí,
sobre una piedra,
espérame.
viernes, 8 de junio de 2018
Días de gratitud
DÍAS DE GRATITUD
Antología poética
Juan Felipe Robledo
Granada, Valparaíso, 2016, 88
págs.
Nacido en Medellín (Colombia) en 1968, Juan Felipe Robledo es profesor de la Universidad Javierana de Bogotá
especializado en literatura del Siglo de Oro con estudios críticos sobre
autores como San Juan de la Cruz, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora o el
Romancero. Como poeta es autor de los libros De mañana (2000), La música
de las horas (2002), Luz en lo alto (2007)
y Dibujando un mapa en la noche
(2009). Sus poemas, que han logrado premios como el mexicano “Jaime Sabines”
(1999) o el Premio Nacional de Poesía del ministerio de Cultura de Colombia
(2001) han sido traducidos al inglés,
portugués e italiano. En 2016, la editorial granadina Valparaíso publicó Días de
gratitud, una antología que agrupa las composiciones en cinco apartados: “Al
dictado del tiempo”, “Liviana puede ser la vida”, “Donde se usa la palabra alma”,
“Días de gratitud” y “Palabra que no dice”. Al primero de ellos pertenece el
texto que reproducimos.
POEMA PARA NO OLVIDAR EL
ÁRBOL DEL CAUCHO
Las hormigas que conocen bien
la sombra
no tienen ningún motivo de
vergüenza,
no hay sitio que no conozcan
ni dicha que no las llene en
las mañanas frescas de la costa.
Los mangos que reposan en los
senderos recorridos
por su impudicia
son hoy ruinas de castillos,
lejanos bastiones para dejar
de
lado y no lanzarse a conquistar.
Los cruzados jamás vendrán a
esta tierra, los corceles
no piafaron en ella bajo
largos mediodías.
Son sus rutas poblados
conciertos que cantan la espesura,
tiempo
callado que no dice vaguedades o intensifica
los
acentos que viven sobre sus cabezas.
Dioses que atravesaron el
océano viven en esta tierra
desde
hace varios siglos
y los que habitan bajo el
árbol no se han enterado
o si lo supieron un día no
les importó.
No hay bajo el árbol de
caucho plegarias, no hay consuelo,
todo es vida de esplendor
para el olvido.
Y las hojas se mueven, el tiempo
es eterno en los bordes,
los perros se persiguen desde
siempre entre la arena,
festejan los loros y las
guacamayas en el cielo delgado
que
abraza al árbol,
el día pasa con fuegos
lejanos y la piedra canta para sí.
lunes, 4 de junio de 2018
Epifanías
EPIFANÍAS
José Antonio Ramírez Lozano
Valencia, Ed. Pre-Textos. Poesía, 2018, 41 págs.
José Antonio Ramírez Lozano (Nogales,
Badajoz, 1950) es autor de más de setenta obras en prosa y verso, premiadas
muchas de ellas con galardones prestigiosos (Azorín, Claudio Rodríguez, Juan
Ramón Jiménez, José Hierro, Blas de Otero, Ricardo Molina o los extremeños
Ciudad de Badajoz, Felipe Trigo o Cáceres de novela corta). Su obra poética
arranca con Canciones a cara y cruz (Sevilla, 1974), libro al que siguieron
otros muchos títulos (como Antifonario
para un derrumbe, Bestiario de Cabildo, Cuarto creciente, Azogue impuro,
Pipirifauna, Santos llovidos del cielo, El arquero ciego, Aqueronte, La flor de
la pavesa, Vaca de España, Discurso de anatomía, A cara de perro…). Ahora la editorial valenciana Pre-Textos publica Epifanías, un conjunto de dieciséis
composiciones que recogen motivos preferenciales del escritor en anteriores
poemarios en unos textos marcados por una fabulación gozosa y por los hallazgos
verbales: animales de bestiario medieval (tábanos, escorpiones, ocas, gatos,
ovoras, cigarras, palomas…), interiores conventuales… Reproducimos uno de los
poemas construido sobre una asociación sinestésica (el agua y el silencio).
EL POZO DE
LANDINO
Nadie le daba
crédito a Landino.
Él bajó solo un
día
al fondo de
aquel pozo
vacío de su
huerto y descubrió
su manantial
oculto,
la marejada
oscura del silencio.
Bajaba con
recelo
y con cada
peldaño su voz iba
menguando hasta
el ahogo. Apenas si
ya sílaba.
Y subió
–el horror en
sus ojos- y les dijo
que la suya era
un agua de silencio,
que su pozo
tenía
su venero la voz
sin voz de los
ahogados.
Nadie le daba
crédito en Moreda.
Landino aquella
noche
sacó unos pocos
cubos de aquel agua
sin agua y se la
dio
de beber a los
perros de la vega.
Esa noche los
perros no ladraron.
Esa noche llegó
a escucharse el mar
lejano de
Liguria
y los trenes
terribles del crepúsculo.
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