viernes, 27 de noviembre de 2009

Micro-relatos plagiados


SIC TRANSIT GLORIA MUNDI

“Aunque fue ayer cuando formalizaron su separación, Jaime de Marichalar ya fue apartado de la familia real hace un año en el Museo de Cera de Madrid. Su figura desapareció del salón de honor -donde compartía espacio con los Reyes, los Príncipes de Asturias y las infantas- y fue a parar a una discreta sala dedicada a toreros y a toros. Allí comparte espacio con diestros como Jesulín de Ubrique o Enrique Ponce, y con Islero, el morlaco que hirió de muerte al mítico Manuel Rodríguez, 'Manolete'”.

[Tomás García Yebra, Hoy, 26 de noviembre de 2009]

Elías en el taller


ELÍAS EN EL TALLER DE VILLANUEVA DE LA SERENA


Ayer, veintiséis de noviembre, Elías Moro asistió al taller de relato y poesía de Villanueva de la Serena. En el curso de una charla, tan agradable como util para los componentes del taller, recordó a Ángel Campos al leer un breve poema de su primer poemario, Contrabando (Mérida, Editora Regional, 1987). Era -nos reveló- su poema preferido del libro.


POEMA SIN TÍTULO

Frente al mar, sobre una duna
el mágico milagro de un junco solo.



jueves, 26 de noviembre de 2009

Vidas inmaduras





RETRATO DE UN HOMBRE INMADURO

Luis Landero
Barcelona, Tusquets, 2009, 234 págs.


En las novelas publicadas hasta ahora desde Juegos de la edad tardía (1898), Luis Landero había mostrado su atracción por el esquema de novela de personaje, trazando recorridos extensos por la vida de uno o unos pocos protagonistas que dibujaban la trayectoria cierta de un fracaso. En Retrato de un hombre inmaduro, la novela de menor extensión y la que menos tiempo le ha llevado, ha incorporado a la trama, en contra de lo que sugiere el título, numerosos fragmentos de vidas, ni excepcionales ni ejemplares, con las que el protagonista se cruza en su existir. Aunque el narrador alburquerqueño siempre se ha sentido más solidario con los seres que habitan sus novelas, su dotes de observador del entorno y de lo que el paso del tiempo ocasiona en su apariencia son asismismo notabilísimas:

“Verá. Cuando paseo por mi barrio me gusta ver algunas ruinas de aquel triste entonces. Hay por ejemplo una ferretería donde venden tapones de corcho, ratoneras, moldes de latón para repostería, trampas de alambre para pájaros. Hay una ortopedia con lavativas, bragueros y zapatos con alza. Un establecimiento de confecciones –fajas, refajos, corsés, sujetadores que algo tienen de arreos-. Junto a un bareto que proclama su modernidad en una absoluta carencia de estilo, hay un ultramarinos con frutas escarchadas, escabeches al peso, bacalao, un corte de tocino viejo, alubias de tal sitio y dulzainas y longanizas de tal otro. ¡Y la retórica! “Garbanzos de León”, leí una vez, y debajo: “Ultra super extra finos” [p. 100]

Recuerdos y balances




Reseña en:


http://blogs.hoy.es/notas-al-margen/posts

Zambrano visto por Guerrero




APÓCRIFOS DE MARZO

José Antonio Zambrano
Madrid, Calambur, 2009, 83 págs.
Prólogo de Alonso Guerrero

Apócrifos de marzo reúne a dos escritores singulares: uno, autor del poemario, posee una amplia y consolidada trayectoria lírica; otro, el firmante del prólogo es un extraordinario narrador y un lúcido crítico literario: “José Antonio Zambrano – afirma este- es, desde antaño, un gran constructor de poéticas. Sigue viendo la poesía como la gracia que lleva a las palabras hacia un sentido permanente. De muy pocos poetas actuales puede decirse esto. La poesía siempre es un corsé, pero son otros los que se lo ponen. José A. Zambrano lleva ya libros y libros dibujando sus patrones, mostrándonos sus costuras y haciéndoles arreglos como una Penélope. Apócrifos de marzo, sin embargo, es lo bastante original para abrir un camino sólo escasamente presentido en su obra previa. Las fuentes son varias e importantes: los poetas europeos más inmersos en la corriente de la vida, la estética afilada y sin contrapesos de la poesía italiana del siglo XX, algunos poetas de Europa del este y, finalmente, como apunta alguna de las citas de este libro, la poesía norteamericana moderna, la más asediada del mundo libre” [Prólogo, p. 12]

Reproducimos el último poema del libro:

HORAS DESNUDAS

El que dice las cosas de otro modo,
el que mira extraño el capricho de la nieve
y hunde sus manos en las grietas del agua
es el tiempo,
que alberga en las noches de deserción
sus horas colgadas
como espigas a secar.

Esas horas que nunca son de nadie,
que pertenecen al olor del mundo,
todas impúdicas y ciegas ofreciendo
lo amargo de su burla:
contener en lo posible
la cita que se aferra en confundir
el único poema al que aspiro.

lunes, 23 de noviembre de 2009

The forging of a rebel






LA FORJA DE UN REBELDE

I. LA FORJA

Arturo Barea
Mérida, Editora Regional, 2009, 435 págs
Edición, introducción y anotación de Gregorio Torres Nebrera.


En el año 2001 Gregorio Torres Nebrera, catedrático de literatura de la Universidad de Extremadura, recibió un premio, llamado precisamente “Arturo Barea”, por el riguroso estudio de la obra del autor pacense, Las anudadas raíces de Arturo Barea, publicado un año más tarde por la Diputación Provincial. Nadie mejor que él para preparar ahora esta cuidada edición de La forja de un rebelde, cuyo primer título, La forja, rescata la Editora Regional al tiempo que anuncia la aparición en un futuro inmediato de los otros dos títulos de la trilogía.
Dueño de una prosa sobria y directa, sin otras preocupaciones formales que contar con claridad una historia, Arturo Barea se sitúa tanto por razones estéticas como por comunidad de propósitos, en la tradición de narradores que tienen como referentes al Galdós de los Episodios nacionales y las “novelas españolas contemporáneas” o al Baroja de La lucha por la vida, a la vez que abre camino a la literatura memorialística del exilio (Alberti, Moreno Villa, Sender, Corpus Barga, Rosa Chacel o Francisco Ayala).
El siguiente fragmento recuerda aquella España inmisericorde que también reflejaron Gutiérrez Solana o Camilo José de Cela en sus “apuntes carpetovetónicos”:


“La figura flaca y hambrienta del torerillo se sitúa en el otro extremo de la plaza, con la cara pálida, mirando con recelo a sus espaldas donde están las varas de los mozos, algunas de ellas con clavos y aun con navajas en la punta, y con pánico, delante de él, a la fiera hasta cuyos cuernos ha de llegar [...] Para cuando el toro taladra la carne joven, hay una pequeña puerta en la casa del Ayuntamiento con un letrero que dice ‘Enfermería’. Dentro hay una mesa de pino fregada con arena y lejía y unos barreños de agua caliente. En un rincón sobre una silla de paja, la maleta del médico con unos cuantos hierros viejos y, por si acaso, las cuchillas y la sierra del carnicero [...] De niño, callado, subido en la silla donde estaba la caja del médico, yo he visto una vez una cura atroz de éstas, a un muchachillo con la cabeza colgando fuera de la mesa, los ojos vidriados y el pelo goteando sudor, cuyo traje de luces se había rasgado a punta de navaja para operar un boquete en el muslo donde cabía la mano del médico” [I, iv]

sábado, 21 de noviembre de 2009

La otra cara del éxito





Reseña en:


http://blogs.hoy.es/notas-al-margen/posts

Viajes



HUIDAS

Antonio Reseco
Madrid, Calambur, 2009, 57 págs.

Director desde su fundación en 2004 de la editorial Littera Libros, Antonio Reseco (Villanueva de la Serena, 1973) ha publicado hasta el momento Jardín buscado (2000), Un lugar conocido (Beturia, 2002) Anotaciones del viaje (Mérida, ERE, 2005), El otoño cotidiano (2005, en una edición bilingüe catalán-castellano) y Geografías (AbeZetario, 2006). Este mismo año aparece en Littera Libros una antología de sus poemas en compañía de José María Cumbreño, Daniel Casado e Hilario Jiménez, Cuatro poetas en un tobogán.
Ahora la editorial madrileña Calambur saca su último poemario, Huidas, que incluye veintidós poemas agrupados en torno a esta noción que en unos poemas “aparece de forma metafórica o tangencial; en otras es palmaria o explícita. Así, nos encontramos huidas interiores, huidas históricas (como la de Mahoma), la huida hacia la nada de Primo Lévi al suicidarse, la huida hacia lo desconocido dentro de un lebarinto, la huida de Boabdil, la huida hacia el fuego de Miguel Servet, la huida de la luz en una catedral, la huida de los cuerpos incinerados en un campo de concentración [...] Un pretexto que refleja hechos concretos que han sucedido en la realidad o hechos fabulados que toman cuerpo en las composiciones menos concretas” [Texto de solapa].
Reproducimos una “huida” histórica, la del último rey nazarí de Granada.

LAS LLAVES

las llaves
que abren la puerta, esta vez
para siempre

y el rey,
que ignora entre lágrimas
el nombre de su insomnio

que sabe
que jamás volverán a cerrar
el surtidor de su descanso

viernes, 20 de noviembre de 2009

Dudas y apócrifos






















DICCIONARIO DE DUDAS

José María Cumbreño
Madrid, Calambur, 2009, 107 págs.


BREVE BIOGRAFÍA APÓCRIFA DE WALT DISNEY

José María Cumbreño
Sevilla, Algaida, 2009, 35 págs.


Autor de poemarios como Ciudades de la llanura (Editora Regional, 2000), Árbol sin sombra (Algaida, 2003, premio de poesía “Ciudad de Badajoz”), y Estrategias y métodos para la composición de rompecabezas (El Barco, 2008), además del libro de relatos De los espacios cerrados (Fundación José Manuel Lara, 2006, premio de narrativa breve “Generación del 27”), José María Cumbreño (Cáceres, 1972) publicó el año pasado Teorias da Ordem (Ediçoes Sempre-em-Pé, 2008), una antología bilingüe con textos vertidos al portugués por Ruy Ventura.
Este año, Cumbreño ha publicado Diccionario de dudas, un libro intensamente poético en el que recoge micro-relatos, aforismos (“De las obras maestras (demasiado perfectas para parecer humanas) se aprende mucho menos que de los libros mediocres”, Las obras maestras) y poemas que yuxtaponen agudas y perturbadoras observaciones ("La indagación lúcida sobre la propia vida -considera Enrique García Fuentes que reseñó el libro en el suplemento 'Trazos'- será la que dote a la literatura de su condición de perpetuidad"):


MITADES

Al hombre se le toma el pulso en la muñeca derecha.
A la mujer, en la izquierda.

A los hombres se les lee la mano con la que comen.
A las mujeres, la mano con la que dan de comer.

Las niñas empiezan los libros por la última página.
Los niños, por la primera.

Si se cierra un ojo se ve la mitad del mundo.
Si se cierran los dos, se ve el mundo entero.

Ahora, Cumbreño ha logrado el XIII premio de poesía “Alegría” que convoca y patrocina el ayuntamiento de Santander con Breve biografía apócrifa de Walt Disney, otorgado por un jurado presidido por Luis García Jambrina. Citamos el arranque de este texto de marcado acento experimental:

Todos los dictadores
admiraban en secreto a Mickey Mouse.

No lo olvides: parirás con dolor.

El útero es un órgano que late.

Los aviones que van hacia el oeste
en realidad vuelan contra el tiempo.

Lo mismo que una historia
que comenzara a contarse
por el final.

En el vídeo,
la pánfila de la Bella Durmiente
(play, stop, pause)
a punto de pincharse
por enésima vez.

Por enésima vez, el comandante
les desea un feliz vuelo.

Escribo entonces
(acaba de apagarse la luz
que obligaba a permanecer
con el cinturón de seguridad abrochado)
que pocas cosas deben ser tan ciertas
como tus manos
quitándole las etiquetas
a la ropa de los niños
para que no les pique.

Escribir.
Proteger.
[...]

jueves, 19 de noviembre de 2009

Aula literaria Guadiana




Programación para el curso 2009-2010

Gustavo Martín Garzo
Don Benito, 15 de diciembre

Octavio Escobar
Villanueva de la Serena, 26 de enero

José Antonio Ramírez Lozano
Don Benito, 23 de febrero

Francisco Javier Irazoki
Villanueva de la Serena, 15 de marzo





sábado, 14 de noviembre de 2009

Presentes sucesivos



NO DUERME EL ANIMAL
(Poesía 1987-2003)


Ada Salas
Madrid, Hiperión, 2009, 247 págs.


El año pasado Ada Salas publicó su último poemario, Esto no es silencio (Madrid, Hiperión, 2008), que logró el XV premio de poesía “Ciudad de Córdoba ‘Ricardo Molina’” (y quedó finalista de los premios “Extremadura a la creación”). Ahora, la misma editorial ha sacado No duerme el animal, que reúne sus primeros cuatro libros de poemas, ya agotados: Arte y memoria del inocente (II premio “Juan Manuel Rozas”), Variaciones en blanco (IX premio de poesía “Hiperión”), La sed (1997) y Lugar de la derrota (2003). “Siempre me ha resultado difícil –afirma la autora en una nota inicial- leer mis poemas, tanto en privado como en público, y a menudo me he preguntado por qué. Las razones que se me alcanzan son varias, y complejas: un agudo ‘extrañamiento’, que no existió mientras se escribía el texto, se hace patente una vez escrito (y se acrecienta con el tiempo), a la vez que se hace inevitable una imposible resurrección: la del yo que los escribió; hablo ahora, claro, de otra manera. Será que las ‘presentes sucesiones de difunto’ de las que habó Quevedo se agolpan y vienen traídas por los versos: los primeros años apasionados de la facultad, en Cáceres, de Arte y memoria del inocente; las horas monacales en Francia de Variaciones en blanco; el olor encendido de las noches en las que fue naciendo La sed; la ventana, los árboles, las tardes que acompañaron Lugar de la derrota”.
Reproduzco el poema final de este último poemario.


Ni secreto ni pacto.
Ni muda sumisión
ni profecía. Escucho cómo llega
la crecida fluvial de las palabras.
Reúno los despojos. Abrazo
los cadáveres

y con ellos enciendo


esta pira común para el olvido.


viernes, 13 de noviembre de 2009

A la salida del colegio




Como los viejos periódicos de comienzos del siglo XX, Internet presta más atención a unos géneros literarios que a otros. Los privilegiados, de nuevo, son los más cortos: poemas, reseñas, entradas de diarios, micro-relatos... Buscando textos de estos últimos para el taller, he dado, frecuentemente, con auténticas obras maestras: concisas, autosuficientes, perfectas en su perfil exacto y escueto. Reproduzco uno de estos hallazgos: “Paternidad responsable”, de Carlos Alfaro.


PATERNIDAD RESPONSABLE

“Era tu padre. Estaba igual, más joven incluso que antes de su muerte, y te miraba sonriente, parado al otro lado de la calle, con ese gesto que solía poner cuando eras niño y te iba a recoger a la salida del colegio cada tarde. Lógicamente, te quedaste perplejo, incapaz de entender qué sucedía, y no reparaste ni en que el disco se ponía rojo de repente ni en que derrapaba en la curva un autobús y se iba contra ti incontrolado. Fue tremendo. Ya en el suelo, inmóvil y medio atragantado de sangre, volviste de nuevo tus ojos hacia él y comprendiste. Era, siempre lo había sido, un buen padre, y te alegró ver que había venido una vez más a recogerte”.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Dusklands

TIERRAS DE PONIENTE

J. M. Coetzee
Barcelona, Mondadori, 2009, 174 págs.
Trad. de Javier Calvo

Crítico literario, profesor de lengua y literatura inglesas en universidades de Estados Unidos (Búfalo), Sudáfrica (Ciudad del Cabo) y Australia (Adelaida), John Michael Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) se dio a conocer como narrador en 1974 con Dusklands (literalmente, “tierras en el crepúsculo”, traducida en esta ocasión como “tierras de poniente”), a la que siguieron En medio de ninguna parte (1977), Esperando a los bárbaros (1980), Vida y época de Michael K (1983), La edad de hierro (1990), Elizabeth Costello (2003), o Diario de un mal año (2007). Esta notabilísima trayectoria literaria, caracterizada por el compromiso y la originalidad formal, le ha granjeado numerosos reconocimientos (entre ellos, el “Reino de Redonda” de Javier Marías), que le llevaron a obtener el premio Nobel de literatura en 2003.
Aunque la editorial presenta Tierras de poniente como su primera novela, estamos, en realidad, ante dos narraciones de personajes y ambientación geográfica e histórica muy distintos. La primera de ellas, “El proyecto Vietnam” adopta la forma de un informe que Eugene Dawn, un experto en mitografía, eleva al Departamento de Defensa del ejército de Estados Unidos en plena guerra de Vietnam, cuando los americanos se disponen a abordar las fases IV, V y VI de la contienda. Tras consultar una documentación escalofriante de violaciones, ejecuciones sumarias y operaciones de castigo, las recomendaciones de Dawn van dirigidas a incrementar y mejorar la propaganda radiofónica y a sugerir el empleo de una violencia extrema: bombardeos de saturación, castigos y ejecuciones arbitrarias con el fin de doblegar cualquier resto de solidaridad y lograr que cada combatiente o ciudadano “enemigo” se considere aislado y culpable.
Pero el contacto con el horror no deja a nadie indemne, y Dawn, un buen ciudadano americano, esposo y padre ejemplar, comenzará a hundirse en la sima de una locura lúcida y autodestructiva.
El segundo relato, “La narración de Jacobus Coetzee” recurre al marco de los relatos de exploradores europeos en el continente africano. Coetzee, un colono boer, recibe en 1760 permiso del gobernador del Cabo de Buena Esperanza de organizar una expedición hacia el norte para cazar elefantes en las tierras de los namaqua grandes, una tribu hotentote que no ha tenido hasta entonces contacto con el hombre blanco. Tras numerosas penalidades, Coetzee alcanza el kraal en donde es saqueado y abandonado por sus sirvientes, pero consigue salvar la vida y regresar a su hacienda. Un año más tarde, el colono inicia una segunda expedición, esta de castigo, con una tropa de negros griqua al mando del capitán Handik Hop, que, tras incendiar la aldea y robar el ganado, se entregarán a una enloquecida violencia con todos los habitantes (y en especial cos sus sirvientes que sufrirán una muerte de perros).
Un “epílogo” resume los episodios del viaje y comenta el texto (un relato “menor” pero no desdeñable de la literatura de exploración africana), subrayando sus aportaciones más destacada, (el descubrimiento de la jirafa y del río Orange), y obviando cualquier referencia a los asesinatos, con un tono tan aséptico como cínico sobre la naturaleza de la colonización: “Es bien sabido que el tabaco y el coñac fueron cruciales para corromper la cultura de los hotentotes. A cambio de esos lujos los hotentotes se desprendieron de su riqueza en vacas y ovejas, reduciéndose a sí mismos a la condición de ladrones, vagabundos y mendigos [...] El pastor a quien el llanto de los niños hambrientos despertaba de su estupor alcohólico para encontrarse sus pastos vacíos para siempre aprendía de esa manera la lección de la Caída: no se puede vivir en el Edén para siempre”.
Separados por tres siglos de distancia, ambos hechos, que casi coinciden en la fecha (las expediciones tienen lugar en 1960 y 1962; la guerra de Vietnam se inicia en 1958) tienen mucho en común: ejemplifican la colisión entre civilizaciones que se hallan en estadios evolutivos distintos y el ejercicio de un poder absoluto, sin contrapesos políticos ni morales, por parte del pueblo más civilizado, del que surgen esos “bárbaros” que se esperan en otra de sus novelas, los que suspenden, en nombre de la lucha contra la violencia, el imperio de la ley, conculcando los derechos humanos, anulan mediante amenazas el papel fiscalizador de la prensa independiente y crean modelos como el “apartheid” sudafricano de los años setenta o el Guatánamo estadounidense.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Entre una vida y otra




COPA DE SOMBRAS

José Antonio Ramírez Lozano
Madrid, Devenir, 2009, 61 págs.

Ganadora del I premio de poesía “Blas de Otero, Villa de Bilbao, 2008”, Copa de sombras es un poemario en el que su autor “hace una meditación serena sobre la vida, sobre sus dones, angustias y sombras, pero con un tono que a veces roza lo metafísico y con un gran dominio de la métrica. Para su autor Copa de sombras es la copa de la propia divinidad que tiene en la palabra su pregunta y su respuesta. En ella se contiene Dios y sólo en ella tiene su sustento la existencia. Y donde sólo de su invocación viven los dioses” [Texto de contraportada]
Como otros poemas del libro, “Otra vida”, el texto que queremos reproducir, incide en un proceso reflexivo en torno, en este caso, a una intuición luminosa: el hombre es protagonista de una vida perceptible a los sentidos, la más inane y torpe, y de otra, sombría y profunda, ligada a la creación.

Esta costumbre antigua de los días
que dicen que es la vida
no es, al cabo, más que otra
vida torpe que fluye
paralela a la sombra
de esa otra, la auténtica
que está escrita en el fondo de mis actos.

Insistir en mi oficio,
prevenir en mi daño,
esa es toda la empresa
en que pone la una su ambición.

La otra, en cambio, ensarta
cuanto vivo en un hilo
y lo enhebra en mi pluma
para hacerme así el dueño de su lumbre,
el designio celeste
con que premian los dioses la palabra.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La fotografía en Extremadura




FOTOGRAFÍA EN EXTREMADURA HASTA 1951

Matilde Muro
Mérida, Editora Regional, Col. Cuadernos populares, nº 63, 2009, 45 págs.

Matilde Muro Castillo es una investigadora atraída por el ámbito de la fotografía. En este campo, hay que recordar que fue comisaria de la exposición 'La fotografía en Extremadura: 1847-1951', (Badajoz: MEIAC, año 2000), y autora del libro con el mismo título.(Badajoz: MEIAC, 2000. 299 págs.).
En el presente trabajo (del que hemos seleccionado una de las fotografías del libro, “Aldeanueva de la Vera, 1910”), se propone “Poner al alcance del mayor cantidad posible de personas posible un libro de fotografías, tratar de concienciar de la necesidad de conservar las imágenes (por repetidas que puedan parecer); no dejar en el olvido los cartones amarillentos que tienen para siempre adosada la imagen de alguien a quien el tiempo, y probablemente lo anodino de su vida, ha hecho olvidar... son las justificaciones de esta publicación, que también trata de responder algunas preguntas que muchos lectores se habrán hecho alguna vez: ¿cómo fue la fotografía hasta que llegó la popularización de las cámaras de uso familiar?, ¿cómo se desarrolló en Extremadura?, ¿cómo nos vieron los que pasaba por aquí cámara en ristre? La pretensión es responder a estas preguntas, aunque sea de forma balbuceante” [Texto de contraportada]

domingo, 1 de noviembre de 2009

La incertidumbre de la esperanza




LARGUEZA DEL INSTANTE


Javier Pérez Walias
León, Instituto leonés de Cultura, 2009, 85 págs.


Ganador de la XVII Bienal de Poesía “Provincia de León”, Largueza del instante es el octavo poemario del poeta cacereño (Plasencia, 1960). “Como se lee en una de las citas que abren el libro: "Si todo tiempo es un presente eterno / todo tiempo es irredimible". Largueza del instante representa una vuelta de tuerca más en el implacable engranaje del transcurrir de la vida. A su vez, articula una lacerante denuncia ante la existencia. aún hoy. de pozos acostumbrados a la pobreza de los escorpiones. Ofrece al lector, mediante la reflexión, un recorrido coherente y poético por los umbrales diminutos de las horas crueles. Entre el comienzo de un tiempo pretérito y el final de un tiempo presente. existen el acúmulo para la huida. la dolorosa constatación del murmullo de un mundo enfermo y el exilio de uno mismo que empieza a construirse en la proximidad con los otros. En sus páginas. la poesía se convierte en una constelación de la conciencia personal. que es capaz de engendrar en la largueza de un instante la generosa incertidumbre de la esperanza” [Texto de contraportada]
He aquí uno de los poemas del libro, “Las palabras son para la vida”

Me enseñaste
que las palabras son para la vida
como los besos lo son para el germinar de las flores
en los barrios de la periferia.

A menudo la melancolía es una cárcel para el sufrimiento
por tanta bondad que se extingue

Y da vueltas y vueltas junto a nosotros como un carrusel
que nos llama desde el umbral de la caverna y el grito.

Las palabras son la conciencia
para nombrar el pétalo fértil en el centro de la esperanza

Y mientras
-me dijiste-
algún día, la noche caerá pesada sobre nosotros
como un aluvión de clavos
fríos.

Sobre otros límites.

Sobre otro instante de eternidad.

Sobre otras ciénagas.