jueves, 15 de julio de 2010
Enigmas de verano
EL MAYORDOMO IMPASIBLE
Un hombre negocios, muy acaudalado, se encontraba en el dilema de marchar a París, en donde debía asistir a una importante reunión de negocios, o permanecer en su casa de Madrid a la espera de una urgentísima carta de la que dependía un negocio de miles de euros. Finalmente, decidió marcharse. Desde la capital francesa escribió a su mayordomo una carta en estos términos: “Recordarás, Sebastián, que esperaba una carta muy importante para mí. Seguramente habrá llegado ya. Entra en mi despacho y abre el tercer cajón de la mesa de mi escritorio: hay una cinta de vídeo, una pistola y una caja de madera lacada. Ábrela: la llave que verás en ella es la del buzón; dentro, encontrarás la carta de que te hablé. Envíamela por correo certificado y urgente a esta dirección”.
Y añadía la dirección de París. Pero nada sucedió. Harto de esperar y muy malhumorado, regresó a Madrid, dispuesto a pedir explicaciones a su mayordomo. Cuando le preguntó irritado por qué no había seguido sus órdenes, este contestó:
-No tengo la más mínima idea de lo que me está diciendo, señor. ¿Le sirvo el té en el salón?
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ResponderEliminarTal vez el hombre de negocios debiera haber telefoneado a su mayordomo.