viernes, 26 de noviembre de 2021

Diario de un editor con perro

DIARIO DE UN EDITOR CON PERRO

Julián Rodríguez

Mérida, Editora Regional, Col. La Gaveta, 2021, 169 págs.

Edición de Martín López Vega

    Julián Rodríguez (Ceclavín, Cáceres, 1968 -Colladillo, Segovia, 2019). Fue escritor, editor, galerista y diseñador gráfico. Fundó y dirigió las revistas Sub Rosa y La ronda de noche. También fue director artístico de la galería de arte Casa sin Fin -con sedes en Cáceres y Madrid- y director literario de la editorial Periférica, galardonada en 2008 con el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural dentro del grupo de sellos independientes Contexto y con el Premio al Fomento de la Lectura en Extremadura en 2019.

   Fue autor del libro de poemas Nevada, de la colección de cuentos Mujeres, manzanas (Editora Regional de Extremadura) y de las novelas Tiempo de invierno, Lo improbable, La sombra y la penumbra y Ninguna necesidad. Estas tres últimas quedaron reunidas en 2015 en el volumen Novelas (2001-2015). Es autor, asimismo, del ciclo autobiográfico formado por Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás y Cultivos. Sus últimos libros fueron los relatos Santos que yo te pinte y Tríptico. Profesor invitado en el Máster de Edición de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, a lo largo de su vida fue galardonado con el Premio Cáceres de Novela Corta, el Premio Nuevo Talento Fnac y el Premio Ojo Crítico de Narrativa.

   Diario de un editor con perro recoge las entradas de Facebook publicadas por el escritor entre 2018 y 2019, año de su muerte. Retirado durante los fines de semanas en una vivienda rural de Segovia en la Sierra de Guadarrama, Julián Rodríguez fue describiendo en unos textos sobrios, muy cuidados, las tareas cotidianas (siembra y cuidados de las plantas, paseos con su perra por los alrededores, música y lecturas) en un entorno natural que la sucesión de estaciones transforma de modo cíclico y que tiene para el escritor algo de “refugio” (tal un regreso a su Ceclavín de la niñez), como afirma en un comentario, citado por el editor, Martín López Vega (Poo de Llanes, Asturias, 1975), dirigido a Enrique Bueres: “Esta casa, este jardín y esas nieves, Enrique, están en uno de los lados segovianos (alto y pobre), de la Sierra de Guadarrama, a solo una hora y media de coche desde Madrid […] pero en realidad ya en otro mundo” [Nota final, p. 166]. Reproducimos un par de entradas del diario correspondientes al mes de noviembre de 2018.

 

     Viernes, 23

   Hoy, al mediodía, el puerto y las montañas y los campos de alrededor, incluso las laderas más suaves, seguían blancos tras la nevada de anoche. El sol, sin embargo, parecía haber expulsado las nubes hacia el norte. La tahona de ese pueblo que hay junto al puerto olía a leña y a una nueva hornada de dulces. A mantequilla y a canela. Al llegar a casa, seis grados en el jardín, siete en el interior. El fuego enseguida iluminó el saloncito. Mientras llenaba la nevera y hacía la comida puse una, dos, tres veces esa canción nueva de Dominique A que tanto me gusta, Le grand silence des campagnes. Sobre uno de los sofás, dejé para más tarde un ensayo fascinante acerca de Mesa Verde, aquella civilización norteamericana anterior a Colón. Las bellísimas cerámicas que nos legaron dan fe de su sutileza.

 

Domingo, 25

   No quedan ya hojas en los árboles del jardín: cubren el césped. Llueve cada poco, los cuervos van y vienen, las águilas sobrevuelan la casa en cuanto escampa. Zama y yo volvimos del primer paseo del día empapados, apenas había amanecido. Los carboneros picoteaban las migas de pan que les había dejado en la tapa del pozo antes de salir. La niebla fue alejándose hacia el sur, más allá de las cumbres cubiertas por la nieve. En un prado cercano al robledal alguien había montado una tienda de campaña, oculta casi a la vista. El verde de la tienda se fundía con el del musgo del murete de piedra y las zarzas, tres viejos fresnos caídos parecían un biombo. Por ese camino apenas pasa nadie (sólo nosotros), el silencio es absoluto, la paz también. Zama ni siquiera se acercó a la tienda. Medio kilómetro más allá, donde el camino se ensancha y permite el acceso de algún tractor, estaba el Nissan Patrol con matrícula francesa y pegatinas de distintos congreso de ornitología. [pp. 109-111]

 

 

 

jueves, 25 de noviembre de 2021

Con permiso del olvido


 CON PERMISO DEL OLVIDO

Antología poética (1996-2020)

Julio César Galán

Valencia, Ed. Pre-Textos, Col. La Cruz del Sur, 1021, 170 págs

Prólogo de Antonio Ortega y Marco Antonio Núñez

Epílogo de Eduardo Espina

   Julio César Galán (Cáceres, 1978) ha publicado ensayos como Limados. La ruptura textual en la última poesía española (Amargord. 2016) de Óscar de la Torre; Ensayos fronterizos. Entre el poema y la heteronimia (RIL Editores/Universidad de Extremadura. 2017) en coautoría con Óscar de la Torre y Jimena Alba; El último manifiesto (Trea, 2019) de Jimena Alba; Cuaderno de Sombrario. Esferas de la poesía especular (Amargord, 2020) y Correos a los editores. Poesía Especular/Poesía non finito (RIL Editores, 2021) como Julio César Galán.

   Como creador, ha publicado textos teatrales como Eureka (Ediciones del Unicornio, 2014), La edad del paraíso (ERE, 2016) y No. Bocetos de un libro futuro (Ñaque, 2021), pero el grueso de su obra la componen los poemarios: El ocaso de la aurora (Sial 2004), Tres veces luz (La Garúa, 2007), Márgenes (Premio de poesía Villa de Cox, Edi-torial Pre-Textos, 2012), Inclinación al envés (ERE/Editorial Pre-Textos, 2014), El primer día (Isla de Sitolá. 2016) y Testigos de la utopía (Diputación de Cáceres/Editorial Pre-Textos, 2017). Además ha publicado como heterónimo los siguientes libros de poemas: Gajo de sol (Abezetario. 2009). La llanura (Premio de poesía Vicente García de la Huerta, I.E.S. Suárez de Figueroa. 2016) y Para comenzar todo de nuevo (Ay del Seis. 2017) de Luis Yarza; ¿Baile de cerezas o polen germinando? (Ediciones Idea, 2(K) y ¿Una extraña orquídea o un superviento estelar? (Bala Perdida, 2021) de Pablo Gaudet; e Introducción a la locura de las mariposas (Ti-gres de papel. 2015) de Jimena Alba.

   Ahora la editorial Pre-Textos publica Con permiso del olvido, una antología que recoge composiciones de sus libros, desde El ocaso de la aurora hasta el último libro, Un adiós abierto. En el prologo (“La escritura de Julio César Galán. Apuntes para una topología poética”), sus autores consideran: “La obra poética de Julio César Galán (Cáceres, 1978) despliega una crónica biográfica y circunstancial que se desarrolla y codifica en una simbología de creciente hermetismo, al tiempo que la reflexión sobre la naturaleza del texto va adquiriendo una mayor importancia. Esta doblez o coalescencia entre el afuera del texto —su referente— y su adentro —la forma—, llega a recordar las paradojas visuales de Escher, al tiempo que permite a su autor superar las limitaciones estéticas y la pobreza expresiva e intelectual congénita de un eclecticismo excesivamente longevo, problematizando la comunicabilidad misma de esa experiencia ingenua que se pretende como algo dado. O la identidad personal en su comercio con la escritura en un doble sentido” [Prólogo, p. 9]. Reproducimos una de las composiciones del poemario Tres veces luz.

REGRESO PARA CELEBRARME

 He sumado estos sauces

y el resultado es infinito.

Se ha abierto entre suma y suma

un sí de brazos y una lejanía

de gentes y una claridad de deseos.

Todo lo escrito lo llevamos dentro.

 

Crecen las manos como girasoles

ausentes de horas; fijas como el vuelo

de aquel cernícalo sobre su presa.

En los jardines juegan los muchachos,

se achican ilusorios en su luz,

se abren en círculos hasta mi pecho.

 

Yo prosigo mi suma: quiero,

sencillo

y alegre, perdurar en la alegría.

jueves, 18 de noviembre de 2021

El Espejo


  

EL ESPEJO, Nº 13

Revista de  la Asociación de Escritores Extremeños

Badajoz, AEEX, nº 13, 2021, 94 págs.

Dirección de Pilar Galán Rodríguez y Víctor M. Jiménez Andrada

 

   Con un texto de presentación de la Presidenta de la AEEX, Isabel M. Pérez González, acaba de aparecer el número 13 de El Espejo, la revista de la Asociación, a la que sigue un texto (“Un año en la Vera”) de Clara Obligado (Buenos Aires, 1950). Bajo el epígrafe “Cómic, ver para leer” se incluyen colaboraciones de Andrés Gutiérrez Morillo y Carlos Díaz Correia, las trayectorias de autores de cómic como Borja González,  Carlos Díaz Correia, Fermín Solís, Fidel Martínez Nadal, Gol, Jesús Bravo, Julia Lama, Lorenzo Montatore, María Ramos, Mayte Alvarado, Pedro Camello y Roberto Massó, y sendas pequeñas entrevistas a Mayte Alvarado, Julia Lama y Roberto Massó. Inma Chacón publica tres poemas sobre su hermana, Dulce Chacón, y Pilar Galán entrevista a Víctor Chamorro.

   El bloque de colaboraciones literarias está dedicado a un género en auge, el aforismo, con la participación de Carmen Artaloytia Lázaro, Antonio Cerrato Martí-Romo, José Martín Durán, Luis Leal, Pépa Gómez Bustamante, Víctor Valadés Paredes, Elías Moro Cuéllar, Caridad Jiménez Parralejo, Carmen Ibarlucea Paredes, Pilar Alcántara González, José Manuel Díaz, Luis Corrales, Rosa López Casero, Pilar Fernández Bravo, Francisco Flores Paredes, Vicente Rodríguez Lázaro, Plácido Ramírez Carrillo, Dionisio López y Cora Ibáñez. El número se cierra con el apartado de notas de lectura. Reproducimos algunos de los aforismos.

 

   El asno que se ríe de su propia figura es una cabalgadura para tomarla en serio. [Luis Leal]

   Sé que el amor está aquí, al construir el espejo en el lienzo. Si no puedo reflejarme, también podré pintar la sensación de ser un alma realizada. [Víctor Valadés Paredes]

   Cuando el pensamiento es una ruina solo cabe esperar ideas escombro. [Elías Moro Cuéllar]

    Si todo arte callejero debe ser efímero, clandestino y casi anónimo, encontrarlo es toda una sorpresa. [Caridad Jiménez Parralejo]

   Es posible perfeccionar cualquier cosa, siempre que sea ajena al sentimiento, porque el error es amigo del amor y viceversa. [Pilar Alcántara González]

   Cualquiera sabe ser feliz. Ser infeliz con dignidad es lo meritorio. [José Manuel Díez]

   No hay silencio en los tanatorios, sino una arquitectura de murmullos. Morir tiene su propia biología. [Pilar Fernández Bravo]

   Hay que  hacer méritos en la guerra para no morirse de hambre en tiempos de paz. [Francisco Flores Paredes]

   Besos contados, abrazos dormidos. Cansancio de emociones, en este tiempo de silencio azules en el reloj de la duda. [Plácido Ramírez Carrillo]

   Cuando me enfado me voy llenando de ascuas y, al final, provoco un incendio en mi respuesta. [Cora Ibáñez]


miércoles, 10 de noviembre de 2021

jueves, 4 de noviembre de 2021

Solo Inclasificable

SOLO INCLASIFICABLE

Efi Cubero

Sevilla, La Isla de Siltolá, 2021, 136 págs.

 

   Nacida en Granja de Torrehermosa en 1949, Efi Cubero es ensayista, poeta y narradora que ha colaborado con artículos, estudios ensayísticos y entrevistas a personalidades de la literatura y el arte en numerosas revistas (Arquitectura y Humanidades de la UNAM, Letralia, Mitologías, Analecta Literaria, Cuaderno Ático,  Estación Poesía,  El ático de los gatos, Frontera, Cromomagacine, Papel Salmón, Alga, Norbania, Destiempos, En sentido figurado, Turia, Tinta China…). En 2019 la editorial sevillana La Isla de Siltolá publicó Esencia, una compilación de ensayos sobre creadores visuales (de modo preferente, pintores: El Greco, Caravaggio, Goya, Picasso…)

   Como narradora, Efi Cubero ha escrito numerosos relatos (“Huida”, “Grafitti en el vacío”, “La estatua”, “Un poco de ceniza”, “Huellas”, “El cardo”, “Proyecciones”, “La ova”...) incluidos en antologías como Estrechando círculos. Antología de escritores extremeños y caldenses (Don Benito, 1999), La narración corta en Extremadura. Siglos XIX y XX (Badajoz, Diputación Provincial, 2000) y Ficciones (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2001)

   Su obra poética, incluida en numerosas antologías y traducida al portugués, francés e inglés, se inicia con Fragmentos de exilio (Badajoz, 1992), al que siguieron Altano (Badajoz, Alcazaba, 1995), Borrando márgenes (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2004), Estados sucesivos (Architecthum Plus, S. C, México, 2008, con prólogo de Federico Martínez Reyes), Ultramar. Libro de Artista en colaboración con Paco Mora Peral. Castilla-La Mancha, 2009), Condición del extraño (Sevilla, Isla de Siltolá, 2013, con estudio introductorio de Jesús Moreno Sanz) y Punto de apoyo (Mérida, La luna libros, 2014).

   Ahora la editorial sevillana La Isla de Siltolá publica su último libro de versos, Solo Inclasificable, que agrupa los poemas en torno a términos musicales (solo, acordes, contrapuntos) y movimientos de una sinfonía (allegro, andante, adagio) como confirmación de la cita inicial de Walter Pater: “Todo arte aspira constantemente a la condición de la música”. Ya la dilogía del primer término del título otorga a la palabra “solo” una doble condición de adjetivo (único, solitario) y sustantivo (pieza musical). Organizados así, los poemas, de distinto perfil (desde las extensas composiciones de metros amplios como “Desenfocado” o “Compás de ¾” a poemas mínimos como “Tarde”: “Ya era tarde. / Tan solo era la tarde. / Pero ardías”), se ajustan levemente al ritmo del movimiento musical en el que se incluyen, pero es común a todos ellos un hondo impulso emocional comunicado mediante una expresión formal sobria, extraordinariamente cuidada. Sobre motivos reiterados como la luz, el manantial, la tierra, el silencio o los pájaros, encontramos temas como el regreso (“Deseas ser el humus o el mantillo. / Has vuelto a tu raíz para quedarte”, “Firmeza”), la reflexión sobre la propia creación: (“Hay que obrar como el agua, / también por erosión, / sedimentando”, “Erosión”),  supervivencias del mundo de la niñez: (“Erguida queda / la que me abrigó en noches invernales”, “Chimenea”), pero domina en el último apartado el recuerdo del ser amado (“Aquí mientras te nombro inútilmente”, “Fotografías”) resuelto en la voluntad de un vivir íntegro tras la pérdida: (“Para eludir la muerte / atestiguar la vida”, “Soledad”). Reproducimos una composición de este último bloque.

 

ELEGÍA

 Ser manantial tan solo,

huir de los espejos,

pues aquel que conoce los exilios

siente que en el principio se halla todo

que todo vuelve siempre a comenzar

ya que todo final es insaciable.

Siempre este espacio de revelación

de un agua especular que apenas sacia

nuestra sed de infinito.

¿Dónde abolir el límite y desdoblar honduras

lo mismo que la estrella que ha muerto y sin embargo

alumbra nuestro insomnio en las noches de cuarzo

dando cuenta del sueño que vivimos

conscientes de que todo nos ignora

ya que formamos parte de lo perecedero,

del frágil equilibrio de la perpetuidad

de esta elegía?