Junto con José Viñals (Corralito, Argentina, 1930) y
Octavio Escobar Giraldo (Manizales, Colombia, 1962), Omar Pimienta (Tijuana, México,
1978) es el tercer escritor hispanoamericano que visita el Aula Guadiana. La
Concejal de Cultura, Natalia María Blanco Gómez ha presentado a los medios esta
mañana el acto abierto al público que tendrá lugar en el Museo Etnográfico de
Don Benito a las 19,30 de la tarde. Al día siguiente, en el salón de actos del
IES Donoso Cortés hablará de su obra a alumnos de bachiller de este centro, del
IES Cuatro Caminos y del Colegio Claret. Omar Pimienta en licenciado en Estudios
Latinoamericanos por la Universidad Estatal de San Diego (California), escritor
y artista interdisciplinario que vive y trabaja en la frontera de Tijuana/San
Diego. Tres de sus poemarios han visto la luz en España, uno en Valencia
(Escribo desde aquí. Pre-Textos, 2009), otro en Villanueva de la Serena
(Primera persona: Ella. Littera Libros, 2009) y otro en Cáceres (El álbum de las rejas. Ediciones Liliputienses, 2016).
martes, 27 de febrero de 2018
domingo, 25 de febrero de 2018
Félix G.Modroño en Don Benito (II)
Por la noche, Anabel Cidoncha, presidenta de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Claret, abrió el acto en que Félix G. Modroño intervino
ante un público formado en su mayor parte por compañeros de su promoción de
bachiller, en una charla informal, sin texto escrito ni guiones, que repasó su
vida (el título de la intervención de la mañana fue “La vida en los libros”) y
su transformación paulatina en materia literaria, desde el abandono de un
trabajo estable en el sector bancario hasta su dedicación exclusiva a la
escritura. Reacio al carácter engolado y protocolario con que estos encuentros
suelen desarrollarse, el escritor adoptó un tono informal propio de una reunión
de amigos. Las fotografías fueron tomadas por Manuel Toscano y Antonio María
Flórez.
sábado, 24 de febrero de 2018
Vivir enfrente
VIVIR ENFRENTE
(Nueve conversaciones)
Alex Chico
Mérida, Editora Regional, Col. Entrevistas, 2018, 233
págs.
Ilustraciones de Javiera Gaete Fontirroig
Alex Chico (Plasencia, 1980) es
licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y DEA en
Literatura Española por la Universidad
de Granada. Profesor de Lengua y Literatura en un instituto de Barcelona, ha ejercido
la crítica literaria en diversos medios (Revista
Kafka, Quimera, Falsirena, Revista de
Letras…) y ha publicado las plaquettes Escritura,
Nuevo alzado de la ruina y Las
esquinas del mar. En 2008 la Editora Regional de Extremadura publicó La tristeza del eco, un poemario al que
siguieron Dimensión de la frontera
(Las Isla de Siltolá, 2011), Un lugar
para nadie (De la luna libros, 2013), y Habitación
(La Isla del Siltolá, 2014). En 2016 la editorial chilena Andesgraund publicó
una antología de su obra poética desde 2008 a 2014 con el título Espacio en blanco. Es autor, asimismo,
de un ensayo ficción, Un hombre espera
(Libros en su tinta, 2015) y el cuaderno de notas Sesenta y cinco momentos en la vida de un escritor de posdatas (La
Isla de Siltolá, 2016).
Vivir enfrente, que ahora publica la Editora Regional de Extremadura en una
nueva colección titulada “Entrevistas” reúne nueve extensas conversaciones
concebidas como “un intercambio de signos, de percepciones […] la posibilidad
de ser otro, de vivir enfrente, aunque sea por un tiempo muy breve”, que en su
momento vieron la luz en la revista digital Kafka
y en Quimera, como afirma el autor en
un texto preliminar (“Fórmula cortesía”). Los autores entrevistados son Gonzalo
hidalgo Bayal, Esther Tusquets, Javier Cercas, Álvaro Valverde, Sergio Gaspar,
Carme Riera, José Manuel Caballero Bonald, Jodi Doce y Raúl Zurita.
Reproducimos una de las preguntas en que, en un efecto de bucle, el entrevistador,
vuelve la mirada sobre el propio hecho de entrevistar a un escritor.
“Recuerdo un comentario que hiciste sobre
Dossier, el libro que dedicó Gerard de Cortance a Paul Auster. “Trata en vano
de que Auster desentrañe las claves ocultas de su obra, sin que parezca caer en
la cuenta de que es la persona menos indicada para hacerlo, porque es evidente
que si conociera esas claves nunca hubiera escrito sus novelas”. ¿Es útil
entrevistar a un escritor?
Si el
entrevistador es bueno, puede ser útil. Yo leo las entrevistas con escritores.
Lo que pasa es que hay que hacerlo con prudencia. Creo que es un error pensar
que el escritor tiene todas las claves de su obra y que lo que él dice respecto
a ella va a misa. Interpretar la obra de un escritor, a la luz de lo que él
dice, algunos americanos lo llaman falacia intencional. Eso no significa que
las opiniones de un escritor no tengan interés. Tienen un enorme interés. Para
mí, son las que más interés tienen, sobre otros escritores, sobre sí mismo…
Pero siempre tomándolas con prudencia, sin tomarlas como si fueran la Biblia.
Cervantes dice que El Quijote
pretende acaba con los libros de caballería y hay gente que lo toma al pie de la letra. Pues no, señor, porque no es
así. Cervantes dice que Persiles es
su mejor libro y tampoco es así. A lo mejor lo decía con fines
propagandísticos, a lo mejor lo decía porque se engañaba… Es interesante saber
que Cervantes decía eso”. [p. 78].
viernes, 23 de febrero de 2018
Félix G. Modroño en Don Benito
Presidida por Anabel
Cidoncha, la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Claret ha invitado a
Félix G. Modroño (Bilbao, 1965) a una charla abierta al público en general que
se celebrará hoy 23 de febrero en el hotel Vegas Altas a las 20,30 de la tarde. Por la mañana, el
escritor ha visitado el Centro para conversar con los alumnos de primero de
Bachiller con una intervención titulada “La vida en los libros”. Tras recordar
su paso por el Colegio en donde cursó los dos últimos años de bachiller, el
escritor ha hablado de su vocación literaria (que acabó imponiéndose a un
trabajo bien remunerado en la empresa privada), de varias peripecias
editoriales y de las claves biográficas que subyacen en novelas suyas como Muerte dulce (2009) o La ciudad de los ojos tristes (2012), su
novela más conocida.
jueves, 22 de febrero de 2018
Omar Pimienta en el Aula Guadiana
El próximo día 1
de marzo visitará Don Benito Omar Pimienta en el curso de las actividades del
Aula Guadiana. El escritor mexicano intervendrá en un acto abierto al público
en el Museo Etnográfico a las 19,30 de la tarde. Al día siguiente, en el salón de
actos del IES Donoso Cortés hablará de su obra a alumnos de bachiller de este
centro, del IES Cuatro Caminos y del Colegio Claret.
Omar Pimienta. Tijuana, B.C., México (1978). Escritor y artista interdisciplinario
que vive y trabaja en la frontera de Tijuana/San Diego. Su práctica artística
aborda cuestionamientos de identidad, trans-nacionalidad, poéticas de
emergencia, espacio y memoria. Actualmente estudia su doctorado en Literatura
en la Universidad de California en San Diego, recibió su maestría en Artes
Visuales por la misma Universidad en 2010 y su licenciatura en Estudios
Latinoamericanos por la Universidad Estatal de San Diego en 2006. Ha
presentado su trabajo en México, Colombia, Chile, Estados Unidos, Dinamarca,
Alemania, Polonia, España y Marruecos. Ha publicado cuatro libros de poesía: Primera Persona Ella, La Libertad: Ciudad de
Paso, Escribo desde aquí (ganador
del X premio Emilio Prados del Centro Cultural Generación del 27 Málaga España,
2009) y su más reciente libro El álbum de
las rejas. Su experiencia en la negociación de fronteras, en quedar
perpetuamente atrapados en/entre códigos sociales y formales, es un impulso
constante para su práctica interdisciplinaria.
viernes, 16 de febrero de 2018
Ordesa
ORDESA
Manuel Vilas
Madrid, Alfaguara, 2018, 387 págs.
Manuel Vilas (Barbastro, 1962) es un poeta cuyos libros han sido distinguidos con premios
tan reconocidos como el XV “Jaime Gil de Biedma”, el VI “Fray Luis de León o el
XVII premio internacional de poesía “Generación del 27” (su Poesía completa vio la luz en 2016 en
Visor). Como narrador, ha publicado dos libros de relatos (Zeta, 2014, y Setecientos
millones de rinocerontes, 2015) y cuatro novelas: España (Punto de lectura, 2012), Aire nuestro (Alfaguara, 2009), Los
inmortales (Alfaguara, 2012), y El luminoso
regalo (Alfaguara, 2013).
Ahora, la
editorial Alfaguara publica Ordesa,
una novela que se propone reconstruir mediante el ejercicio de la memoria la
vida de una familia de clase media en una España que trata de salir del atraso
y la pobreza, pero también es una crónica, lúcida y cruel, de unos destinos
humanos abocados a la enfermedad y a la muerte, a las rupturas y a la soledad,
escrita por un narrador que con un tono en ocasiones desgarrador y a ratos
intensamente poético siente la necesidad de sobreponerse a todo un repertorio
de desapariciones dolorosas.
Reproducimos
un fragmento y un poema inserto en un “Epílogo: la familia y la Historia”.
15
“Mi madre
veía la mano del diablo en su adversidad cotidiana. Muchas veces decía: “El
diablo está en esta casa”, cuando buscaba algo y no lo encontraba. Y concluía
gritando: “Imposible que el diablo no esté en esta casa”. Y buscaba algo que
tenía delante, pero que no sabía ver. Yo he heredado el mismo principio de
demencia. Busco cosas que están delante de mí, como un libro o una carta o un
cuchillo o una toalla o unos calcetines o un papel de un banco y no las sé ver.
Mi madre estaba convencida de que el demonio le escondía las cosas, que el
demonio era el culpable de los pequeños contratiempos. Ella vivía todos esos
accidentes domésticos con intensidad de loca. Y yo soy ella ahora, y el demonio
no es otra cosa que una degeneración neuronal hereditaria que toca el nervio
óptico y se transforma en oleadas de conexiones químicas apagadas o
titubeantes, y en ese deterioro eléctrico de la transmisión de la realidad se
incuban las bacterias de la psicosis, y la forma orgánica de la voluntad se
pudre en una masa de órdenes ajenas al mundo social y me convierto en un museo
de sequedad, de silencio, de soledad, de suicidio, de sordera y de sufrimiento.
Para mi
madre y para mí, la vida no tenía o no tiene argumento.
No está pasando
nada” [p. 58].
Papá
No bebas ya más, papá, por favor.
Tu hígado está muerto y tus ojos aún son azules.
He venido a buscarte. Mamá no lo sabe.
En el bar ya no te fían.
Iban a llamar a la policía,
pero me han avisado a mí antes,
por compasión.
Papá, por favor, reacciona, papá.
Hace meses que no vas a trabajar.
La gente no te quiere, ya no te quiere nadie.
Muérete lejos de nosotros, papá.
Nunca estuvimos orgullosos de ti, papá.
Por favor, muérete muy lejos de nosotros.
Nos lo debes.
Siempre estabas de mal humor.
Casi no te recordamos, pero nos llaman del bar.
Vete lejos, nos lo debes.
Es el único favor que te pido.
[Epílogo, p. 382].
miércoles, 14 de febrero de 2018
Diccionario de símbolos
DICCIONARIO DE SÍMBOLOS
Jesús Aguado
Mérida, Editora Regional, Col. Perspectivas, 2017,
357 págs.
Prólogo del autor
Nacido en
Madrid en 1965, Jesús Aguado es poeta, traductor de poesía hindú y antólogo,
cuya trayectoria como creador comienza con Primeros
poemas del naufragio aparecido en 1984, fecha a partir de la cual sus
libros aparecen periódicamente (Los
amores imposibles recibió el premio Hiperión de 1990) hasta los recientes La luna se mueve sola (La isla de
Siltolá, 2015), Carta al padre
(Vandalia, 2016) y Paseo (Luces de
gálibo, 2017)
Diccionario de símbolos recoge, ordenados alfabéticamente, textos aparecidos en su mayoría en
el diario La Opinión de Málaga que ya
habían visto la luz en dos obras anteriores, Diccionario de símbolos (Ed. Paréntesis) y Verbos (ZUT Ediciones). Con varias supresiones y textos añadidos,
la obra, organizada al modo del conocido Diccionario
de símbolos de Juan Eduardo Cirlot, se compone de textos de muy distinto
perfil: breves narraciones, poéticas, notas para conferencias o presentaciones,
reflexiones ensayísticas, poemas en prosa… para construir “un espacio donde poner un poco de orden (el alfabético
es tan válido como cualquier otro) en el desorden consustancial de la
existencia, y un refugio donde descansar del vendaval de los días y las cosas,
y una oportunidad para reflexionar con calma sobre lo que es (y lo que uno es)”.
[Texto de contraportada].
Reproducimos una de las entradas, titulada “Nubes”, de este Cirrus Vertebratus de honor por la
Asociación Española de Contempladores de Nubes.
NUBES
“Las nubes
dibujan formas en el cielo y uno se ensimisma en ellas. Quién no lo ha hecho
alguna vez. Un gato de bigotes de luz, una hoja que baila sobre su eje, la cara
de su abuelo, una casa con un pozo al
lado. Las nubes pasan sobre nosotros y, si nos tomamos el tiempo de sentirlas y
de seguirlas con la mirada, nuestra cabeza se fuga hacia lo alto. Estamos,
entonces, en las nubes y nos hacemos, a poco que renunciemos a esa experiencia
mágica, pura nube nosotros mismos. Nos distraemos, nos ponemos a imaginar, nos
dejamos llevar por los vientos dominantes, nos incendiamos con los mil y un
colores de la paleta y de la sensibilidad. Y también tenemos, desde esa
posición elevada y libre, mejor perspectiva sobre los paisajes que somos, un
conocimiento más completo de las tierras que habitamos. Las tierras del corazón
y la de la mente, las de nuestros sueños y nuestras ideas, las del alma y las
del cuerpo. Estar en las nubes es vagar por los cielos interiores confiando en
que este viaje, dure lo que dure, nos abra los ojos y nos enseñe a ser lo que
somos sin temer cambios, vértigos o tormentas. Estar en las nubes, además, es
irse probando formas (el gato, la hoja, la cara, la casa) para disfrutar y
aprender de ellas, y para no quedar confinados y rehenes de una sola. Las nubes
pasan, nosotros pasamos: somos hermanos en esto y en ese algodonoso, lento y
dulce deseo de infinito (visitar todos
los espacios, ser todas las cosas) que se parece tanto a la felicidad”.
[pp. 237-238].
lunes, 12 de febrero de 2018
Tres cuentos de Macondo y un discurso
TRES CUENTOS DE MANCONDO Y UN DISCURSO
Gabriel García Márquez
Bogotá, Secretaría de Cultura / Instituto de las
Artes Plásticas, Col. Libro al viento, 2015, 75 págs.
Preliminar de Antonio García Ángel
Con ocasión
del primer aniversario de la muerte de Gabriel García Márquez en Ciudad de
México en abril de 2014, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y el
Instituto Distrital de las Artes Plásticas publicaron en la colección “Libros
al viento” (con ejemplares distribuidos de modo gratuito en estaciones,
parques, hospitales, comedores comunitarios y cárceles), un volumen con texto
preliminar de Antonio García Ángel (“Prefiguraciones macondianas”), tres
cuentos del escritor (“Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”, “La siesta del martes” y “Los funerales de la
Mamá Grande”) y el discurso de aceptación del premio Nobel leído por el
escritor en Oslo el 10 de diciembre de 1982.
“Monólogo
de Isabel viendo llover en Macondo”, en su origen un capítulo de La hojarasca (1955), es el primer texto
del escritor en que se menciona Macondo. Apareció en 1952 la revista El Heraldo de Barranquilla bajo el
título “El invierno” y, por su contenido, prefigura el diluvio de cuatro años,
once meses y dos días que en Cien años de soledad asola el pueblo de los Buendía. “La siesta del martes” y “Los
funerales de la Mamá Grande” vieron la luz en el volumen de este último título,
y también se relacionan con la novela más conocida del escritor, en el primer
caso por la referencia a la United Fruit
Company que ya se ha instalado en Macondo (“el tren salió del trepidante
corredor de rocas bermejas, penetró en las plantaciones de banano, simétricas e
interminables”), el segundo, “con sus resonancias míticas, su profusión
narrativa y el tono hiperbólico de los acontecimiento” [Preliminar, p. 10]
Reproducimos el fragmento inicial del tercer texto, el discurso de
aceptación del Nobel, que el poeta tituló “La soledad de América latina”.
“Antonio Pigafetta, un navegante florentino
que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su
paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece
una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en
el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del
macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara.
Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de
camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que
encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante
enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.
Este libro breve y
fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de
hoy, no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de nuestra realidad de
aquellos tiempos. Los cronistas de Indias nos legaron otros incontables.
Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos
durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los
cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez
Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición
venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los
600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron
descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada
una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca
llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena
de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se
encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos
persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana
de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de
Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles
no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se
hicieran de oro”.
domingo, 11 de febrero de 2018
Área de descanso
ÁREA DE DESCANSO
Diario de lecturas (2013-2017)
Javier Morales
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col.
Perspectivas, 2017, 360 págs.
Prólogo de Rafa Ruiz y Manuel Cuellar
Nacido en
Plasencia en 1968, Javier Morales estudió Periodismo y Derecho en Madrid.
Profesor de escritura creativa, ha trabajado como periodista en numerosos
medios y colabora con las principales publicaciones del país. Hasta el
momento, ha publicado tres libros de relatos, La despedida (Editora
Regional, 2008), Lisboa (Editora Regional, 2011) y Ocho cuentos y medio (Baile del Sol, 2014). Asimismo es autor de las
novelas Pequeñas biografías por encargo (Huerga y Fierro,
2012) y Trabajar cansa (Tenerife, 2016).
Ahora, la Editora Regional de Extremadura publica
Área de Descanso. Diario de lecturas 2013-2017, que recoge artículos
aparecidos en la columna del mismo nombre (Área de Descanso) que mantiene en El Asombrario,
revista cultural asociada al diario Público. El resultado es un
nutrido conjunto de reseñas de lecturas sobre numerosos autores, con
preferencia por los narradores jóvenes, en las “que de alguna forma se cuela
siempre la vida y la actualidad más inmediata”. (“Un diario de lecturas”). No
faltan referencias a autores de la región (Álvaro
Valverde, José Antonio Gabriel y Galán, Alex Chico, Luis Landero, Gonzalo Hidalgo Bayal, Juan
Ramón Santos, Julián Rodríguez, Elías Moro…).
Reproducimos un fragmento dedicado a una de
las novelas de Susana Martín Gijón
(Sevilla, 1981), Vino y pólvora (Anantes, 2016).
“En Vino
y pólvora, como se le pide a una buena novela policíaca, la trama está bien
amarrada. La autora nos la va desvelando poco a poco, sabe crear la tensión necesaria para que sigamos
leyendo. ¿Quién será el asesino del magnate extremeño? ¿Qué ha pasado con la
niña? Pero estas preguntas tan solo son un anzuelo, porque lo que le interesa a
Susana Martín Gijón, creo, es otra cosa. Y esa otra cosa es mostrarnos el mundo
en que vivimos. La autora posa su mirada en las zonas de sombra de nuestra
sociedad, en las personas más vulnerables, en los inmigrantes, las mujeres
maltratadas, los niños, y nos alerta de la corrupción, el poder y el
servilismo.
A pesar de la dura realidad que retrata, se
trata de una novela optimista, en la que Martín Gijón nos reta a saber más
sobre nosotros mismos, sobre el mundo que nos rodea. La solución a la injusticia pasa por afrontar pequeñas causas, como hace
Annika en su trabajo como policía, en el que ha tenido que combatir tabúes y
prejuicios, y en el que no falta un jefe que antepone todo con tal de salvar el
culo”. [5 de mayo de 2016].
sábado, 10 de febrero de 2018
Su clara luz recibe
SU CLARA LUZ RECIBE
Estudios sobre Juan Meléndez Valdés
Miguel Ángel Lama
Mérida, Editora Regional, Col. Estudio, 2017, 133 págs.
Profesor
titular de Literatura Española en la Universidad de Extremadura, Miguel Ángel Lama (Zafra, 1962) ha publicado estudios y ediciones sobre autores españoles
del siglo XVIII, como Vicente García de la Huerta, Nicolás y Leandro de Moratín
o José Cadalso, de quien editó su poesía (Ocios
de mi juventud. Ed. Cátedra, col. Letras Hispánicas, 2013). Fundó y dirigió
la revista de Filología Laurel y fue
durante más de quince años director del Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Extremadura. Formó parte del consejo de redacción de las
publicaciones periódicas fundadas por Ángel Campos, Espacio/Espaço Escrito y Hablar/Falar
de Poesia y, en la actualidad, de Suroeste.
Revista de Literaturas Ibéricas, dirigida por Antonio Sáez. Es asimismo el
director de la revista Cuadernos
Dieciochistas, de la Sociedad Española de Estudios del siglo XVIII, que
publica Ediciones de la Universidad de Salamanca.
Es autor
del dietario El trabajo gustoso (ERE,
2002) y ha publicado en la misma Editora Regional la edición de Poesías, de Vicente García de la Huerta
(1997), la Obra periodística y literaria
de Antonio Otero Seco (2008, en colaboración con Francisco Espinosa Maestre) y
el volumen dedicado a la poesía de Literatura
en Extremadura 1984-2009 (2010).
Ahora, la
Editora Regional de Extremadura publica con ocasión del segundo centenario de
la muerte de Meléndez Valdés (Ribera del Fresno, 1754-1817) Su clara luz recibe del profesor Miguel
Ángel Lama, que reúne seis estudios sobre el escritor extremeño: “El poeta, el
magistrado”, “Juan Meléndez Valdés. El discurso de apertura de la Real
Audiencia de Extremadura”, “Las poesías de Meléndez Valdés. Su ordenación”, “La
oda XXXIX de Meléndez Valdés”, “La primera edición expurgada de una letrilla de
Juan Meléndez Valdés” y “Meléndez Valdés en José de Espronceda”.
Profesor de
Humanidades de la Universidad de Salamanca, magistrado en diversos destinos,
autor de una obra literaria en diversos géneros y mejor poeta español de la
centuria, fiscal del Consejo Real, Consejero de Estado, caballero de la Orden
Real de España, miembro de la Real Academia de la Lengua… Meléndez Valdés
conoce como otros ilustrados el camino del exilio tras el regreso al trono de
Fernando VII y la huida de España de José I. Una de las dos Españas acababa de cerrar violentamente una oportunidad histórica (“Sus puñales vimos, / y España en tal duelo, / cual madre, a otro suelo
/ nos hizo partir”). Reproducimos el relato del exilio.
“Tras su
paso por varias localidades francesas (Bayona, Dax, la actual Vic-Fézensac,
Condom, Toulouse) que sirvieron de primer refugio a los españoles exiliados en
los meses siguientes a su salida de España, Meléndez Valdés, con la salud muy
quebrantada, recaló en Montpellier en 1814, luego pasó a Nîmes, en donde
residirá casi todo el año siguiente, hasta octubre, cuando tuvo que ir al
depósito de los refugiados de Aléx, donde solicitó traslado de nuevo a
Montpellier a finales de 1815. E los sesenta y tres años, el 24 de mayo de
1817, moría Meléndez de un ataque de apoplejía, tras este desastrado periplo
que sirvió de colofón a los últimos años de su vida y que no concluyó del todo
con la desaparición del hombre. Sus restos conocieron cinco sepulturas desde la
fecha de su muerte hasta 1900: un enterramiento clandestino en la bodega de una
casa de campo de Montpellier, una sepultura en la parroquia de Montferrier en
febrero de 1819; nuevo traslado en marzo de 1818 al cementerio de Montpellier;
y por fin traslado a España en 1866 en donde los restos fueron depositados
primero en la iglesia de San Isidro y luego, en 1900, en el cementerio
madrileño de San Isidro, junto a los de Leandro Fernández de Moratín y su
paisano Juan Donoso Cortés”. [p. 25].
viernes, 9 de febrero de 2018
Cuentos a la carrera
CUENTOS A LA CARRERA
Nueve autores Caldenses
Manizales, Alianza por la Lectura /Fundación Luker,
2015, 64 págs.
Cuentos a la carrera es una compilación
de relatos de nueve escritores caldenses que la Alianza por la Lectura,
dependiente de la Corporación Cívica de Caldas, publica en colaboración con la Fundación Lunker para que puedan ser leídos por los usuarios de los taxis de la
ciudad (ese es el sentido del título). Con una tirada de 2000 ejemplares, el
volumen recoge los siguientes relatos: “Fábula del carbonero”, de Adalberto Agudelo Duque (Manizales, 1943), “El canario de la casa de la esquina”, de
Alonso Aristizábal (Pensilvania, 1945), “Lo que la WD nunca dijo del Coyote”,
de Octavio Escobar Giraldo (Manizales, 1962), “Epigolatría”, de Antonio María Flórez (Don Benito, 1959), “Arthur Rimbaud visita el Tequendama”, de Eduardo García Aguilar (Manizales, 1953), “El retrato”, de Orlando Mejía Rivera (Bogotá, 1961),
“La aparición de la virgen”, de Fabio Vélez Correa (Risaralda, 1947), “Calamidad
doméstica”, de Adriana Villegas Botero (Manizales, 1974) y “El cumpleaños de la
señorita Etelvina”, de Jorge Eliécer Zapata Bonilla.
Reproducimos un fragmento del relato de Adalberto Agudelo.
FÁBULA DEL CARBONERO
IV
“El
invierno fue largo. Vientos huracanados, lluvias tormentosas, truenos y
relámpagos. El fruto rojo de los cafetos y la pulpa blanca de los guamos se
pudrieron sin gusanos en las mismas ramas. Arriba y abajo se caían las colinas
a engrosar con tierra, rocas y árboles el caudal de los pequeños riachuelos y
de los grandes ríos. De los montes se perdieron los cocuyos, las libélulas, los
abejorros. Ni el monte daba leña, ni la
leña fuego, ni la lluvia tregua. En las montañas las casitas blancas se desprendieron
del firmamento. Ya no unían el cielo y la tierra los diminutos trazos de humo
azul y blanco. Entonces los hombres empezaron a preocuparse. Los inviernos son
más largos y más tristes en el campo si no hay fuego en el fuego, ni calor en
los camastros, ni pan en los manteles. Cuando escasea la leña hasta los pájaros
se van de las fincas. Sin embargo, una mañana temprano, en medio de la lluvia y
la tormenta, los niños vieron asombrarse la luz del sol: una banda de
afrecheros llegó a posarse en los cafetos, los guamos, los yarumos, los mangos.
Qué raro, pensó uno, esos pájaros no son sociables. Después, uno a uno se
fueron muriendo. Y eran tantos, tantos,
que lo cubrían todo: hasta los caminos, lisos de lodo y hojarasca podrida,
recibieron el cuerpo pequeño y yermo de los pájaros-
Movidos por
el miedo y el asombro los hombres se reunieron. Con los niños, las mujeres y los ancianos empezaron a recoger
los muertos. Hicieron una gran fosa en la raíz de carbonero. Después la
cubrieron con hojas húmedas y troncos negros.
Por la
tarde arreció la tormenta. Pero el carbonero, derecho y orgulloso en la ladera,
vio encender su corazón de corcho en el fogón de los labriegos.” [pp. 6-7].
jueves, 8 de febrero de 2018
Sombras de agua
SOMBRAS DE AGUA
Félix G. Modroño
Sevilla, Algaida Editores, 2016, 348 págs.
De padres
zamoranos (su primera obra es un homenaje fotográfico al pueblo paterno, Villalpando, paisajes y rincones, 2002),
Félix G. Modroño nace en Vizcaya en 1965. En Salamanca, ciudad en la que cursa
Derecho, comenzó a escribir en una revista de la que fue cofundador, Res Nullius. Más tarde, un grave
accidente que le tuvo postrado varios meses hizo que retomara su pasión por la
escritura publicando en 2007 su primera novela protagonizada por Fernando de Zúñiga y Ayala, La sangre de los
crucificados, aparecida en la editorial Algaida. En ella, este catedrático
de medicina, marcado por la pérdida de su esposa y padre de dos hijas, antiguo
colaborador del Santo Oficio y amigo de la reina regente doña Mariana de
Austria, se enfrenta a una serie de muertes que parecen coincidir en el tiempo
con la aparición de unas tallas de la imagen de Cristo Crucificado de un
sorprendente naturalismo en las facciones. A este ciclo pertenecen otros dos
títulos, Muerte dulce (2009) y la
reciente Sombras de agua (2016),
aparecidas todas en la editorial Algaida. La misma editorial publicó La ciudad de los ojos grises (2012), la
novela que le ha dado un mayor reconocimiento de los lectores, y Secretos del arenal (2014, premio Ateneo
de Sevilla).
Sombras de agua inicia su trama en
Valencia, después de que el protagonista haya visitado en Madrid a la Reina
regente, quien le encomienda una misión diplomática en Venecia relacionada con
la permanente amenaza turca en el Mediterráneo. Intrigado por la desaparición
de un rico cáliz de una de las iglesias de Valencia, Don Fernando viaja
acompañado de su paje Pelayo a la ciudad del adriático en donde es recibido por
el dogo de la ciudad como representante de la claudicante monarquía española y en
donde deberá abordar el enigma de un texto amenazador (“Venecia
se hundirá bajo su sangre con la Cuaresma. La conjura vencerá”), tres
misteriosas desapariciones que parecen relacionadas con la ciudad de Estambul (el cuerpo de Santa Lucía, el icono de Nuestra
Señora de Nicopeia y una bolsa de cuero con tierra impregnada de sangre de Cristo), y
varias muertes violentas, entre ellas la del
propio dogo. Todo ello en una Venecia invernal y brumosa habitada por
seres disfrazados que celebran el Carnaval (pero la ominosa Cuaresma está cada vez más próxima), en donde Don Fernando conocerá a
Elena Corner Pîscopia (la primera mujer que en Europa recibió un doctorado
universitario) y a un nutrido grupo de científicos que celebran un congreso en
la ciudad: Newton, Halley, Libniz… Adosada al contexto histórico en que se
sitúa y muy bien documentada, Sombras de
agua reúne en su trama personajes históricos y de ficción para armar una
narración dotada de una tensión lectora indeclinable, de la que ofrecemos un
fragmento.
“La bruma
comenzaba a acicalarse de gris claro justo en el momento que escuchó la recia
voz de Silvestre Valier al otro lado de la puerta.
-Bongiorno, doctor –saludó el veneciano
al asomarse don Fernando.
-Bongiorno, ser –respondió el español,
simulando tranquilidad.
-Teníais
razón. Un nuevo muerto –informó el consejero con el rostro crispado.
-Lamento que sea así –mintió el vizconde,
procurando mostrar cara de circunstancias-. ¿De quién se trata?
-He de
deciros que la Serenísima República está en guerra ya no solo contra el turco
sino contra los malnacidos que están atentando contra ella desde dentro. Ha
muerto Andrea Badoer, uno de los miembros del Consejo de los Diez. Y no parece
que haya sido un accidente.
-¿Dónde
está?
-Donde
le han encontrado hace apenas una hora. He ordenado que no lo muevan en tanto
que no lleguemos. Está junto a la iglesia de San Stae. Llegaremos enseguida en
mi góndola.
En efecto,
en pocos minutos, tras sortear los dos grandes meandros del Gran Canal,
accedían a la escalinata verdosa que conducía desde las aguas hasta la
explanada de un viejo templo revestido de andamios. Sobre el liquen de los
primeros peldaños se hallaba tumbado el cadáver de un hombre de mediana edad
que vestía ricos ropajes ajados por la humedad. Don Fernando se persignó antes
de manipularlo.
-En apariencia,
ha muerto ahogado –dijo Valier, sin que Laurenzio Silva, el Signore della Notte del sestiere de
Santa Croce perdiera detalle” [pp. 257-258].
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