EXTREMEÑOS EN EL NUEVO REINO DE GRANADA (1527-1627)
Las Ordenanzas de Indios del Oidor Visitador Alonso
Vázquez de Cisneros.
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col.
Estudio, 2021, 418 págs.
Prólogo de Esteban Mira Caballos (Academia
dominicana de la Historia)
Extremeños en el Nuevo Reino de Granada
es un extenso, riguroso y documentadísimo estudio, que ha ocupado al autor
durante un lustro, sobre la intervención de la Corona española en los
territorios que serían conocidos como el Nuevo Reino de Granada. Tras las
incursiones de conquistadores como Alonso de Ojeda, Rodrigo de Bastida o Pedro
Fernández de Lugo, correspondería a Gonzalo Jiménez de Quesada la conquista del nuevo reino para la Corona
tras numerosas batallas con los indígenas (y la catastrófica aventura de El
Dorado que culminaría con su propia muerte por lepra). Pero este vasto estudio,
que no se doblega a ser resumido, va más allá de la descripción de los
encuentros bélicos, deteniéndose en aspectos como la labor de teólogos y
juristas, hábitos indígenas como el canibalismo, denuncias de la conquista como
una empresa inmoral, descripción del sistema de encomiendas o el análisis de
las Ordenanzas de Indios del Visitador Alonso Vázquez de Cisneros sustentado en
cuatro grandes principios: “el respeto a la libertad del indio, la necesidad de
su cooperación laboral libremente ejercida para el bien de todos, la justa
retribución de su trabajo y la provisión de un procedimiento asistencial para
impedidos, enfermos, ancianos y niños. Mediante un sistema de rotación los
indios se obligaban a prestar su trabajo a terceros, pero siempre tras haber
cultivado las tierras propias de la comunidad vecinal para beneficio de
enfermos, ancianos y niños” [p. 369].
Consciente
de que se encuentra en un terreno histórico minado, falseado tanto por una
historiografía del pasado que aún hoy habla de una “gesta de conquistadores” y
del “descubrimiento” de un nuevo mundo así como por los forjadores de una
leyenda negra en que, por intereses distintos, participaron italianos,
holandeses e ingleses (y, más tarde, nacionalistas catalanes y vascos), Víctor
Guerrero se acerca a este notabilísimo episodio en la historia de Occidente
desde una estricta honestidad intelectual dando protagonismo al testimonio de
los propios hechos y de los protagonistas, considerando que, como otras
expansiones históricas (Roma, el Islam…) nos hallamos ante un hecho histórico a
la vez cruel y fecundo: “Más allá de importunados exámenes, aquel
descubrimiento o, si se quiere mejor, aquel encuentro inamistoso entre los
nativos de las Indias y los descubridores españoles no fue otra cosas, aunque
se quiera maquillar semánticamente, que la imposición drástica del dominio la
cultura y la religión de los conquistadores a los conquistados. La verdad es
que aquellos indios “bárbaros y salvajes” del xenófobo J. Ginés de Sepúlveda
nunca gozaron de empatía social por parte de sus descubridores. A propósito,
los hechos fueron de una manera determinada y solo admitieron una verdad narrativa.
En puridad, no debieron haber sido objeto de tanta polémica. Quiero decir que
la Historia deber ser siempre un ensayo de comprensión imaginativa y de
interpretación ecuánime del pasado que se lleva a cabo, aunque con desigual
fortuna, sin ceder protagonismo al simple enjuiciamiento” [“Introducción.
Desafíos de la Historia”, pp. 16-17].
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