jueves, 28 de marzo de 2019
miércoles, 27 de marzo de 2019
Poemas de amor
POEMAS DE AMOR
Piedad Bonnett
Bogotá, Frailejón Editores, 2018, s.p.
Nacida en Amalfi (Antioquia, Colombia, 1951), Piedad Bonnett es licenciada en
Filosofía y Letras por la Universidad de los Andes, en la que desde 1981
imparte clases. Como escritora, ha cultivado la poesía, la novela (con títulos
como Después de todo, 2001, Para otros es cielo, 2004,Siempre
fue invierno, 2007, El prestigio de la belleza, 2010 y Lo que no tiene nombre, 2013, todos ellos publicados por Alfaguara), el teatro
(Gato por liebre, Que muerde el aire afuera, Sanseacabó, Se arrienda pieza y Algún
día nos iremos, montadas por El Teatro Libre bajo la dirección de Ricardo
Camacho) y la crítica literaria.
Como poeta, ha publicado nueve obras: De círculo y ceniza (Ediciones
Uniandes, 1989), Nadie en casa (Simón y Lola Guberech,
1994), El hilo de los días (Norma, 1995), Ese animal
triste (Norma, 1996), Todos los amantes son guerreros (Norma
1998), Tretas del débil (Alfaguara, 2004), Las
herencias (Visor, 2008) Explicaciones no pedidas (Visor,
2011), y Los habitados (Visor, 2017, XIX premio de poesía “Generación del 27”).
Ahora, la editorial bogotana Frailejón Editores publica en sus bellísimos libros artesanales con guardas forradas de
cuero la antología Poemas de amor, de
la que reproducimos una composición.
CONFESIÓN
Para
tus ojos
quisiera
yo beber el dulce azogue,
y
amanecer cubierta de polvo de metales
como
una joven faraona muerta.
Robarle
su color a los almendros
y
hundiéndome en el lodo feraz de los pantanos
lustrar
mi desnudez
para
tus ojos.
Recuperar
la luz de las espadas
y
hacerla batallar en mis pupilas.
Turnarme
espléndida
como
una esclava etrusca cuya cabeza calva
perturba
el sueño de los mercaderes,
como
iracunda araña al sol de mediodía,
como
la dentadura feroz de los guerreros,
como
el líquido
despertar
matutino de las dianas.
(Pero
todo no es sino literatura
y
debo resignarme a sonreírte
sin
existir, quizá, para tus ojos).
martes, 26 de marzo de 2019
Descendimiento
DESCENDIMIENTO
Ada
Salas
Valencia,
Ed. Pre-Textos, col. La cruz del Sur, 2018, 90 págs
Nacida en Cáceres en 1965, Ada Salas publicó su primer libro, Arte
y memoria del inocente, en 1988 (Universidad de Extremadura, premio “Juan
Manuel Rozas”). Desde entonces, y además de un libro sobre la propia escritura
(Alguien aquí, Hiperión, 2005) y el ensayo El margen, el error, la tachadura (premio de ensayo “Fernando Pérez”, 2011), ha
publicado los poemarios Variaciones en blanco (premio
“Hiperión” de 1994), La sed (Hiperión, 1997), Lugar de la
derrota (Hiperión, 2003), Esto no es el silencio (premio
“Ciudad de Córdoba”, 2008), No duerme el animal (una
recopilación de casi toda su obra poética aparecida en Hiperión en 2009), Limbo y otros poemas (Pre-Textos, 2013, Ashes to Ashes (Editora Regional, 20011, en colaboración con el
pintor Jesús Palencia), Escribir y borrar
(Fondo de Cultura Económica, 2016) y Diez mandamientos (La
Oficina Ediciones, 2016). Ahora, la editorial Pre-Textos publica
Descendimiento, en que los poemas giran
en torno a este motivo bíblico tan repetido en la tradición pictórica de
Occidente. El cuadro aludido, reproducido en el libro, es el de Rogier van der
Weyden que se conserva en el museo del Prado. Un segundo bloque, subtitulado “Oratorio” da la voz a los personajes que rodean a
Jesús: La Virgen, María Madalena, Nicodemo, María Cleofás, María Salomé y José de
Arimatea. Reproducimos uno de los poemas más descriptivos del óleo.
Nadie
mira hacia nadie.
Todos
los ojos son
el
ensimismamiento. No hay quien mire
de
frente
hacia
el dolor del otro. A quién
sostiene
Juana
a
quien llora
su
madre.
No
hay paisaje no hay cosas
-cuatro
plantas
raquíticas
un fémur
y
una calavera
ahí
a
nuestros pies
por
si no habíamos
tropezado
bastante-. Así se cierra el círculo
así
se
ha templado el anillo. Las rodillas
de
Cristo la mano
de
María se vienen
hacia
ti. De repente el dolor. Estamos todos
muertos.
Ninguno de nosotros
ya
es
una
persona.
Un violín para Chagall
UN VIOLÍN
PARA CHAGALL
Juan Manuel
Roca
Bogotá, Uniediciones, col. Textos Cautivos, 2018, 105 págs.
Juan Manuel Roca (Medellín, Colombia, 1946)
es poeta, ensayista, periodista cultural
y crítico de arte que ha desarrollado múltiples actividades culturales. Su
producción poética se acoge en un principio a los postulados del surrealismo,
pero luego encuentra su tono y temas personales. Algunas de sus obras son Memoria del agua (1973), Luna de ciegos (1976), Los ladrones nocturnos (1977), Cartas desde el sueño (1978), Fabulario real (1980), Ciudadanos de la noche (1989), Pavana con el diablo (1990), Monólogos (1994), Memoria de encuentros (1995), La
farmacia del ángel (1995) y Las
hipótesis de Nadie (2005). Su obra poética ha sido recogida en las
antologías Luna de ciegos (1994), Antología de poesía amorosa (1997), Los cinco entierros de Pessoa (2001) y Cantar de lejanía (2005). En 2016
publicó su poesía reunida, Silabario del
camino.
Entre los numerosos reconocimientos que han
consolidado su trayectoria poética como una de las más valiosas de Colombia (el
de la Universidad de Antioquia de poesía y de cuentos, el Simón Bolívar, el
José Lezama Lima…), Juan Manuel Roca recibió el IX Premio Casa de América de
poesía americana por Biblia de pobres,
que, además, logró el premio Estado Crítico al mejor libro de poemas publicado
en España en 2009, año en que aparecería en la editorial Visor (más tarde vería
la luz en Colombia y en México).
Su último libro es Un violín para Chagall, en donde el poeta ha recogido composiciones
inéditas y aparecidas en otros libros enhebradas por el tema de la pintura, el
mismo de dos textos que cierran la obra: un cuento (“En el café”) y un ensayo (“El
beso de las Gioconda”), en el que se detiene en las afinidades e influencias mutuas entre pintura y poesía,
entre la obra de ciertos pintores y poetas casi siempre coetáneos: Apollinaire
y Braque o Picasso, Henri Michaux y Paul Klee, Rainer Maria Rilke y Paul
Cezanne, Antonin Artaud y Van Gogh, Blaise Cendras y Marc Chagall… Todos los
poemas giran en torno a la obra de pintores clásicos y modernos, como
Velázquez, Lucas Cranach, Goya, Edgar Degas, Bacon, Munch, Gauguin, Hopper…
Reproducimos el texto dedicado al pintor bielorruso Marc Chagall, que presta
título al libro.
UN VIOLÍN PARA CHAGALL
En Vitebsk todo vuela: un viejo judío de negro sacón,
una choza aerostática, un caballo fugado de las caballerizas de Giotto. Vuelan
las vacas, los novios, los días y un violinista en el tejado.
¿Qué toca en la noche sobre la planicie de nieve? ¿Con
qué tonada arrulla la aldea y apaga íconos y espantos’
No dejen caer el violín, testigo de bodas y de
entierros. No lo dejen callar. ¿Es un violín gitano inventado por el diablo?
¿Es un violín para orientar viajeros en las grandes estepas? ¿Violín roto de la
trágica Rusia?
Nadie sabe qué lleva en el costal, en su burdo saco,
el viejo judío del gabán. ¿Acaso esconde un libro que narra el combate de Jacob
con el ángel? Si es un violín, que caiga en manos de Chagall. Entonces todo
vuela, los rojos tejados, los candelabros, las manos de cera del rabino, la luz
parpadeante de la sinagoga.
lunes, 25 de marzo de 2019
Poemas del Diario / Odas
LOS PRIMEROS POEMAS DEL DIARIO
ODAS
Miguel Torga
Mérida, Editora Regional de
Extremadura, 2018, 188 págs.
Versión e introducción de
Amador Palacios
Nacido en el seno de una
humilde familia campesina, Miguel Torga (Sao Martinho de Anta, Tras-os-Montes,
1907- Coimbra, 1995) realizó estudios en un seminario, fue criado en casa de su
tío en una hacienda de Santa Cruz, en el estado de Minas Gerais de Brasil, cursó
estudios de medicina en la Universidad de Coimbra (costeados por el pariente
rico: “paso por esta Universidad como perro por viña vendimiada. Ni yo reparo
en ella, ni ella repara en mí” y se dedicó al ejercicio de la medicina en
varios destinos. De su vasta obra (poesía, teatro, narrativa) sobresale su Diario, que fue componiendo entre 1932 y
1994 hasta alcanzar los dieciséis volúmenes (publicado en España por Alfaguara
en dos tomos en 1988 y 1996).
Ahora, la Editora Regional de Extremadura
publica una edición con los poemas del primer tomo (46 composiciones), seguido
de Odas, un libro aparecido en 1946.
Reproducimos una de las composiciones en que reflexiona sobre la propia vida y
sobre el destino de su obra.
DÚVIDA
Coimbra, 15 de Agosto de 1941
Anoiteceu.
Aqui sentado, pensaba
Na minha vida;
Nesta tristeza arrastrada
Que ninguén quer alegrar;
Nesta fogueira cercada
Duma invernia polar.
E a mim mesmo perguntava
Se dessa vida ficava
Pelo mesmo uma baba
Igual à do caracol.
Uma excreção que brilhasse
Quando nela reparasse
A luz do sol…
DUDA
Coimbra, 15 de agosto de 1941
Ha anochecido.
Aquí sentado, pensaba
En mi vida;
En mi tristeza arrastrada
Que nadie quiere alegrar;
En esta hoguera cercada
Por un invierno polar.
Y a la vez me preguntaba
Si de esta vida quedaba
Por lo menos una baba
Como la de un caracol.
Una excreción que brillase
Cuando en ella reparase
La luz del sol…
domingo, 24 de marzo de 2019
Esa noche
ESA NOCHE
Mérida, Editora Regional, Col. Escena Extremeña, 2017,
174 págs.
Trad. al portugués de Fernando Rodrigues
VII Premio de Textos Teatrales de Autor
Extremeño-FATEX, 2015
Miguel
Murillo Fernández (Badajoz, 1997) compone en 2014 obras teatrales como El reino de Caín, Como en Stanford y Una sola Antígona. En 2015 obtiene el
VII Premio de Textos Teatrales “Raúl Moreno” con la obra que ahora publica la
Editora Regional en su colección Escena Extremeña, Esa noche. A este mismo año pertenecen La clave de sol y Tragedia
con Alcuza y en 2016 escribe El pozo
y El aula de los caídos. Sus últimos trabajos han sido Purísimo teatro (2016) representado por
la compañía Susurro Teatro en el Festival de Alcántara, y El Quijote en una Europa de duelos y quebrantos (2017) en las
Jornadas de Teatro Crítico de la Diputación de Cáceres. En la actualidad,
colabora en la sección de cultura del periódico digital El correo Extremadura.
Esa noche, que publicó en septiembre de 2017
la Editora Regional de Extremadura, es una tragedia que se abre, como
el Hamlet shakesperiano con la aparición del espectro del padre muerto (y
condenado) en un viejo caserón en donde viven sus cuatro hijas (Encarnación,
Asunción, Visitación e Iniquidad), encerradas y asediadas desde el exterior por
burlas y calumnias, marcadas por un episodio terrible sucedido una noche del
pasado, impulsadas por el rencor, el delirio y
la demencia durante un instante “extenso” en que se mezclan los días del
ayer con los del presente (de ahí las referencias aparentemente contradictorias
en las acotaciones a “niñas”, “mozas”, “mujeres”). Con intencionados ecos
lorquianos, se desarrolla una tragedia de desenlace sangriento y trama brumosa
en que se adivina la violencia del padre para con todos y la amenaza de las
antiguas erinias exigiendo la sangre de todo aquel que la haya derramado.
ASUNCIÓN:
(Nuevamente,
la duda la acecha) ¿Quién no estaba allí? Alguien faltaba. No dormían
cuatro, sino tres…
INIQUIDAD:
Deja de decir sandeces… (Recapacita). Sí, dormíamos tres. (Mira con un descaro tremendo a Encarna).
VISITA:
(Se
hurga los bolsillos. Saca el botón del escritorio mientras buscaba las coplas). Este botón… De Madame Gólgota…
INIQUIDAD:
Cómo la odio. ¿Hasta cuándo fui Madame Gólgota para
reconvertirme en Iniquidad, la niña coplista y tímida, temerosa de Dios y de su
padre el coronel?
ENCARNA:
(Tiene
miedo). Se hace de noche… Mirad las sombras de la ventana.
Efectivamente,
ha oscurecido bastante. Si al principio de esta obra se encendieron las luces
eléctricas o candiles, estos deben ser sustituidos por focos tenues, rojizos y
tétricos. Si se corrieron las cortinas y se subieron las persianas y la escena
es iluminada por el sol, nos debemos percatar de la sombra gris de la muerte
que apaga poco a poco la escena. Es ese color que solo ven las cuatro niñas…
desde esa noche.
VISITA:
Y yo sin rezar las Completas. Pero, ¿no vendrá madre
a contarnos un cuento?
ASUNCIÓN:
Los tres cerditos. Mejor que termine el de La Bella
Durmiente…
INIQUIDAD:
Madre no vendrá hoy a contarnos ningún cuento.
ENCARNA:
Llega la noche oscura… mirad las sombras… ¿no tenéis
sueño?
INIQUIDAD:
Yo tengo escalofríos. Durmamos, a ver si mañana se
hace un nuevo día.
ASUNCIÓN:
(Los
dedos en la barbilla, rascándosela a ver si sale alguna respuesta) ¿Quién no dormirá esta noche? ¿Quién no lo hizo? Alguien se levantó,
estábamos tres… [pp. 80-82].
Nota
Subo de nuevo una nota
de lectura sobre esta obra por una atribución errónea en su momento por la que
pido disculpas al autor (y a sus lectores).
miércoles, 20 de marzo de 2019
Mi bien
MI BIEN
Antología poética
Isla Correyero
Madrid, Visor, 2018, 302 págs.
Prólogo de Juan Antonio González Iglesias
La poesía de
Isla Correyero (Miajadas, Cáceres, 1957) ha sido recogida en numerosas
antologías desde Las diosas blancas
(1986), elaborada por Ramón Buenaventura, y, a su vez, ella ha preparado la
antología Feroces. Radicales, marginales
y heterodoxos en la última poesía española (1998), pero su trayectoria de
libros poéticos arranca con Cráter
(1984), al que siguieron Lianas
(1988), Crímenes (1993), Diario de una enfermera (1996), La Pasión (1998), Amor tirano (2002), Lepidópteros
(2014) y Divorcio (2015).
Mi bien, un sintagma de uso común para
referirse a la persona amada que ahora alude a la poesía (propia y ajena),
reúne poemas esenciales de los títulos citados más doce composiciones de Ámbar, un libro inédito de 1986. Situada
en un enclave lírico que podría definirse como “poesía de la conciencia”, su
poesía –afirma el prologuista- “se asoma -y a veces se precipita- a las simas
más oscuras. Se embriaga del dolor propio y ajeno […] Igual que Virgilio
descendió al infierno pagano y Dante al cristiano, ella ha bajado a los
deteriorados infiernos posmodernos, cuyos círculos son la enfermedad, el
fracaso y la muerte”. Si su mirada se dirige en unos casos hacia sí misma, como
es buen ejemplo el poema que reproducimos, en otros se abre a los demás, pues “en
cada uno de los seres humanos, como formularon Terencio y John Doone, estamos
todos. ‘No man is a island entire itself’.
Ningún ser humano es una isla en su totalidad. Isla no es una isla, ella menos
que nadie” [Prólogo, p. 9].
Reproduzco
una de sus composiciones más conocidas, procedente de su libro Amor tirano, que le oí recitar hace
años en el Monasterio de Yuste y jamás he olvidado (ni el rotundo arranque del
poema ni la rotunda entonación emotiva de la autora).
Ponte de rodillas y dime que ya me has olvidado.
Ponte de rodillas tío y pídeme perdón.
Como cenizas como metal como ciruelas negras
me he transformado sobrellevando el paso de tu sombra.
Te he visto al alba con una cadena de palidez
en torno de tu inmovilidad
y he permanecido en una silla de leche y de madera
mientras te miraba la enfermedad del corazón
y el temblor respiratorio que tienes tío.
Violentamente preparada y desmedida
me he levantado de mi muerte y mi deseo
para desplomarme ante tu indiferencia.
La cantidad de destrucción que me has causado tío
es como un saco de piedras atado
a mi brazo derecho.
He acumulado venganzas y pasiones que no son de este
mundo. Solitarias y desobedecidas.
Mitigar mi dolor es tan imposible
como una conspiración en contra tuya.
Mis enemigos
son tus más patológicos amigos.
Si trabajo es por ti tío
y tú jamás has resucitado mi trabajo.
Sin resurrección y sin aliento sigo
a pesar de la calcinación en que me has devorado
y hecho humo.
Pon distancia entre tu gris vestidura
y mi ascético espacio
y déjame respirar cruzando el mundo
Definitivamente tío pidiéndome perdón
soltándome
como una perra
alada.
martes, 19 de marzo de 2019
La bella Magalona
LA BELLA
MAGALONA
Poema
épico dramático
Marino
González Montero
Mérida, De la Luna Libros, 2018, 65 págs.
Fundador de la
revista de creación La Luna de Mérida y director de la editorial De la Luna Libros, Marino González Montero (Almaraz,
1963) es coautor del libro Puentes de
Extremadura, de la edición ilustrada de La
vida del Lazarillo de Tormes y autor de versiones de textos de Shakespeare
(La tempestad), Plauto (Cásina, El Persa, Truculentus) y de
Terencio. Como poeta, ha publicado Tangos
extremeños (2006), Incógnita del
tiempo y la velocidad (2014) y Un
estanque de carpas amarillas (2015) que ahora ve la luz en la misma
editorial emeritense. Como narrador, es autor de libros de relatos como En dos tiempos (finalista del premio
Setenil al mejor libro de relatos publicado en 2004), Sedah Street (If Ediciones,
2001), Diarios miedos (2009) y Sed (2011), ambos en la editorial De la
Luna libros. En 2016 apareció Rollos y
picotas de Extremadura (De la Luna libros).
La bella Magalona es una recreación
epicodramática del poema romántico La
maravillosa historia de amor de la hermosa Magelona y el conde Pedro de Provenza
compuesto por el poeta alemán Ludwig en 1797 y del lied de Johannes Brahms Die Schöne Maguelone, autores que a su
vez se basaron en un poema épico provenzal del siglo XII (La bella Magalona). La leyenda tuvo, por lo demás, numerosas
versiones, literarias y musicales, tanto en España como en el resto de Europa.
En la presente versión, el conde de Provenza cuenta a su hijo las peripecias
del viaje y el encuentro con su madre en un registro noble y elevado en el que ha
utilizado endecasílabos y heptasílabos blancos. Reproducimos un fragmento de la
“Estación Prima”.
“Pierres soy, Pedro, también
tú eres piedra. Jamás lo olvides, hijo:
piedras del fondo del río, las piedras
de los caminos o las que aún duermen
en roncas gargantas de los volcanes,
piedras al fin, jamás lo olvides hijo:
prestas siempre a ser lejos
lanzadas de la mano
a capricho de la diosa Fortuna.
Pausa.
Por eso debes aprender más pronto
que tarde, que seamos río, camino
o volcán, es circunstancia mudable,
como mudables son esos colores
con que pintan los árboles sus hojas.
Que nada dura siempre
que cada alegría parece abrir
la puerta a cien desgracias:
Maldigo el desigual resultado
que la vida nos pone en la balanza”. [pp. 18-19].
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