En las fotografías, Antonio María Flórez, Octavio Escobar (Director de la 7ª Feria del Libro) y Juan Gabriel Vásquez (con un ejemplar de la Editora Regional de Extremadura en la mano)
miércoles, 31 de agosto de 2016
viernes, 26 de agosto de 2016
Solicitación en confesión
SOLICITACIÓN EN CONFESIÓN
Philip Potdevin
Manizales (Colombia), Ed.Universidad de Caldas, Col “Estados de la lujuria”, 2014, 27 págs.
Nacido en Cali (Valle del Cauca, Colombia)
en 1958, Philip Potdevin ha cultivado tanto la narración corta (Magister Ludi y otros relatos, 1994; Estragos de la lujuria, 2010) como la
novela, género en el que recibió con su primera obra, Metratón (1995) el premio nacional de novela del Ministerio de
Cultura en 1994. A esta narración siguieron Mar
de la Tranquilidad (1997) y La
otomana (2005).
Solicitación
en confesión, una narración erótica relatada en clave humorística, contiene
en los fragmentos impares las cartas a un “monseñor” escritas por una penitente
atormentada y confusa, en tanto los pares son bloques de un diario redactado
por el padre Diego de la Cruz, el sacerdote salaz que la confiesa. Todo se resuelve con la destitución del
sacerdote, pues ahora será el monseñor quien “atienda” personalmente a la
tórrida feligresa.
"Usaquén, 1 de
junio
Nobilísimo
señor:
Es posible
exorcizar, al fin y al cabo, el demonio de mi cuerpo. El padre Diego lo está
logrando. Hoy, mientras me preguntaba por los mandamientos, metió sus manos
bajo mi toca y las puso sobre mi pecho. Yo seguí en confesión y sentía sus
manos abrazar mi carne dejándola como horadada por un hierro candente. Yo no
distingo el bien del mal; pero siento que el mal se debilita en mí. Mi cuerpo
impetuoso ha conquistado con su belleza la virtud del padre. Estoy feliz. Dije
un Ave María y un rosario de quince misterios.
1
de junio
Las
puertas del cielo se abren y los serafines tocan fanfarrias de victoria. He
logrado desalojar al demonio del cuerpo de Clarisa para aposentarme con toda la
magnificencia en él. Convivo en él para descubrir las delicias del amor.
¿Existe el pecado?
Usaquén, 1 de
junio
[…]
He olvidado al
padre de la Cruz. Estoy ansiosa por ver a vueseñoría. Aún no estoy pura.
Necesito confesarme".
miércoles, 24 de agosto de 2016
Corte final
CORTE FINAL
Jaime Echeverri
Manizales (Colombia), Ed. Universidad de Caldas, 2015, 87 págs.
Prólogo de Juan Manuel Roca
Nacido en Manizales en 1943,
Jaime Echeverri realiza estudios de periodismo y Comunicación publicitaria en
Santiago de Chile y Buenos Aires. En 1968 logró el Premio a la Mejor Narración
Breve y fue Premio Nacional de Cuento en 1972. Historias reales de la vida falsa (1979), su primer libro de cuentos,
consolidó su nombre en el panorama nacional, refrendado por Las
vueltas del baile en
1992, Versiones y perversiones (2000)
y El mar llega a todas las playas
(2010). También es autor de las novelas Reina de picas (1992) y Corte
final 2001). La
Editora Regional de Extremadura publicó en 2009 un conjunto de micro-relatos, Versiones,
perversiones y otras inversiones, en su colección “Letras
americanas”.
En 2015, la Editorial Universidad de Caldas reeditó Corte final,
una novela corta cuya trama arranca cuando Néstor recibe la noticia del
fallecimiento de su madre, una circunstancia que le obliga a regresar a
Manizales, ciudad de la que se marchó hastiado de su carácter provinciano
lastrado por una ética de las apariencias. Entre la curiosidad por los cambios y la displicencia, este viaje lo
enfrentará con sus recuerdos de niñez y juventud, con el dolor por el
fallecimiento de su madre y el recuerdo de su padre suicida, con las
transformaciones de una ciudad que contempla como “un vestido de mujer tirado
sobre el mueble después de un baile de disfraces”.
Reproducimos un fragmento en
que la visión nocturna de la ciudad aparece contaminada con los recuerdos de su
niñez.
“Ahora es la noche y de noche
salía de la mano del abuelo a contemplar la 23 desde el parque de Caldas hasta
el Oyala y bajar por allí hasta el barranco por donde sale el camino a La
Francia. Allí mismo en la oscuridad resaltaban las luces de pueblos lejanos y
los relámpagos de las tormentas del Pacífico. Era la mirada occidental. Y me
doy cuenta ahora, sólo ahora, que Manizales va de Oeste a Este. Abajo debe
correr el Cauca y más allá, en esa boca de lobo, deben dibujarse, o mejor se
disuelven diferentes planos de montaña. Dientes oscuros, mordedores de
distancias. Eran visiones nocturnas. ¿Imaginaciones, mejor? En noches claras la
visión era larga y se podía un mapa mental donde los poblados brillaban y el
mundo parecía detenerse con cierta placidez. Entonces no había ansiedad. Eso
fue luego de asumirme como hijo renegado de la ciudad” [pp. 40-41]
martes, 23 de agosto de 2016
Continuidad del jardín
CONTINUIDAD DEL
JARDÍN
Antología
personal
Medellín,
Comfama/Metro de Medellín, 2014, 69 págs.
Prólogo de Luis
Fernando Macías
Nacida en Medellín en 1980, Lucía Estrada
formó parte durante cinco años de la organización del Festival Internacional de
Poesía de Medellín, pertenece al comité editorial de la revista literaria Alhucema y es coordinadora de Eventos
Culturales en la Corporación Otraparte. Su trayectoria poética arranca con Fuegos nocturnos (1997), libro al que
siguieron Noche líquida (2000), Las hijas del espino (2006), El ojo de Circe (2006), El círculo de la memoria (2008), La noche en el espejo (2010, premio
nacional de poesía “Ciudad de Bogotá” de 2009), Cenizas de Pasolini (2012) y Cuaderno
del ángel (2010) .
En 2014 aparece un volumen titulado Continuidad del jardín. Antología personal en una edición no
venal publicada por Comfama y Metro de Medellín cuyos ejemplares están al
alcance de los usuarios del transporte. Reproducimos una composición
correspondiente al bloque de poemas de La
noche en el espejo.
Voy por la
ciudad desierta.
En sus rincones,
no hay
movimiento que recuerde
la dilatada
respiración de otros días.
Ni siquiera el
aire trae noticias de sus muertos.
Camino siguiendo
la secreta orilla de las cosas
y en ellas me
reconozco, en el polvo que las cubre
como queriendo
protegerlas de su propio destino.
Pienso en los
hombres que a esta hora
se sumergen
tibiamente en el sueño.
¿A qué incierto
mar se entregan?
¿Qué viento
conduce sus barcos?
¿A qué puerto los
empuja?
Oscuro es el
instante en que mi memoria intenta
un diálogo
fantasma reflejado en la piedra,
en la vigilia de
los desheredados.
Larga y
silenciosa,
como la muerte
que no dicen estas calles.
martes, 16 de agosto de 2016
Las vueltas del Baile
LAS VUELTAS DEL BAILE
Jaime Echeverri
Manizales (Colombia), Ed. Universidad de Caldas, 2015, 31 págs.
Ilustraciones del Edward Muños y Camilo Marín López
Nacido en Manizales en 1943, Jaime Echeverri
realiza estudios de periodismo y Comunicación publicitaria en Santiago de Chile
y Buenos Aires. En 1968 logró el Premio a la Mejor Narración Breve y fue Premio
Nacional de Cuento en 1972. Historias
reales de la vida falsa (1979),
su primer libro de cuentos, consolidó su nombre en el panorama nacional,
refrendado por Las vueltas del baile en 1992, Versiones y perversiones (2000) y El mar llega a todas las playas (2010). También es autor de las
novelas Reina de picas (1992) y Corte
final (una novela
corta de 2001). La Editora Regional de Extremadura publicó en 2009 un conjunto
de micro-relatos, Versiones, perversiones y otras inversiones,
en su colección “Letras americanas”. En 2015, La editorial Universidad de Caldas
publicó uno de sus relatos en la cuidadosísima colección “Estados de la
lujuria”, en cuya trama María e Isadora viven una pasión inocente, comunicada
mediante un prosa poética, hasta que el
hombre penetre en ella degradándola en una orgía de sangre y violencia.
“El tiempo pareció detenerse,
o se detuvo, o, posiblemente se desarrolló entero; fue el tiempo completo,
desde su nacimiento hasta su desaparición, tuvo todos los tiempos y fue nada y
la eternidad. Se detuvo el tiempo suficiente para Isadora darse cuenta que
había encontrado el esquivo afecto y el vértigo la obligó a aferrarse a María y
no pudo ya desenredar el abrazo ni deshacer el beso, ni despegar sus manos de
esa espalda suave, demasiado cálida, demasiado distinta. Y supo que lo
importante es tener un cuerpo para amar, para descubrir o inventar y se dejó
mecer por María Ola Marina, María Mar, Mar que le enseño que el sexo no tiene
sexos, no tiene géneros, ni consideraciones ni moral y se vio reflejada en el
agua que extendía su espejo momentáneo apenas se fugaban las olas” [p. 12]
domingo, 14 de agosto de 2016
El cine era mejor que la vida
Juan Diego Mejía
Manizales
(Colombia), Editorial Universidad de Caldas, 2015, 238 págs.
Nacido en Medellín (Colombia) en 1952, Juan
Diego Mejía es uno de los escritores colombianos más representativos de la
segunda mitad del siglo veinte. Formado en Matemáticas por la Universidad
Nacional, Mejía fue productor de cine y televisión, director del Canal
Universitario (Canal U), Secretario de Cultura Ciudadana de Medellín y, en la
actualidad, Director de la Feria Internacional del Libro de Medellín. Como
escritor, ha publicado los volúmenes de cuentos Rumor de muerte (1982) y Sobrevivientes
(1985) y las novelas A cierto lado de
la sangre (1991), Camila todos los
fuegos (2001) y El dedo índice de Mao
(2003).
En 2015 el Departamento Editorial de la
Universidad de Caldas (Manizales) reeditó una de sus mejores novelas, El cine era mejor que la vida (premio
Colcultura de 1996) cuyos protagonistas son tres seres humildes, casi anónimos,
ensimismados en sus ensueños y enfrentados a un entorno hostil mientras se
debaten entre el entusiasmo de las empresas ilusorias y el derrumbamiento del
fracaso. Narrada por un niño que vive con su padre (a quien no llama papá, sino
Mejía) y Laura, la amante del padre, todos buscarán la solución paliativa del
cine frente a una realidad envilecida. Una de las películas, El gran escape (traducida entre nosotros
como La gran evasión) se convertirá
en símbolo de sus deseos, pues “saben que soñar es una manera de sobrevivir”. Reproducimos
un fragmento en donde aparece expreso el sentido del título de la novela.
“Tal vez ésta sea otra forma de recordar a
Mejía sin pensar que no va a volver. Estamos en cine. Laura a mi lado, con su
abrigo que huele a closet, esperando a que apaguen las luces y corran el telón
para que empiecen a desfilar personajes hecho de luz que hablan, ríen y lloran
como en la vida real, pero que de alguna extraña manera hacen que todo sea
mejor aquí que en el mundo de fuera […] Después pensaremos de nuevo en Ofelia,
en el mantel de los abuelos, y seguiremos esperando el día en que Mejía regrese
de su viaje otra vez sonriente y soñador” [pp 235-236]
domingo, 7 de agosto de 2016
En esta borrasca formidable
EN ESTA BORRASCA
FORMIDABLE
Philip Potdevin
Bogotá,
Ediciones Desde Abajo, 2014, 304 págs.
Nacido en Cali (Valle del Cauca, Colombia)
en 1958, Philip Potdevin es un abogado
con estudios de postgrado en Historia y Filosofía Contemporánea que en el
ámbito literario ha traducido a autores como Alice Meynell, Fernando Pessoa o
Pico della Mirandola, ha cultivado la poesía (Cantos de saxo, 1996; 25
haikus, 1996; Mesteres de Circe,
1996; Cántico de éxtasis, 1998 y Salto desde el acantilado, 2002) y los
géneros narrativos, tanto el relato (Magister
Ludi y otros relatos, 1994; Estragos
de la lujuria, 2010) como la novela, género en el que recibió con su
primera obra, Metratón (1995) el
premio nacional de novela del Ministerio de Cultura en 1994. A esta narración
siguieron Mar de la Tranquilidad
(1997) y La otomana (2005).
Ahora, la editorial colombiana Desde Abajo publica su última novela, En esta borrasca formidable, una novela-río extensa, barroca y
laberíntica que desarrolla varias tramas paralelas para reflejar el complejo
panorama de la vida en Bogotá (el rompeolas de todos los problemas de Colombia)
en los años veinte, un periodo de paz amenazado por sindicatos, sociedades
utópicas, anarquistas, sectas protestantes, francmasones o una Iglesia Católica
poderosísima que logra, en el cierre de la trama, consagrar la “Atenas
sudamericana” al Sagrado Corazón de Jesús. Reproducimos un breve fragmento que refleja
(con datos y personajes reales) la efervescencia coral de la capital colombiana por estos años.
“Más allá, unos empresarios discuten sobre
el precio del café que ha comenzado a subir en Nueva York y sobre la indemnización
que pronto pagará Estados Unidos por Panamá; en otra se habla sobre los
jeroglíficos chibchas que ha descubierto un joven llamado Miguel Triana; en
otra, el joven Ribera lee Sonetos de
promisión y trozos de la novela que escribe sobre los caucheros en la selva
amazónica; en otra está la hez de la intelectualidad, Vargas Vila, el hijo de
un cura párroco y una monja depravada, quizás hermafrodita, anarquista,
lenguaraz, misógino, satánico, blasfemo y bastardo, así lo describen los curas
y los godos, dialoga y bebe con dos mancebos mientras en otra mesa se cocina un
movimiento estudiantil para lograr destituir a diversos profesores que son
vistos con desconfianza por los mismos alumnos” [p. 64]
sábado, 6 de agosto de 2016
Acaso por el canto
ACASO POR EL
CANTO
(Antología)
Fernando Linero
Bogotá, RevistaUlrika-XXIV Festival Internacional de Poesía, 2016, 85 págs.
Presentación de
Robinson Quintero Ossa
Acaso por el canto es una antología publicada en homenaje a Fernando Linero con
ocasión del XXIV Festival Internacional de Poesía de Bogotá (el volumen se
terminó de imprimir el 23 de abril, día del libro). Nacido en Santa Marta en
1957, Fernando Linero realizó estudios de música y de filosofía y letras y en
1980 inicia con Sonata del sonámbulo
una trayectoria poética jalonada por unos títulos que tienden a hermanar sus
dos pasiones, la música y la poesía: La
risa del saxo (Bogotá, 1985), Guijarros
(Bogotá, 1990), Aparte de amor
(Bogotá, 1993), Palabras para el hombre
(Bogotá, 1998), Lecciones de fagot
(Bogotá, 2005), My harmónica sounds
(una antología personal bilingüe aparecida en 2009), Experto en tachaduras (Villavicencio, 2010), Un oficio (Bogotá 2010), Cuaderno
de insectos y otros poemas (Cartagena, 2011) y La risa del saxo y otros poemas (2014). En Cuadernos de poesía Ulrika Darío Jaramillo Agudelo definió su obra como “una poesía desbordada de música
y de mundo, una poesía consciente de su propia voz, escrita con oficio de
poeta, esa mezcla de éxtasis y carpintería para iniciados, ese ‘deslizarse en
el sueño con los ojos abiertos’”. Reproducimos un poema del libro Palabras para el hombre (1998) en el que
el poeta considera los distintos destinos de la condición humana marcados
todos, sin embargo, por el mismo estigma de la soledad.
A LA VIDA SE
ENTRA SOLO
La palma que
está en el patio
nació sola,
creció sola.
Nicolás Guillén
A la vida se
entra solo.
Algunos con una
camisa.
Otros con un
racimo pero solos.
Bostezando o
preñado de luz
cada cual con su
tristeza.
Se entra sin
saber qué se quiere,
qué se busca,
qué piezas
encajan en el juego:
acaso los
destellos del infortunio.
O el recuerdo de
una ciudad triste.
O la imagen de
una madre
que espanta el
calor y las moscas
del sueño del
hijo.
Breves de
memoria y olvido
como los niños
que ahora repintan la rayuela.
Como el padre
dormido.
Como el amigo
que no volveremos a ver.
Cada cual con su
tristeza.
Se entra y es ya
un lugar del sueño.
Algunos con el
corazón atiborrado de palabras.
Otros portando
una copa amarga.
Algunos en el
mes de los ahogados.
Otros cuando las
primicias del ciruelo.
Cada cual con su
propia confusión.
Todos con la
misma soledad.
a Augusto César Sandino
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